
CRÓNICA
Otro jabalí de navajas colosales se cazó en ‘Mirabueno’, una de las manchas de la emblemática ‘Las Navas de San Eusebio’.
Después de un ajetreo continúo, iniciamos el periplo montero de diciembre convergiendo de nuevo los equipos Sol Montero Producción Audiovisual y Caracolas de Caza y Safaris en Las Navas de San Eusebio.
Desde Robledo del Mazo (Los Jaronales) los primeros, y desde Andújar (Navalasno Viejo) este cronista.
Daban lluvia todas las previsiones meteorológicas en Almadenejos. No se equivocaron.
Antes de acabar el sorteo ya comenzó a llover. Chaparrones normalmente fuertes, más o menos largos, escampaba y vuelta a llover. Así hasta que se formó el plantel.
‘Las Navas de San Eusebio’
Finca preciosa, Las Navas está además muy cuidada. Típico monte mediterráneo, umbrías y solanas, dehesas, rañas y siembras. Comida y agua para la caza.
Allí se han dado grandísimas monterías.

Mirabueno es una mancha muy bonita, con gran parte de los puestos en cortadero y todos de traviesa. Lo que no deja de ser otro hándicap para los resultados finales, por la dificultad no ya de abatir sino de tirar a los cochinos y reses que entren a la contra de cortadero.
Cochinera, también tiene muflones de mucha calidad. Esta temporada se había colado algún venado que también se podía tirar.
Los espectaculares resultados de la temporada pasada valieron a Mirabueno estar nominada para la Caracola a la mejor montería en finca cerrada.

Sorpresas
Es de agradecer lo cuidado que está el camino de acceso a la casa de la finca. Solo ese detalle ya habla muy bien del esmero que pone la propiedad.
Se agradecían las hogueras que había encendidas, así como los soportales donde se había preparado todo para el desayuno y el sorteo.
Día gris, muy encapotado. Lluvia inminente. Lo único a favor es que casi no hacia aire.
La primera sorpresa fue que la montería no la daban solo Jesús Cristino y Alberto Mayordomo, Monterías y Recechos J.C. y A.M., compartirían la organización con Gómez Caza Servicios Cinegéticos.
Dos buenos equipos para una gran cacería.
Segunda sorpresa, me encontré con Chema Pérez Castell, no puede ser más agradable la charla con él, sabe muchísimo de caza y de los libros de esta: www.cazaylibros.es
Había hablado mil veces por teléfono con Jesús Cristino, mi amigo José Antonio Martínez, grandísimo cazador y una excelentísima persona, no tardó en presentármelo, ambos son poblanchos (naturales de Puebla de Don Rodrigo).
Jesús, a su vez, me presentó a Alberto y también conocí físicamente a Miguel Ángel Gómez, máximo responsable de Gómez Caza, y a José Alberto Patino, muy ligado a esta organización y que hace sus crónicas y fotografías.
No podía faltar a la cita Rafael Molina, que tan amablemente se acercó a Córdoba a la gala de las Caracolas 2019 a recoger el diploma de Monterías y Recechos J.C. y A.M. y a almorzar con nosotros.

Sorteo y salida de las traviesas
Estupendo desayuno en cantidad y calidad, quien así lo quisiera podía subir al monte ya comido. El almuerzo repitió calificativos.
Al alimón atendieron a las cámaras de Sol Montero Jesús y Miguel Ángel, y sin más dilación, sorteo de los 25 puestos.
Se insistió en la seguridad y en extremar las precauciones.
Se montearía sin cupo, y si salía algún venado o cierva también se podrían tirar.
Todos los sobres encima de la mesa, mientras 25 bolas de bingo marcaban a sorteo a que montero le tocaba extraer tarjeta.
Yo estaba totalmente despreocupado, ya tenía el plan hecho de antemano, acompañaría a José Antonio a su puesto, a ver si tenía suerte, porque se la merece y además para hacer un buen reportaje.
Recordando buenos tiempos en Valtriguero de Puebla de Don Rodrigo, donde tuvimos un día similar al que nos esperaba. Atraemos la lluvia, nos van a contratar.
Rubén del Sol, José Pablo Fabián y Juan Manuel Fernández irían con las cámaras a los puestos más aptos para grabar, si es que los monteros a los que les tocaran en suerte no les importaba.
Así, Rubén acompañaría a Juan Romero y a su amigo José Manuel Pineda al puesto nº 4 de la traviesa del Pantano.
A José Antonio le tocó en suerte el nº 1 de la traviesa de La Charca, allá que se fue con el cronista.
Nombro estos puestos especialmente porque serían dos de los protagonistas de la cacería…
Las nueve traviesas salieron con orden y rapidez.

Rayos y centellas
El chaparrón que cayó durante el sorteo, hizo que nos pertrecháramos aún más de ropa de agua, paraguas enorme incluido.
Muy bonito el 1 de La Charca, además, con una gran ventaja, se podía tirar hacia abajo sin peligro, aunque el cochino entrara a la contra de cortadero, ya que no había puesto alguno.
Le preguntamos a un propio del lugar: «Dicen que hay algún venado, ¿es posible?».
A lo que el hombre nos contestó: «Todos los venados que haya aquí me los como con patatas».
No había desenfundado José Antonio cuando le avisé, un gran cochino cruzó el cortadero relativamente tranquilo por la parte más baja a la contra de cortadero.
Es el mejor jabalí que cumplió.
Oportunidad para otro montero.
Fue lo único tranquilo que cruzó. A partir de entonces, rayos y centellas.
Para no liarles mucho, les contaré como carreras a favor de cortadero a las que entraban desde La Solana, y como en contra de cortadero las carreras desde La Chaparra (ver plano).
Estruendo a la contra de cortadero, ¡¡madre mía!! ¿Qué podía ser aquello? Parecía que venían todos los cochinos y muflones de la mancha juntos.
Asomó, como un rayo, un venado de buenas hechuras, yo creo que fue la sorpresa tremenda lo que hizo a José Antonio que se le fuera el tiro alto.
Yo me quedé tan atónito que no fui capaz ni de hacer una foto.
Comencé a preparar las patatas para el paisano.

Montería muy divertida
Muchos tiros ya por todos los lados, montería muy divertida. Y eso que se acababa de soltar.
Segunda entrega también a la contra, pero con menos estruendo.
Un guarro de buena alzada, como un cohete, eso sí. Al tiro siguió, pero José Antonio estaba seguro que lo había enganchado.
No se equivocó, era un navajero muy bonito que cayó un centenar de metros más allá. El mejor que cobró.

Lejos, por la dehesa, también a la contra, corría un gran venado con una cierva detrás, José Antonio prefirió no tirar, aunque lo podía haberlo hecho perfectamente, por si le cumplía a otro montero en mejores condiciones.
Se vaciaron de la mancha si ser tirados, por algo era grande el venado.
Mientras, yo iba preparando un señor caldero de patatas.
Primera carrera a favor de cortadero. Un guarro terciadete. Fotografía y clarísimo impacto trasero. ¡Agarre!
Como no había peligro, avisé al montero del 2 y allí que me fui cuchillo en ristre dando mis buenos gritos de «¡Voy al agarre, voy al agarre…!».

El agarre estaba en un sitio difícil, pero los perros eran maravillosos, cuando me oyeron llegar, apretaron aún más y me sujetaron al guarro, al que pude rematar sin mayor problema. En cuanto lo hice, soltaron todos y siguieron a su buen quehacer.
Los perros estaban monteando de fábula muy adelantados a los rehaleros y guías.
Mientras remataba, José Antonio se quedó con otro cochino que entró a la contra.
Van tres.
Descanso y otra vez al ataque
Las carreras remitieron durante un tiempo, descanso. La lluvia se intensificaba por momentos.
Segundo tiempo: otra vez rayos y centellas, a partir de ahora siempre a favor de cortadero.
Buena puntería al único bicho que José Antonio tiró hacia arriba, era muy difícil, resultó ser una cochina grande.
Ya son cuatro.
Y por abajo espectacular, dos cochinos se quedaron al tiro, y otros dos rapidísimos y silentes, que yo creo que enganchó, pero fue imposible con tanto barro y agua poder seguir el rastro, además, como iban enteros, seguro que fueron lances aprovechados en La Chaparra.

Cobrando, arreció el aguacero, estábamos calados hasta los huesos pero felices.
Rayos y centellas en lo climatológico también, por mucho que ‘solo’ jarreara.
Si no me fallan las cuentas, fueron seis los guarros cobrados en unas condiciones dificilísimas.
Si yo hubiera tenido rifle en vez de cámara, no hubiera cobrado seis ni de broma, ítem más, estoy seguro que más de uno y más de dos se me hubieran pasado sin tirar. Grande José Antonio.
Otro jabalí de navajas colosales…
Llegó el momento de enlazar al puesto 4 del Pantano.
Y lo haremos con el venado que tiró José Antonio, que un arabesco en el monte inverosímil, fue a parar al 4 del Pantano, cumpliendo a bocajarro. Allí se quedó, en el turno de tiro de José Manuel.
De nuevo les invito a que vean el plano para comprobar la inconcebible carrera del venado, que era indudablemente el mismo.
Rubén lo grabó todo convenientemente.
Juan, por su parte, disparó un cochino muy grande que se quedó claramente al tiro. Estaban preparando ya las felicitaciones, cuando, de repente, se levantó y salió arreando a toda castaña ante la perplejidad de todos.

Juan disparó rapidísimamente otra vez, sin suerte, pero solo unos metros más allá se produjo el inevitable agarre, de rápido final al estar muy malherido el jabalí del primer tiro.
Menos mal, porque con esos afilados colmillos, de auténtico killer, pudo hacer mucho daño a los perros.
Resultó tener unas navajas colosales, tremendas, que había desarrollado muchísimo al tener disminuidas las amoladeras.

Juan y José Manuel no podían ser más agradables y simpáticos, y cobraron un total de cuatros guarros, el de colmillos tremendos incluido, y el venado.
Repito, montería divertidísima, pero cuyo plantel final se vio en parte deslucido por un tiempo pésimo.
Hubo veces que aquello era el diluvio, y no todo el mundo es tan fino como José Antonio, Juan y José Manuel.

El plantel y despedida
La dificultad de cobro fue enorme, por las condiciones en las que quedaron los caminos y accesos.
El cronista además de años y kilómetros encima, estaba especialmente cansado por el trajín del fin de semana.
Cuando me fui, ya estaba prácticamente todo el plantel, solo faltaba algún cochino por llegar, José Antonio después me confirmó que se bajaron a la junta de carne hasta 74, con seguridad se cazaron más, pero que fue prácticamente imposible cobrar ese día.
Se pudo formar el plantel a pesar de las inclemencias.
Había 11 navajeros. El de las navajas colosales, lo eran tanto, que solo con ellas posiblemente le diera ya para el oro: ¡alucinante! Con las defensas fuera, seguro que algún navajero más llegará al metal.

De los 12 muflones había cinco para poner en primera fila, de los cuales cuatro eran muy buenos, y tres con seguridad medalla, incluso alguno más que bronce.
El venado bonito de montería.
También se cobraron algunas hembras.

Otra vez gris marengo, gris marengo durante todo el día, la verdad.
Llovía, escampaba… empapados pero contentos, solo puedo dar las gracias a Jesús, a Alberto, a Miguel Ángel y a la propiedad de Las Navas por acogernos, a Juan -muy merecido su jabalí de navajas colosales- y José Manuel y el resto de monteros ‘con cámara’ por el trato que nos dispensaron…
Qué decir de mi amigo José Antonio, que cada dos por tres me intentaba pasar el rifle para que tirara yo, en su puesto, y que se enfadaba ante mi negativa, disfrutamos de otro gran día juntos.
Él, como los Sol Montero, Rubén, Jose y Juanma, son amigos de los que se puede presumir, y mucho.
Por eso, cuando recorría el buen carril de salida de Las Navas de San Eusebio, me encontraba bien, camino de nuevas aventuras monteras que aún me quedan por contar.
¡Ah, se me olvidaba, no se pierdan cuando se edite el vídeo de la montería, es espectacular!
Una crónica de Adolfo Sanz Rueda
Fotografías Adolfo Sanz y Sol Montero Producción Audiovisual

DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Monterías y Recechos J.C. y A.M. y Gómez Caza Servicios Cinegéticos
Fecha: 1 de diciembre de 2019
Finca: Las Navas de San Eusebio / Mancha: Mirabueno / Finca cerrada
Hectáreas monteadas: 600
Término: Almadenejos, Ciudad Real
Puestos: 25 / Sin cupo / Rehalas: 14
Venados: 1
Jabalíes: 74 (11 navajeros, homologaciones pendientes)
Muflones: 12 (homologaciones pendientes)
CRÓNICA GRÁFICA
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