Arrancaba la temporada la organización de Lances Extremeños cazando en la mañana del caluroso 5 de octubre la finca pacense de Valreondillo.
La joven organización, Lances Extremeños, comenzó con mucho calor la temporada, en un día en el que la temperatura se asemejaba más a las disfrutadas durante la media veda.
Las rehalas sin estar rodadas, pondrían todo de su parte, y con el intenso calor se monteó esta bonita finca cercana a la localidad de Cordobilla de Lácara, donde el mítico Covarsí, rondase tras venados y jabalíes.
Los cazadores asistieron tras desayunar con atención las últimas indicaciones de Martín, antes de proceder al sorteo. La seguridad ante todo.
Tras recoger cada uno su papeleta comenzaba el desfile de armadas cerrando la zona a cazar. Fue entonces cuando con la entrada de las rehalas hacia los puntos de suelta comenzaban a moverse algunas ciervas inquietas.
La montería transcurrió con normalidad, con altibajos, ofreciendo lances alternos en la mañana a las distintas posturas, que disfrutaron de las primeras carreras de la temporada.
Sobre la una y media se retiraba a los monteros hasta el lugar de reunión donde se sacaron las reses.
Finalmente, se cobraron un total de 18 venados y dos jabalíes, destacando la calidad media de las reses abatidas.
Buen comienzo para esta organización a pesar de las dificultades climatológicas.
El Rincón Cinegético logra un buen resultado en la segunda de su calendario en Las Terronas de Abajo.
El 12 de octubre, día de la Hispanidad, monteábamos en Rincón de Ballesteros (Cáceres). Cazamos, con El Rincón Cinegético, la segunda montería del calendario, Las Terronas de Abajo, enclavada en plena Sierra San Pedro. Se cazaba a Venados, Cochinos y ciervas de gestión (con un cupo de una por puesto).
A las 9:00 comenzó el sorteo, pero antes, se dio las pertinentes normas de seguridad, haciendo hincapié en el avistamiento de los puestos vecinos y acordar entre ellos la delimitación de las zonas de tiro de cada uno. Y así no tener ningún problema cuando se les presente el oportuno lance. En resumen, se trata, sobre todo, de pasar un buen día disfrutando de nuestra pasión: la caza.
Una vez terminado el sorteo y repartida la suerte, se pusieron en marcha las armadas de los cierres de Horrigueros y el de la Carretona, para cerrar la querencia natural de huida. Posteriormente se montaron los demás cierres y por último las tres traviesas. Nada más colocar las posturas se pudieron escuchar los primeros disparos.
Como nota negativa, destacar el calor. Aunque el día amaneció nublado y justo antes de la suelta de las recovas nos cayó una tímida lluvia que por lo menos refrescó algo el ambiente.
Tras la suelta, fue cuando toda la carne estaba en el asador y los lances no cesaban de sonar. Sobre la 13h:30 ya las detonaciones eran casi anecdóticas.
Poco después sonaban las caracolas de llamada a recogida de las recovas y se procedía, por parte de los afortunados, al marcaje de las reses abatidas para facilitarle la labor de recogida a los postores.
Al final del día, un tapete con 25 venados y 9 jabalíes (un navajero) y varias hembras de gestión, completaban otro buen resultado, a pesar del calor.
Para terminar, agradecer a todos los asistentes la confianza depositada en esta orgánica.
Fuente: Carlos Casilda Sánchez
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: El Rincón Cinegético
Fecha: 12 de octubre de 2019
Finca:Las Terronas de Abajo /Finca abierta / Hectáreas monteadas:
El Día de la Hispanidad citaba Isaac Álvarez, capitán de Monteros de Siempre, a sus socios en el bar La Piscina de Valdecaballeros para montear en Los Veneros.
Sobre las siete de la mañana, tras un rápido desayuno, se procedió al sorteo para que no se demorase la salida de las armadas.
Apremiaba cazar temprano dado que la calor sigue azotando en estas fechas y aún sin llover.
La mancha que se iba a cazar es muy dura con un gran sopié salpicado de un bonito encinar y con mucho chaparro nuevo. Esto hace que la finca albergue bastante caza en estas fechas a la querencia de la bellota que comienza a caer.
Tras un cierre rapidísimo de la zona a cazar se dio paso a los furgones de las rehalas y con el movimiento de estos ya se escuchaban disparos. Todo hacía presagiar que las reses se estaban moviendo inquietas por el trajín extraño en la mancha.
Las nueve y media marcaba el reloj cuando los perros se adentraban en el monte y con las primeras ladras llegaron los lances.
Costaba sacar de los encames a los jabalíes y las rehalas tuvieron que emplearse a fondo.
Hubo posturas como el 5 de Los Collados, ocupada por Isaías Fernández, que también jugaron lance a muflón. Concretamente este montero, con seis muflones que buscaban el abrigo de los canchos, consiguió quedarse con el mejor.
El cierre de Los Pastillos parecía una auténtica feria y si no pregunten a don Ángel Francisco Díaz que en el número 8 de esa armada se hizo con un bonito venado y un jabalí.
Las traviesas no se quedaban atrás y en la del camino, concretamente en el diez ocupado por Carlos Martín, daban en tierra dos venados de la mano del montero, de los cuales uno de ellos sería a la postre el mejor de la jornada.
Los perreros apretaban desde la falda de la sierra y provocaban la subida de las reses a la parte alta, no dando la cara a los puestos del sopié, pero mejorando la cuerda. Así, Francisco Carretero que ocupaba el número siete del collado se quedaba también con un venado.
A medida que transcurría la jornada y avanzaba la mañana subía el calor y bajaba el número de ladras y carreras y por consiguiente los lances.
Pasada la una del medio día se retiraba a los monteros a la comida y comenzaba la tarea de sacar las reses.
La recogida fue rápida y organizada y poco después de las dos estaba todo en el plantel con un total de 16 venados y 12 jabalíes a los que hay que sumar cinco ciervas de gestión.
Los monteros disfrutaron de comida y plantel en Los Veneros y volvieron a casa con otra buena jornada vivida junto a Monteros de Siempre.
Cerraba el segundo fin de semana de su temporada particular Jesús Carrero ofreciendo a los habituales de Monteros del Hito la posibilidad de cazar de su mano la finca de El Puntal.
Para ello les daba cita en la mañana del domingo 20 de Octubre, en la que se presentaban algunos con carita de haberse extendido de sobremanera. La sobremesa de la jornada anterior en Cantillana, donde el agua no impidió que el cante y la juerga durase hasta bien entrada la noche, tuvo la culpa.
Con los lances en el gargabejo esperaban los monteros expectantes el momento del sorteo que Jesús Carrero no demoró.
De esta manera, y con el día que de nuevo amenazaba con llover, muy tempranito salían los primeros cierres a esta mancha de la pacense localidad de Puebla de Obando.
Con puntualidad inglesa soltaban las rehalas y hasta el momento no se habían escuchado disparos con la entrada de las distintas armadas.
Tras unos minutos de extraño silencio, las rehalas dieron con el primero de los encames de los jabalíes, que comenzaron a amenizar la mañana.
Ladras por aquí, disparos por allá, intervalos de silencio alternados con estrepitosas ladras, fueron la tónica general de una mañana que terminaba siempre con disparos.
Sobre las dos de la tarde, se retiraban a los monteros que habían disfrutado en El Puntal de otra entretenida mañana de caza al lugar establecido para disfrutar de una comida y reunir la caza.
Buen plantel y juicio final
Allí fueron llegando poco a poco los remolques que consiguieron reunir finalmente un plantel de 27 jabalíes, destacando ocho de ellos que portaban unas magníficas defensas y 8 venados con algunos muy bonitos.
Como curiosidad, en este día don Antonio Sigano Silva consiguió hacerse con su primera res de montería. Fue sometido a juicio, declarándosele culpable y aplicando la pena correspondiente. El corte de un mechón de pelo para el diploma, ser manchado de harina, huevos, sangre y despojos. Se salvó con el pago de la condena a un fresquito a todos y cada uno de los asistentes.
Con la celebración del juicio y su condena se ponía punto y final a la cuarta jornada montera del Grupo Hito en El Puntal que este año lleva pisado a fondo el acelerador. Un diez para todas y cada una de las monterías ofrecidas hasta el momento.
Una crónica de Carlos Casilda Sánchez
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Monteros del Hito
Fecha: 20 de octubre de 2019
Finca:El Puntal de Poniente /Finca abierta / Hectáreas monteadas: 400
Término: Puebla de Obando, Badajoz
Puestos: 29 / Cupo: una cierva, resto libre / Rehalas:
Buenos venados en la segunda montería de acción del Calendario para Cinegética Suroeste y Cinegética Morales desde que comenzó la temporada de caza mayor en Extremadura.
Martín y Ramón reunían a los cazadores en el local social Los Castellanos de Cáceres a las 8:00 h de la mañana para realizar el habitual ritual montero. Un buen desayuno de migas extremeñas y café acompañado de saludos con amigos monteros.
Las Torres de Hinojal e Hija de Vaca, finca que se cazaba en este día fresco y soleado, es una finca de 900 hectáreas. Se cazaba con 65 posturas y 16 rehalas, finca muy buena tanto para cochinos como para reses, donde siempre suelen salir bonitos trofeos.
La finca es una mancha que está compuesta por riberos, arroyos y apretones de monte, en la cual las reses y los jabalíes encuentran un encame perfecto. Se esperaban buenos venados.
Tras las migas, el sorteo no se hizo esperar. Martín y Ramón explicaron detalladamente la finca, los tiraderos, las normas de seguridad y las especias que se podían abatir. Después dieron paso al sorteo con todos los puestos encima de la mesa. La suerte estaba echada.
Con el sorteo realizado las armadas fueron saliendo por orden de salida, primero los cierres y por último las traviesas. Antes de soltar los perros a las 11:30, las primeras reses querían escabullirse. Se dieron los primeros lances a los monteros y, ya con los perros sueltos, la montería fue un espectáculo de ladras y disparos.
Puestos afortunados
Destacamos varios puestos afortunados. Bernardo Turégano en el Cierre de la Reforestación nº 1 cobró un bonito venado y erró otros tres lances más. De un lance errado de Bernardo se aprovechó Germán en el 4 de la misma armada que cobró un bonito venado de 10 puntas. Mario en el puesto 9 del Cierre de los Riveros cobró un bonito navajero. También Peri en el Cierre Ayuela nº7 cobró otro bonito navajero. Otro de los navajeros lo abatió Luis Carlos en el puesto nº5 de la Traviesa Central, un bonito lance.
Santiago Guerrero y su hija Fátima en el Cierre de las Torres nº8 consiguió abatir un bonito venado ella y un buen cochino él. Un puesto que tardarán en olvidar en el que también erraron otro venado. Jaime Peña en la Traviesa Central nº4 consiguió abatir dos venados, uno de ellos bastante bonito.
En el nº2 del Cierre Regatón, Ángel Rodríguez abatió el venado más grande de la montería. Candi, junto a su hija Lucía, en el nº5 del Cierre la Ayuela se hizo con el cochino más grande de la montería.
Una nueva montera
No podemos olvidarnos de la nueva montera, Inés Paredes Gallego, hija del postor Manuel Paredes, que consiguió abatir una hembra de jabalí en el puesto nº8 del Cierre de la Reforestación.
Como mandan los cánones de la montería fue hecha novia tras ser juzgada, siendo el verdugo su padre y todos los amigos monteros que estaban allí presentes. ¡Enhorabuena Inés, nueva montera!
Tras la montería los postores sacaban la caza de las armadas. Gran trabajo el de los mismos y rápido, para que todo el mundo pudiera disfrutar de un plantel. Los monteros llegaban al cortijo de la finca. Unos aperitivos acompañados de salchichas al vino y entremeses sirvieron de entrantes. Y unas sabrosas judías blancas con chorizo de plato principal fue la comida en este bonito día de montería.
El resultado final de la montería fue de 17 Venados, 15 Jabalíes y ciervas de gestión. Destacaron 4 buenos navajeros y una muy buena calidad, buenos venados, haciendo constar que se trata de una finca abierta. La finca cumplió con las expectativas que se tenían puestas en ella, todo trabajo trae su recompensa.
Otro triunfo de Agromonte en Los Lirios, la agradecida mancha onubense.
Con un fuerte viento y de carácter poco afable amanecía el pasado 3 de noviembre en San Silvestre de Guzmán, antesala del que fue otro triunfo de Agromonte.
El fresquillo ya hacía presagiar que se nos mete el otoño y los cazadores se abrigaban al bajar de los vehículos para degustar unas estupendas migas en los momentos previos al sorteo.
Esta pequeña mancha de jaras, enclavada entre el medio de unas producciones intensivas de más de dos mil hectáreas de naranjos y otras tantas de frutales, concretamente caquis, viene dando unos magníficos resultados en las últimas temporadas.
Con la premisa de pasar un día entretenido tras los jabalíes, los cazadores citados por el amigo Abraham Vázquez, atendían a las últimas indicaciones por parte del directivo de Agromonte que con unas emotivas palabras hacia su familia comenzaba a repartir la suerte entre los monteros.
Al final, 34 puestos a sorteo
Así, con todos los puestos encima de la mesa fue transcurriendo el sorteo de las cuarenta papeletas de las que sobraron seis por falta de asistencia de los monteros.
Al final, 34 puestos cerrarían la zona a cazar.
En suertes tuve el 6 del cierre de la Linde de Botello, y fuimos la segunda armada en partir al cazadero distante del lugar un par de kilómetros.
Cargando mi arma comencé a escuchar ya disparos de los otros cierres que fueron moviendo las reses en una mancha no demasiado espesa al menos de la pista hacia el Botello.
La parte del olivar, estaba cargada de cervuno, por lo que no tardaron en comenzar a disparar viendo como un gran venado abandonaba el cazadero sin poder ejecutar lance con él antes de cerrar.
Con la emisora preparada escuchaba como las rehalas iban tomando posiciones cuando un disparo de mi vecino me saca de la atención a la radio, viendo como ya, un jabalí ponía rumbo en mi dirección.
Suelto tiestos y me preparo, pero ante la tranquilidad de la mancha, no sé dónde se mete y permanezco atento.
A buen seguro se habría aplastado.
Tras la suelta, se formó la guerra
Con la suelta de las rehalas se formó la guerra, disparos por aquí, ladras por allá, reses para un lado, cochinos para el otro, todo un atropello de comienzo montero, con la sinfonía de los molinos de viento que no paraban de dar vueltas.
El viento era intenso y no dejaba escuchar la mayoría de disparos, ni ladras, ni voces de los perreros, por lo que había que permanecer en las posturas de uñas.
Así, hubo un montero que con su escopeta jugó 16 lances a jabalí, quedándose únicamente con una cochina.
La montería no paró en intensidad de principio a fin, con monteros que afortunados unos y desafortunados otros fueron intentando sortear los lances de la mejor manera posible.
Destacar puestos con seis, cinco, cuatro cochinos abatidos, algunos de dos cochinos y un venado y destacar puestos con numerosos lances infructuosos dada la dificultad de tino con los jabalíes.
Pasadas las dos se retiraba a los monteros de las posturas para degustar una magnífica comida mientras se sacaban las reses.
Otro triunfo de Agromonte: caras de satisfacción
Allí todo eran caras de satisfacción, unos habían tenido mayor, otros menor suerte, pero en general todo el mundo o tiró o vio caza transitar en los aledaños de su postura.
Al plantel finalmente llegaron 42 jabalíes y ocho venados, destacando un venado bastante raro pero lo que lo hacía llamativo de 12 puntas y un magnífico cochino.
Destacar también el navajero abatido por la amiga Rocío con su rehala y otro navajero cobrado a la mañana siguiente.
Resaltar el magnífico ambiente entre los asistentes, que a pesar de ser domingo, de ser el tercer día consecutivo de montería y de tener que volver al horario laboral a la mañana siguiente, permanecieron festejando el buen día hasta bien entrada la noche.
Otro triunfo para Agromonte en esta preciosa finca de Huelva.
Monterías Riquelme cumplió con sus monteros realizando cupos y garantías en La Casa de la Virgen
Eran las 09:00 en punto y estaba todo preparado en el enclave privilegiado de Puebla de Don Fabrique. Un paraje que prácticamente divide dos mundos, una zona casi desértica y abrupta y otra un enclave de monte y pedriza. Que separa Andalucía del resto del mundo.
La mañana había amanecido fresca por debajo de los 5 grados el cielo despejado y previsiones de altas temperaturas con lo que había que aligerar. Los puestos iban viendo conforme se colocaban grandes venados, incluso algún montero pudo disfrutar de algún lance apenas llegado al puesto.
Había mucho rastro de jabalíes y un pisoteo y trillerio de reses por toda la mancha, se producía la suelta rozando las 11 de la mañana y los primeros puestos de la traviesa marranera veían las primeras pelotas de reses pudiendo abatir los primeros venados.
La querencia de las reses hacía que los perros se volvieran a la suelta una y otra vez por lo que los puestos más próximos a ella no paraban de jugar lances una y otra vez, haciendo el cupo con facilidad.
Pero los puestos de la armada Casa de la Virgen no terminaban de cumplir, la temperatura superaba ya los 30 grados y el calor era asfixiante.
Era tiempo de hacer una pausa. habia dos puestos que no habían cumplido y en la misma suelta se concentraban las reses por lo que aprovechando la pausa para que se refrescaran perros y perreros se reubicaron esos dos puestos, donde finalmente jugaron varios lances y cumpliendo con la garantía de éstos.
Garantías y cupos
La sensación de los Monteros era la de que la mancha aunque todo el mundo había hecho su garantía y tenían casi todos los puestos el cupo hecho, debido a la calor se quedaron los mejores venados en el monte.
Se había dado una muy buena Montería y el plantel vestía de bonitos colores un día precioso de campo.
Con el sol iluminando nuestras mejillas dándonos de nueva una lección de que para que los resultados vayan acorde con cada mancha el tiempo quizás sea de lo más importante a tener en cuenta para una Montería. Entre otras miles de cosas…
Esta vez se cumplió con creces y aún quedaba el plato gordo calidad precio que cazamos el día siguiente El Vaqueroun auténtico ojeo de perdices con más de 1000 detonaciones…
Una crónica de Jesús Riquelme
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Monterías Riquelme
Fecha: 18 de octubre de 2019
Finca:Casa de La Virgen /Finca cerrada / Hectáreas monteadas: 500
Ayer acudimos a la celebración de la Gala de entrega de Premios Caracola 2019 en Córdoba. Ayer cacé con mi padre…
…Ayer cacé con mi padre. Bajaba en coche con varios amigos y en mi interior llevaba semanas creciendo una inquietud agridulce de reencuentros y nostalgias.
Toda mi infancia, mi adolescencia y mi juventud hasta los veinte años la disfruté cazando en Andalucía en compañía de mi padre.
Desde las cálidas sierras de Huelva y Cádiz, hasta las frías umbrías de Sevilla y Córdoba, los apretados de Andújar y Cazorla, pasando por las pedregosas sierras de Málaga y Granada, finalizando por los secos pinares de Almería, las anduve a la sombra de mi padre, con el cobijo del mejor compañero de monte que un crío puede tener y bajo la enseñanza de un profesor de campo que debe transmitir en pocos años su conocimiento.
En esas cábalas estaba yo mientras el coche devoraba kilómetros corriendo hacia el sur.
«Hijo, caza, caza todo lo que puedas y sé leal a lo que has aprendido»
Son muchos años ya sin cazar en esas sierras andaluzas de El Pedroso, de Castilblanco y de Almadén de la Plata, muchas también los de Cazalla y Hornachuelos, los de Andújar y Cardeña.
También son ya ocho los años que han pasado cuando mi padre nos dejó subiendo sólo a esos riscos imposibles de alcanzar.
Se fue con una sonrisa y con todo ordenado, a cada hijo y por separado nos dio una consigna, eran puro amor sus palabras agonizantes y en mi turno, con esa mirada desinteresada ya por la vida, me dijo, «hijo, caza, caza todo lo que puedas y se leal a lo que has aprendido».
Atravesando Despeñaperros
En ese bálsamo de sentimientos estaba cuando la conversación del coche desvió mi mente.
Estábamos atravesando Despeñaperros y la identificación de fincas conocidas arrancó una conversación de recuerdos y debates de lindes que se fueron amortiguando a medida que los olivares ganaban terreno al monte de la misma manera que acortábamos distancia con Córdoba.
Proseguí en mis mudos pensamientos y ahora, temeroso, estudiaba cómo actuar si me encontraba con esos amigos monteros de mi padre y con los que yo hacía décadas que no veía. ¿Me recordarían? ¿Serían las mismas personas que en su día aparqué? ¿Se acordarían de mi padre?…
Poco a poco la Sierra del Brillante señalaba con tesón la proximidad de nuestro encuentro y la excitación por la Gala de premios protagonizaba la animada charla en el coche.
En la Gala de las Caracolas
Llegamos por fin al Palacio de La Merced que era la sede donde se celebraba la Gala y ya nada más llegar empezamos a respirar la montería española.
Amigos por doquier, saludos y abrazos, conocidos y desconocidos que al estrechar la mano se hacían de inmediato de la familia.
Perros de rehala acollarados batían las calles de la sultana Córdoba mientras que podenqueros con sus trabucos y coletos regalaban imágenes de los años sesenta.
Yo, por dentro, avistaba por encima de los corros buscando a los amigos de mi padre. Era una lucha interior que sólo yo sabía mientras buscaba el encuentro y temía el desenlace.
Continuó la jornada según su programa y después de participar en una charla coloquio sobre la montería y el Bien de Interés Cultural, muy interesante, caminábamos por la acera del palacio hacia el salón de actos para ver el inicio de la entrega de premios, cuando por la espalda, un hombretón y yo nos cruzamos la mirada y al unísono nos hermanamos en un abrazo.
Con Rafael Cabanillas: «Coño, Ernesto, ¡cómo me acuerdo de tu padre! ¡Qué señorazo!»
Era Rafael Cabanillas, rehalero sevillano de toda la vida y buen amigo de mi padre…
–¡Coño, Navarrete… cuánto tiempo! –Aflojando el abrazo y aún con la sonrisa por el encuentro va y me dice:
–Coño, Ernesto, ¡cómo me acuerdo de tu padre! ¡Qué señorazo! –y añadió:
–Todavía recuerdo uno de tantos detalles de tu padre, era en Los Labrados, lo de Pilili Camino, cuando todavía mi padre me acompañaba con los perros y estaba ya muy comido por la enfermedad. Yo estaba con los preparos de los perros y mi padre el pobre no encontró sitio en el Landrover de la armada quedándose huérfano de transporte. En esas llegó tu padre, capitán de la montería, y con cara de pocos amigos detuvo el coche y al postor, descabalgó al primero de la puerta del vehículo y espetó: «¡Este señor es rehalero y va aquí dentro como manda Dios». Lo arregló en un suspiro, Ernesto. ¡Qué gran hombre, Ernesto! ¡Cómo me acuerdo de él!
Yo me crecí con la anécdota, que no recordaba, y continuamos la charla, así como con las presentaciones a mis amigos que no conocían a Cabanillas.
Ayer cacé con mi padre
En esas estaba cuando por dentro de mí va mi padre y me dice…
–No fue así, hijo, jajaja. Eso ocurrió en Las Francas, no en casa de Pilili y Gabriel Moreno.
Efectivamente, lo que ocurrió fue que el padre de Rafael, enfermo, se quedó educadamente a la espera de que el postor la asignara sitio en uno de los Landrover de la armada y éste no hizo bien su trabajo dejándolo sólo, pero se arregló en un pispás y allí se fue Cabanillas padre más feliz y agradecido que nadie. ¡Y su hijo más orgulloso aún! Ja, ja, ja…
Yo, enmudecido y absorto al escuchar la voz de mi padre, me quedé petrificado al igual que mis ojos se llenaron de unas lágrimas que difícilmente pude disimular.
–¿Pero, padre? ¿Estás aquí?
– Siempre, hijo. Siempre estoy. Y más en esto de la caza y la montería. ¡Ya lo tenías que saber!
–Pero, padre. ¡¡Qué alegría!! ¿Yo no estaba ese día no? No, recuerdo la anécdota que me ha contado Rafael. Por cierto, que no lo veía desde hace más de veinte años.
–No, hijo, no. Tú ya estabas en Madrid con tus estudios y La Franca ya no la cazaste conmigo. Grandes momentos tuve con Rafael Cabanillas, era un fijo en mis monterías, serio, formal. Sabe estar en todos los ambientes y aporta alegría allá por donde pasa. Otro día en Arroyomateos, lo de Agustín Alcalá, montaron una jarana al finalizar que nos tuvieron que quitar las sillas porque si no hacemos noche. ¡Nadie quería irse!
–¿Qué buenos momentos padre da esto de la montería, verdad?
–Di que sí, hijo. ¡Por eso mismo quise enseñarte esta vida!
Con Paco Lucas: «¡Qué gran hombre tu padre! ¡Qué señorío en el campo!»
En este diálogo estaba con mi padre cuando, dentro ya del salón de actos, otro hombretón grande de alma y bajo de talla me cita…
–¡Navarrete, Navarrete…!
Era Paco Lucas, organizador de monterías y gran amigo de mi padre.
Nos fundimos también en otro abrazo sentido y tras él y aún con los brazos entrecruzados en nuestros hombros, me exclama:
–¡Cuánto tiempo, Ernesto! ¡Cuánto tiempo ha pasado, joder! ¡Cómo me acuerdo de tu padre y de ti! ¡Qué gran hombre tu padre! ¡Qué señorío en el campo!
Paco es una gran persona, muy afable y muy inteligente y trabajador. Con una sonrisa permanente y una personalidad muy atractiva que derrocha afición por todos sus poros. Yo le conocí hace ya muchísimos años cuando se iniciaba en esto de las orgánicas y ahora tiene años de experiencia y un cerro de premios en su organización.
–Hijo –me susurra mi padre–, Paco me ayudó siempre que se lo pedí. Si me faltaban perros para algún día, él me los conseguía. Si eran bestias para el acarreo también era él el que me lo resolvía. Es un hombre que conoce a toda la gente de la sierra, sean pueblos o ciudades, sean bestias o máquinas, él se conoce a todo el mundo. Gran hombre, sí señor. Hemos cazado juntos innumerables fincas señeras y de las otras.
–¿Padre, le veías ya como futuro orgánico?
–Sí, claro, él ya se había iniciado en organizador con algunos ganchos en fincas pequeñas. De ahí sacó la sabiduría en el trato con las personas y con el campo. Fíjate ahora lo que es. ¡Cómo me alegro por él!
–Por cierto, hijo, tienes a tu izquierda a Mariano Aguayo y a su mujer María Fernanda Fernández de Córdova. No dejes de saludarles.
Con Mariano Aguayo y María Fernanda, enormes figuras de la montería cordobesa
Son Mariano Aguayo y María Fernanda, su mujer, enormes figuras de la montería cordobesa, amén de académico, pintor, escritor y pensador.
Defensor incansable de la montería y del mundo del perro en la caza, ejemplo de caballerosidad y elegancia, portador de tantos conocimientos cinegéticos que bien se merece el premio que en esta Gala recibió
–Fueron muchas las tardes de verano que disfrutamos tu madre y yo con ellos y con los Sanabria. Grandes tertulias agosteñas que entre Mariano y yo se trasladaban rápidamente a asuntos venatorios. Por cierto, hijo, tenemos varios cuadros suyos.
–Sí, padre. A mí me toco uno de ellos, el de la cabeza de un podenco afilado y cárdeno. Está en casa, padre.
–Con él monteamos juntos La Aljabara de Cárdenas. ¿Te acuerdas que nos tocó un puesto muy enmontado y nada más ponernos me retiré a avisar a los vecinos y en ese trayecto me topé con un venao que estaba en su careo, quedándome con él?
–Claro que me acuerdo, padre, y que luego yo me desdoblé contigo quedándome en un regatón muy sucio y en medio de la montería se descolgó otro venao barranco abajo que te pisó el puesto, pero no lo tiraste porque me venía derecho y al llegar al mío no lo pude tirar por tener el seguro puesto y no me dio tiempo a quitárselo. ¡Claro que me acuerdo, padre, cómo si fuera ayer!
–Recuerdo tu cara de asombro y pesadumbre, hijo. Pues ese día tuvimos de vecino de postura a Mariano que iba con uno de sus hijos.
Alfonso Aguado y el autor antes de entregar la Caracola a la mejor montería de jabalíes en abierto.
Con Alfonso Aguado Puig, sencillo, afable, honesto, generoso y entregado
–¡Padre, padre, mira quien viene a saludarme!, es Alfonso Aguado hijo. ¿Te acuerdas de él?
–Claro, hijo, pero sobre todo de su padre, Alfonso. Por aquí le veo muy a menudo.
Alfonso Aguado Puig, el hijo, es rehalero como su padre y reconozco que le tengo especial cariño y afecto por muchos motivos.
Es más joven que yo y le perdí la pista cuando me fui de Sevilla en busca de mi camino.
Le reencontré en las revistas de caza haciendo una de las miles de cosas que hace rebién, como diría el maestro Aguado, la defensa de la rehala y de la montería.
Enorme defensor de la agrupación de rehaleros, de monteros, de orgánicos, buscando una alianza que aporte inercia al colectivo en defensa de nuestros valores y de nuestra forma de entender la vida.
Es presidente de la Asociación Española de Rehalas, cargo de mucho trabajo anónimo no remunerado y de escaso relumbrón mediático.
Es un abogado sereno y firme, es una persona sencilla y afable, es un hombre honesto, generoso y entregado.
«Hijo, Alfonso padre por aquí sigue con su eterna sonrisa»
–Pues, hijo, Alfonso padre por aquí la sigue liando. Ja, ja, ja… Sigue enjuto y bajillo de talla, con su porte de Teba y sus ojos azules, sigue con su eterna sonrisa que hasta duerme con ella.
–Padre, yo no he conocido un hombre más risueño y alegre como él en esto de la montería. Un día en Casa de Gómez, lo de Manolete Camino, y antes del sorteo, se pusieron los Obelar y él a contar anécdotas y chistes de tal manera y con tanta profusión que hasta el propio dueño, Manolo, tuvo que salir de la casa y preguntar que qué cojones pasaba, que no se podía iniciar el sorteo porque media montería estaba fuera haciendo un corro de risas y carcajadas provocadas por los hermanos Obelar, Alfonso y el inefable José Luis Nimo.
–Ja, ja, ja… Ese día, hijo, dejamos de tirar dos cochinos que nos hicieron un roto al cambiarme yo de postura por querer mejorarme. El puesto estaba en la misma herida del barranco que sale por debajo de la casa. Lo corregí subiéndome un poco a la costana y así poder divisar algo de ella y, sin embargo, los dos cochinos que entraron seguidos de perros se vaciaron por el mismo cajón del barranco, casi pisando el puesto original, y solo oímos el tronchar de adelfas.
Y la Gala comenzó…
Se inició la Gala de las Caracolas y los sentimientos y la atención dejaron paso a los acontecimientos.
Se repartieron los premios, se regalaron aplausos, merecidos todos, y se culminó la ceremonia con una espléndida comida adornada de charlas monteras, risas, más obsequios y llegando finalmente el momento de las despedidas y del ojalá volvamos a vernos pronto.
Ya en el coche de vuelta, pasando de nuevo por tierras de Despeñaperros, era de noche, los compañeros de viaje también cansados volví a oír a mi padre.
El regreso: «¿Padre?… ¿Padre?…»
–Hijo, que bien lo hemos pasado hoy, ¿verdad?
–Sí, padre, fenomenal. ¡Qué alegría volver a oírte, padre! ¡Qué gozada haber podido reencontrarme con Cabanillas y con Paco Lucas! Hacía un porrón de años que no los veía, padre.
–¡Te echo mucho de menos, padre! Cada vez que monteo no dejo de pensar en ti. Me acuerdo de nuestros regresos de montería, en el coche, donde ambos analizábamos la jornada, nos reíamos juntos de las bromas del día. Nos relatábamos nuestros mutuos lances y siempre, siempre nos apartábamos en varios pueblos para ver dónde poder oír misa de última hora, entrando en la iglesia con unas pintas de temer, ja, ja, ja…
–¿Pero, padre, se montea ahí donde estáis? ¿De verdad se está tan bien como nos dicen? ¿Hacéis sorteo? ¿Existen también los cierres y las traviesas? ¿Pero, padre, qué voy a hacer yo sin esto de la montería cuando me toque el turno de subir? ¿Padre, estás orgulloso de que haya seguido tus pasos en esto de la caza? ¿Cómo ves a mis hijos? ¿Crees que seguirán nuestros pasos? ¿Lo harán bien, padre?
–¿Padre?… ¿Padre?…
«Padre, qué rebién hemos cazado hoy»
Los baches de la calzada me devuelven de nuevo al mundo rural encontrándome sobre la subida que nos saca del barranco de Despeñaperros para alcanzar las llanas de Almuradiel.
En ese trayecto la oscuridad que aporta la sierra da paso a una noche abierta y estrellada. Mirando ahora ese cielo repleto de sueños y envuelto en un silencio cansino en el interior del coche, me despedí de él.
Herido por la nostalgia, pero satisfecho por el encuentro.
Me acordé de sus palabras: «Hijo, caza, caza todo lo que puedas y se leal a lo que has aprendido…».
Mirando a través de la ventana de ese cielo oscuro y estrellado le dije: «Padre, qué rebién hemos cazado hoy».
Gran montería en el El Aguijón, con una mancha muy cochinera que al final llevó al plantel una gran cantidad de cochinos para satisfacción de los monteros.
El domingo, 27 de Octubre, volvían CazAitor y El Rincón Cinegético a citar a sus monteros en las inmediaciones del Parque Nacional de Monfragüe, en esta ocasión, para una gran montería El Aguijón, mancha muy cochinera.
Sorteo rápido en el restaurante Las Habazas, para que las armadas fueran cerrando la finca adecuadamente. Sobre las 11:00 de la mañana ya estaban las rehalas en el monte, convirtiéndose el cazadero en una auténtica fiesta, con los cochinos como protagonistas.
Muchísimos tiros e incontables lances, se sucedían a lo largo y ancho de la mancha. Incluso por las inmediaciones del catering se veían piaras corriendo, buscando los perdederos no cubiertos por puestos.
Otra gran montería en abierto, llegando al cemento nada más y nada menos que 50 cochinos y 8 venados. Destacar el excepcional trabajo de las rehalas, auténticas protagonistas del éxito de la montería.
En La Parrilla-Navafría, CazAitor y El Rincón Cinegético ofrecieron a sus monteros otra gran montería en la que cochinos y venados dieron bien la cara, con las rehalas en forma gracias a las lluvias.
El sábado, 26 de octubre, fue la fecha elegida por CazAitor y El Rincón Cinegético para montear la preciosa finca La Parrilla – Navafría, situada en Serrejón, lindando con el Parque Nacional de Monfragüe. Una finca con un fama de cochinera y con gran cantidad de venados.
Ordenadamente, iban saliendo las armadas, en dirección al cazadero. Siendo la zona de La Parrilla más llana y con mayor cantidad de reses; mientras que la umbría de Navafría, albergaba gran cantidad de jabalíes.
Muchos tiros y lances, se sucedieron a lo largo de la mañana. Las rehalas ya más en forma y con el campo muy mejorado tras las últimas lluvias, hacía presagiar que la montería sería todo un éxito. Los perros cazaron a la perfección porque el monte había recibido agua y las temperaturas acompañaron.
Todos los monteros se mostraron satisfechos en la presentación del plantel, que finalmente presentó 27 venados y 19 jabalíes.
Otro gran montería de CazAitor y El Rincón Cinegético.
«El venado bueno de la collera, seguramente el más grande que vi».
Casa Polo, alcanzó una nota alta, muy alta, pero fíjense que es sólo un ejemplo de las grandes monterías que ofrece Sierracaza.
Hasta el extremo este de Los Pedroches nos trasladamos en esta ocasión con el VolkswagenAmarok V6, para asistir de nuevo con Sierracaza a otra estupenda montería, otra más de nota alta con esta organización.
Se agradecía el receso térmico tras un inicio de campaña montera tan caluroso.
Nubes y claros. Temperatura agradable. Viento escaso sino nulo. Buen día para montear.
Precioso el cortijo de la finca, situado en un lugar estratégico, entre la parte alta del coto, dehesa y tierra afable, y la parte baja, con barrancos, más abrupta y con más monte, incluso algo de pinar.
No estábamos lejos de la localidad de Venta del Charco, pedanía de Cardeña, Córdoba.
Abajo, el río Yeguas, de aguas más bravas de lo que se pudiera pensar, aunque no quizá en esta ocasión por la maldita sequía, despedía a los últimos jirones de nubes –de niebla bajera– que no eran suficientes como para de encapotar el cielo.
Sequía. Por mucho que esta zona haya una especie de micro clima, que normalmente propicia que llueva más que en los alrededores, no ha llovido lo suficiente como para que ese plus extra natural que necesitan las cuernas, sobre todo de los venados, pasen de grado: de grandes a enormes, de plata o oro, de representativo a bronce…
Antonio Gómez Cuenca dando las instrucciones concretas en el sorteo.
Desayuno, sorteo, salida de las armadas y suelta. Todo muy rápido
Cuando llegué a la casa, Antonio Gómez Cuenca, máximo responsable de la organización iliturgitana, ya estaba con su equipo preparando el sorteo. Su mujer, Teresa Ramírez, sus hijos, Antonio y Alberto, Sebastián Heredia… y, cómo no, Salvador Marcos, a los mandos de la fotografía y el vídeo.
Lo primero, tras los saludos de rigor, una alegría: «Vaya montería buena ayer en Las Nieves, Adolfo, con tres grandes venados, enormes, oros muy pasados». (Oro en Las Nieves).
Me llevé una alegría enorme al encontrarme con Juan Carranza, que me comentó que va a volver al redil de la organización de monterías en su tierra onubense esta misma temporada. Es un asiduo de esta montería vecera, me refiero a que se caza una temporada sí y otra no, cada dos desmogues. No en vano, en la temporada 2017-2018, Juan se hizo con tres gamos medalla de plata, no es extraño por lo tanto que quiera volver.
Tras las normas de seguridad, y recalcar que el cupo era de tres machos a elegir entre gamos o venados, Antonio sorteó con rapidez los 15 puestos. Cochinos sin cupo.
También fue muy rápida la salida de las armadas.
Antes de las 10 todos los puestos colocados.
Antes de las 11 ya habían soltado las siete rehalas. Rehalas escogidas.
Me fui con Antonio y el Amarok a la suelta, pero no adelantes acontecimientos, cada cosa a su tiempo.
Cadencia de gran montería
Se cazaban 700 hectáreas (ha), que para 15 puestos, salen a más de 45 ha por puesto, por lo que no faltaba el trabajo para rehaleros y perros, sobre todo en la parte más baja y dura antes nombrada.
De vuelta de la suelta, vimos como un montero ya tenía un gamo medalla alta cobrado y saludamos a Carranza y a su compañero, el joven montero Juan Carlos Marchena, tenían un puesto precioso.
Ya se tiraba a modo, rachas encadenadas, descanso, otra racha… quizá faltaba ‘la sal de la montería’, los cochinos, que no dieron la cara, ¡no se cobró ni uno!
Seguramente también influyó la cantidad de reses que había. Algunos grupos muy numerosos que demandaban mucho la atención de los perros hasta que los rompían, si es que se rompían.
Gamos y venados iban cumpliendo y los monteros, poco a poco, intentaban completar su cupo.
Antonio Gómez Cuenca con la emisora, intentaba que las rehalas apretaran donde aún no se habían completado los cupos. Sus hijos, Alberto y Antonio, guiando las manos de las rehalas…
Desde la parte alta
Situado en la parte más alta del coto, les relato, con ligereza, un resumen de lo que este cronista vio.
El más grande de ‘los cinco’.
Primero cinco venados, con uno muy bueno y otro ‘tirable’. Resabiados, se amparaban en una tira donde las encinas se apretaban y más que dehesa aquello era ya monte. Siempre que podía, el grande se situaba en medio. Curioso.
Carreras a ciervas, alguna pelota pequeña, de tres o cuatro, otras sueltas.
Una collera de venados. El escudero, joven, el ‘jefe’, muy bueno, quizás mejor que el grande de los cinco, con mucho grosor. Iban más rápidos que los primeros seguramente porque al grande ya le habían silbado las balas, aunque en la tira también se pararon a barruntar.
Una pelota enorme y heterogénea tomó muchas precauciones al otro lado de la tira de monte. Prácticamente sólo vi patas.
«Irrumpió una pelota de cervuno, con algún venado interesante».
Irrumpió una pelota de cervuno, con algún venado interesante –especialmente tres, con un 12 puntas con mucho grosor y largo– aunque menores que los dos anteriores. Muy difícil, en todo caso, para el montero, al ir siempre al trote ‘cervunero’ –qué horror de palabro me he inventado– y muy arropados entre ciervas y venados jóvenes.
Prácticamente finalizada la montería, apareció un grupo de ocho ciervas, gabatonas, un vareto prometedor y gabatos. ¡Cuántas precauciones! ¡Cómo buscaban lo más sucio para estar protegidos y tranquilos! ¡Qué bonito! Eran las 14:45.
¡Qué bonito!, cuántas precauciones tomaron.
Cuánto se aprende haciendo fotos, mirando y a veces viendo.
Es formidable esto de la caza, del campo, nunca se deja de aprender.
El plantel
Camino de la casa vi un gamo tremendo, oro sin duda, para otra montería quedará.
Como me entretuve en hacer fotos, llegué el último.
Prácticamente todos los monteros contentos, caras de satisfacción.
Comí estupendamente con Juan y Juan Carlos, el 6 de El Cotillo, su puesto, confirmó las expectativas matutinas, completaron el cupo con dos venados (un gran 16 puntas y otro de 11 –sin contraluchaderas– pero largo y grueso) y un gamo, de pala corta pero muy ancha, con muchas puntas, muy bonito y sin ningún defecto. Muy posiblemente los tres medallables.
Las reses llegaron en un pispás.
Las reses se recogieron rapidísimo, antes de las 16:00 ya estaban todas en la junta, 16 venados y 20 gamos.
Varios cupos destacables por su calidad, además del de Juan y Juan Carlos, a su lado, en el 5 de El Cotillo (dos venados y un gamo); el 1 de El Cotillo (tres gamos); el 2 de Las Minillas (dos venados y un gamo); el 2 de Pilaricos (un venado y dos gamos); el 3 de Pilaricos (dos venados y un gamo); el 4 de Pilaricos (un venado y dos gamos)…
Sólo un montero se quedó en blanco, eso sí, falló cuatro gamos.
Calidad. Uno, quizá, puede presumir de pocas cosas, pero sí lo puedo hacer de ser honesto, aunque lamentablemente es algo de lo que nunca se debería presumir. Digo esto porque, aunque soy asesor de la Comisión de Homologación de Caza Mayor de la Comunidad de Madrid y Medidor del SCI, y he medido muchos trofeos de venado y bastantes de gamo, en verde me puedo equivocar. No es fácil.
Calidad (y II). A mi entender había un mínimo de ocho venados medalla, quizá 10, con algunos plata –no creo que ninguno llegara al oro–, y 14 o 15 gamos, con al menos un par de oros.
Pongamonos en el mínimo: 8+14 = 22. Algo más del 60% de los trofeos medallables.
Resumen: nota alta para Casa Polo, para la propiedad y para la organización.
Al cierre de esta edición nos llegaron los resultados de Sardina que monteó una temporada más Sierracaza, prepárense… fue una montería enorme, formidable.
Crónica y fotografías: Adolfo Sanz Rueda
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Sierracaza
Fecha: 20 de octubre de 2019
Finca:Casa Polo / Finca cerrada / Hectáreas monteadas: 700
Término: Cardeña, Córdoba
Puestos: 15 / Cupo: 3 machos a elegir en venados y gamos / Rehalas: 7
El Amarok V6 como por su casa en la dehesa de Casa Polo, comarca de Los Pedroches, Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro.
La carretera A-420 desde Marmolejo, donde pernocté, a Venta del Charco, es muy virada, sobre todo después de espectacular paso por la presa del embalse del Yeguas (¡actualmente al 24% de su capacidad!).
En ese tramo se puede considerar perfectamente como una carretera de montaña.
El comportamiento del Amarok en esta carretera fue simplemente perfecto, estable, seguro y con un comportamiento en curva excelente.
Muy sencillo el camino desde Venta del Charco al cortijo de Casa Polo.
En la junta, al igual que el sábado en El Pozuelo, llamó la atención, y eso que el repertorio de vehículos de su mismo sector era muy amplio.
Fácil para el Amarok V6. Llegó hasta el último rincón de la mancha sin problema.
Cuando ya estaban todos los monteros colocados, fui con el Amarok V6 tras Antonio a una de las sueltas en la parte más baja de la finca (la más abrupta) y después me desplazaría a la parte alta (la dehesa) a realizar el reportaje.
El Amarok fue sobrado con sus 204 CV de potencia.
Además la tracción permanente 4Motion (que distribuye la fuerza entre los ejes delantero y trasero de forma variable, normalmente, el reparto es del 40/60) y el cambio automático de ocho marchas, hacen que el conductor prácticamente solo se tenga que preocupar de extremar las precauciones en los peores pasos.
No había desniveles laterales, pero sí a veces el carril tenía una pendiente considerable y algún paso estrecho o bacheado. No fueron obstáculos, me tuve que limitar a conducir con la debida prudencia.
Lo dicho, el Amarok V6 va sobrado en estos terrenos, y más tarde, en la zona adehesa, no tenía problema alguno en salir del camino y transitar por campo a través.
Nota también muy alta también para el pick-up.
No deje de probar el pick-up Amarok V6 en el concesionario
Continuaba con su temporada Lances Extremeños, citando a sus monteros en Valdecaballeros para cazar la finca El Manzano próxima a la localidad.
Con las ilusiones puestas en el buen estado de la mancha y tras el característico desayuno de las migas, se procedía al sorteo de las cuarenta y tres posturas con que se iba a cazar esta finca de jara y eucaliptal.
Sin demorarse partían las primeras armadas hacia el cazadero y ya desde la colocación de estas se pudieron escuchar disparos alternos en el tiempo. Pasadas las once se soltaban las rehalas y fue entonces cuando la montería tuvo su mayor apogeo y los monteros comenzaron a disfrutar.
En el momento que la línea de batidores estuvo conformada comenzaron a empujar reses por doquier a las posturas que se divirtieron desde este mismo momento y hasta que la montería hubo finalizado.
El aluvión de lances, ladras, disparos, mantuvo a los monteros atentos desde su colocación y hasta que fueron retirados por los postores tras sacar la organización a las rehalas del cazadero, entendiendo que se había disfrutado bastante.
Los monteros, satisfechos, partían hasta el cortijo de la finca donde disfrutaron de una magnífica comida mientras comenzaba la tarea de sacar las reses.
El plantel final, mostró un lúcido tapete con un total de treinta y un venados, destacando más de la mitad por su calidad y veintidós jabalíes con varios navajeros cobrados.
Un gran día, desde luego, para enmarcar en el calendario con esta joven organización.
Se cazaba, en la segunda de las jornadas de Lances Extremeños, la finca El Chuli , cercana a la localidad de Quintana de la Serena.
Dentro de la misma, en esta ocasión se montearía la parte de Los Vuelos, la cual suele ser bastante querenciosa en esta época del año, sobre todo para el cervuno.
Con las ilusiones puestas en ver entrar en la postura un buen ‘pavo’, los asistentes seguían las indicaciones del estado de mancha y normas a cumplir deseando conocer su suerte en el sorteo.
Las armadas fueron saliendo según se fue sorteando y muy tempranito quedaba cerrada la mancha. Ya desde antes de la suelta se habían escuchado varios disparos, lo que creaba buenos augurios.
La montería fue de más a menos conforme entraron los perros en el cazadero, que, con mucho calor y con el cansancio de la primera jornada montera no tuvieron fuelle para mas, a pesar de haber dado todo de si.
Pasado el medio día se retiraba a los monteros hasta el lugar de la comida, donde disfrutaron contando cada uno sus avatares de la jornada mientras se sacaba la caza.
El plantel final mostró un total de 24 venados aunque consiguieron cobrarse 4 más al día siguiente y algunas ciervas de gestión. Cerraba así su primer fin de semana montero Lances Extremeños.
Servicios Cinegéticos Herranz inició su andadura montera esta temporada con un gran plantel en abierto.
Por fin llegó la fecha, el 9 de noviembre. Fecha esperada por todos los monteros y por esta orgánica. Y la ilusión se hizo realidad con un gran plantel en Carboneras, Castillejos y El 1001.
Alberto Herranz, cuarto por la izquierda, con parte de su equipo antes de comenzar el sorteo.
Comenzamos a las 8:30 con el sorteo y un espectacular almuerzo, como siempre, de nuestro catering.
Música de monte
Las armadas fueron saliendo y a las 12:30 llegó la música del monte.
Las rehalas empezaban a trabajar.
Una mancha preciosa y extensa.
Muchos disparos, más disparos, más disparos y más disparos… y ya antes de soltar las 25 rehalas.
Durante toda la montería ya no dejamos de oír detonaciones y ladras.
Parte del equipo de nuestra orgánica guiaba a las rehalas desde los más altos riscos de la sierra, mientras otros lo hacían de la mano de ellas para que ningún trozo de monte, ni barranco o de chaparral se quedara sin mover, y así fue…
Las 25 rehalas trabajaron bien.
Las 25 rehalas trabajaron como esperábamos y los puestos cumplieron prácticamente todos.
La junta se hizo esperar ya que había muchos animales que sacar, mucho trabajo que hacer…
El equipo de Servicios Cinegéticos Herranz en plena faena, fue muy costoso sacar todas las reses.
La montería había acabado, pero ahora tocaba el trabajo de las mulas y los quaqs, todos preparados para la causa.
Un gran plantel
Se sacaban animales sin cesar, ya de noche hicimos un gran plantel, con 72 animales, más algún otro que nos nos pudimos hacer con él y quedó como alimento para los buitres.
«Un venado espectacular, que seguramente dará oro».
Un venado espectacular, que seguramente dará oro en la homologación definitiva, y otros tantos de mucha calidad, varios gamos muy bonitos, pocos guarros, esta vez solo 12, pero con cinco navajeros muy majos.
El resultado final fue de 18 venados, 12 cochinos, seis gamos y 36 hembras (ciervas y gamas).
«La gente encantada con la montería y los resultados, y nosotros mucho más».
La gente encantada con la montería y los resultados, y nosotros mucho más.
Hay que decir que el precio del puesto era de 220 €, una relación resultados/precio difícil de igualar.
En la montería estuvo presente el equipo de Sol Montero Producción Audiovisual, encabezado por Rubén del Sol, que realizaron un excelente vídeo de la jornada de caza. Aquí pueden ver el tráiler:
Primera montería de cinco de un programa muy completo para esta temporada, que dio su fruto con creces, os esperamos el día 23 La Virgen también en El Recuenco, muchas gracias.
Una crónica de Alberto Herranz
Fotografías: Sol Montero Producción Audiovisual y Servicios Cinegéticos Herranz
Ya entrada la noche se pudo conformar un gran plantel. No pocas reses se tuvieron que quedar en el monte para disfrute de los buitres. A la junta llegaron 72 animales.
El sábado, 2 de noviembre, volvíamos a los riberos del Tajo para montear Los Riverillos. Finca abierta, donde año tras año, la calidad de sus gamos, muflones y venados, va en aumento..
CRÓNICA
Tras las correspondientes indicaciones, iban saliendo las armadas ordenadamente.
En primer lugar, partían los cierres y el sopié. Y por último las traviesas, pudiéndose escuchar ya, las primeras detonaciones.
Incluso antes de la suelta de las rehalas, la montería ya era un tiroteo continuo, donde las veloces carreras de las reses, ponían a prueba la mano ‘diestra’ de los monteros.
Transcurrido ya un mes de la apertura de la temporada, ya es un gusto ver cazar los perros, los cuales nos deleitaban con largas y emocionantes ladras, que en la mayoría de las ocasiones, eran culminadas en los puestos.
Tras una trepidante primera hora, la montería fue in decrescendo, como es habitual en las monterías de reses. Cuando todas las rese fueron llegando a la junta de carnes, nos encontramos con un variado plantel formado por: 7 venados, 6 gamos y 11 muflones, con ejemplares de gran calidad, para tratarse de una finca abierta, como lo es Los Riverillos.
El pasado 26 de octubre iniciaba su temporada montera Cabezas Servicios de Caza monteando en Los Valles destacando la gran calidad de las reses en el resultado final
CRÓNICA
Cerca de las Villuercas y en una de las zonas mas bonitas de nuestra querida Extremadura, se encuentra ubica esta gran finca Los Valles.Cabezas
Finca de mas de 2.000 hectáreas, formadas por bonitos y apretados valles de jaras, chaparros y coscojas en las que, gracias a la buena gestión de su propiedad, alberga venados, gamos, muflones y una gran calidad de jabalíes.
Finca elegida este caso, para dar comienzo a toda una prometedora temporada montera. En este día nada apetecible para montear por las excesivas temperaturas mas de verano, que de otoño.
Se reuniría un reducido numero de monteros, repletos de ilusiones y ganas por ver que nos depararía este primer día de temporada.
Se montearía una de las manchas de la finca, con un cupo de 3 piezas a elegir entre venados, gamos y muflones, sin posibilidad de tirar cochinos. Los monteros todos gozarían de enormes tiraderos, ya que al cazar con muy pocos puestos y gracias a la orografía del terreno, todos los monteros contarían con una gran visibilidad.
La montería se desarrollaría con total normalidad, eligiendo los monteros desde primera hora de montería las reses sobre las que tener sus lances. Durante toda la mañana la montería seria muy divertida ya que la densidad y variedad de especies darían gran juego a monteros y rehaleros que realizarían un gran esfuerzo para poder mover el monte, ya que el calor según avanzaba la mañana iría aumentado hasta los 25 grados.
Al final de la tarde y tras un suculento catering en el que como siempre se respiraría, alegría, amistad y una gran armonía, contemplaríamos un buen plantel de reses formado por 42 piezas de una calidad media alta, entre las que destacar un 30% de buenos trofeos, con varios venados, gamos y muflones que despertarían el interés de los presentes. En resumidas cuentas, satisfacción y ganas por ir viendo todo lo que nos deparara esta temporada montera.
El sorteo y el desayuno fueron en Villaviciosa de Córdoba, localidad montera por los cuatro costados.
Cuando la caza es caza, las cosas a veces no salen como se espera, pero tanto la organización como la propiedad respondieron inmediatamente.
Javier Rodríguez Torrecilla es un joven organizador que va poco a poco ampliando su programa de monterías con fincas tan emblemáticas como Los Posteruelos.
Son casi 4.000 hectáreas cercadas solo perimetralmente, por lo que la consideración y la estrategia es prácticamente de abierto.
Javier, máximo responsable de Pelillo Servicios Cinegéticos, lo dejó claro en el sorteo: «se monteará con 21 puestos para 1.500 hectáreas» (¡más de 70 ha por puesto!).
Y prosiguió: «Señores, el 80% de los puestos son de cierre, el venado que pase se sale de la mancha y no vuelve a entrar».
Hizo especial hincapié en la seguridad, «aunque los puestos están bien colocados y muy lejos». Y señaló que quien quisiera podría ampliar el cupo –de dos machos de venado, muflón o gamo– según una tasa de abate preestablecida.
La garantía era de un macho por puesto.
Y concluyó diciendo que «aunque la calidad es alta, no hay oros para todos».
Plano de la mancha.
Cuando la caza es caza
Se montearía la mancha de El Encinar, y aunque en algunas zonas bajas está adehesada, tiene mucho monte y sus buenas pendientes.
Una macha preciosa, con mucho encanto montero, pero dura y nada fácil.
Desde la misma Villaviciosa de Córdoba –localidad montera por los cuatro costados–, donde se sorteó, Javier organizó la salida de las rehalas.
Me hizo mucha ilusión saludar a dos grandes monteros onubenses, Cosme Muñoz y Juan Jesús del Pino, así como a ese cazador, montero, jinete, gestor, escritor sublime… como lo es Lolo de Juan.
Y, cómo no, al equipo de Pelillo allí desplazado, con don Antonio Rodríguez (Pelillo padre), toda una institución, o esos fenómenos que son Fran Prieto y Manuel Labrador…
Antes de las 10:30 llegamos a la preciosa casa, con unas instalaciones perfectas me atrevería a decir, ya se estaba tirando, incluso un puesto comunicó por la emisora que ya había hecho el cupo con una collera de venados.
Se soltó antes de las once.
Nos trasladamos a una cuerda en la linde a una de las sueltas, desde allí, además, Javier, Fran, Antonio… podrían controlar el devenir de gran parte de la montería.
Cuando aún no eran las 11:00 se soltó.
Un contratiempo inesperado…
Con lo que no se contaba era contratiempo climatológico inesperado, otra vez el calor, tras un receso los días anteriores –vamos, que hizo el tiempo habitual para esas fechas–, de nuevo hizo un calor impropio de finales de octubre.
Más de 25º C. A la sombra, claro.
Por mucho que las 20 rehalas que se soltaron fueran de una calidad contrastada.
Es imposible montear en manga corta. Y nada agradable.
Esa cierva y su gabato se pasaron ahí prácticamente toda la montería. Solo se arrancaron a última hora, junto a una pelota de cervuno que estaba en los chaparros de más abajo y en la que iba un gran venado.
Se cansan los perros, se cansan las reses… Todos buscando agua y sombra…
Y encima tantísimo terreno para tan pocos puestos. Y en una mancha tan dificultosa.
Se tiraba, claro, pero no era lo esperado.
La caza natural es caza, para lo bueno y para lo malo.
Y como es habitual en estas circunstancias, los guarros de rositas, en una mancha tan cochinera.
Dos ejemplos, un gabato que escapó de la quema, se amagó en una tira de monte, literalmente le tuvo que pisar al final de montería un magnífico puntero para una dar carrera de apenas unos metros, el gabato se amagó de nuevo y el podenco acudió a la recogida.
Yendo ya hacia la casa, un poco más adelante, de la misma tira de monte, se arrancó tan tranquilo un muflón que llevaba una medalla de oro pasada enroscada en sus cuernos, rumbo a un puesto cuyo montero ya se había quitado.
Durante la montería vimos bastantes reses lejanas, con un par de venados muy buenos.
Cerca, algunas ciervas y una collera de venados jóvenes, además del gabato y el muflón reseñados.
Fran Prieto y Javier Rodríguez.
Aplausos y calidad
A las 15:15 llegaron las primeras reses a la junta, tres venados de mucha calidad.
Como a las 16:00 ya estaba todo el plantel.
Entre tanto, Javier y Fran, que por las emisoras sabían el resultado de prácticamente todos los puestos, se dirigieron a la comida, por cierto, extraordinaria, y cuando estuvieron todos los monteros presentes, Javier tomó la palabra.
Comenzó pidiendo perdón y terminó diciendo que todos los monteros que se considerase no habían cumplido con la garantía tendrían su compensación, o bien a rececho o bien con el mismo cupo en la mancha de Plaza de Armas.
Al terminar el discurso recibió una cerrada ovación.
El plantel: 18 venados, siete cochinos, dos muflones y 16 ciervas.
Mucha calidad, como ya les comenté en la crónica anterior, uno intenta ser lo más honesto posible en este cometido, que no es sencillo en verde.
Prácticamente todos los venados ‘buenos de montería’, a mi entender había un mínimo de nueve venados medalla, como mucho una docena, con cuatro platas.
Muy buenos los dos muflones, uno medalla seguro, posiblemente plata, y el otro ahí le rondará, es posible que llegue al bronce por el grosor.
Dos cochinos importantes y un navajero. Lo que son las cosas, fíjense, uno de los cochinos tenía las navajas gruesas y relativamente cortas, el otro era realmente espectacular, con muchas defensas fuera.
Yo le hubiera puesto un bronce rozado al primero y un oro tranquilamente al segundo. Sin darme cuenta de una cosa que además tengo muy clara, lo que más puntos aporta al trofeo de un cochino es el grosor de las navajas, amén de lo que tenga dentro, pero la longitud de navaja es menos importante.
Resumen, los dos cochinos fueron plata, una vez navajas y amoladeras estuvieron fuera.
Destacados y compensación
Fran es especialista en dejar los planteles bien guapos para después hacer las fotografías. En estas estaba cuando localicé a Cosme y a Juan Jesús.
Cosme Muñoz con su cupo.
Cosme había hecho el cupo con dos venados, uno excelente, que muy posiblemente se ponga en plata, y el otro muy bonito, pero al que también habrá que echar la cinta.
Juan Jesús del Pino con su muflón.
Juan Jesús se quedó con el muflón ‘pequeño’, que recordemos que puede ser bronce, y un venado de los no medallables.
Miguel Ángel García, por ejemplo, se hizo con uno de los cochinos grandes –el más corto y grueso– y un buen venado.
Hubo ocho puestos en los que, por unas circunstancias u otras, se consideró que no se había cumplido con la garantía. Uno de los monteros eligió el rececho y los otros siete la montería de Plaza de Armas.
El cazador que prefirió el rececho, abatió posteriormente dos muflones, uno medalla de oro y otro de bronce.
Los Posteruelos, emblemático coto, con mucho encanto, uno de los santuarios de la montería. Este cronista, que ya va estando muy baqueteado de monte, aunque fuera de espectador, sintió que tuvo el privilegio de asistir a una montería especial, con ángel.
Cuando la caza es caza y por circunstancias no se alcanzan los resultados esperados, si la propiedad y la organización responden, la montería puede finalizar con una ovación cerrada.
Mutuasport con motivo de la incipiente campaña montera, difunde un vídeo didáctico y a su
vez pedagógico con el que quiere transmitir sencillas y simpáticas acciones de buena conducta
y seguridad a la hora de participar en monterías y batidas, especialmente si vamos acompañados
de lo más pequeños de la casa.
El cortometraje, protagonizado por un padre y su hija, descubre la ilusión de ambos por asistir
juntos su primera montería. El padre, un experto montero, no duda en transmitir y educar a su
pequeña en los valores intrínsecos de la montería, haciendo especial hincapié en la seguridad
durante el transcurso de la misma.
Apuesta por la educación y formación de los más jóvenes
Paso a paso y de manera entrañable, el veterano montero enseña las normas de seguridad, compañerismo y respeto que deben estar siempre presente en las futuras jornadas venatorias de la incipiente cazadora.
Esta campaña de Mutuasport pretende que lo cazadores se sientan identificados, recogiendo varios mensajes rotundos, todo ellos siguiendo el código ético de un buen cazador y, por supuesto, cumpliendo las normas básicas de seguridad.
«Siguiendo cada uno de estos, evitaremos situaciones comprometidas y/o fatales accidentes, al mismo tiempo que se transmiten valores y conocimientos propios de esta modalidad de generación en generación», señalan desde esta aseguradora.
«Apostamos por la educación y formación de los más jóvenes de sus inicios, siendo este el camino más directo y oportuno para conseguir un colectivo diligente, responsable y comprometido con la acción venatoria y todo lo que le rodea», señalan, añadiendo que el relevo generacional «pasa por ejemplificar a los más pequeños con estas conductas, y principalmente por hacerlos partícipes en nuestras jornadas de caza».
Mutuasport recuerda que, además de ser la mutua de los cazadores y pescadores, siempre está
pensando en la seguridad e integridad de los aficionados en cada una de sus modalidades. Su
objetivo es que tanto cazadores como pescadores salgan al campo seguros y tranquilos sin que
tengan que preocuparse de nada. «Simplemente -señalan-, de disfrutar de su afición favorita de una forma ética y responsable».
El sábado 19 de octubre comenzaba el fin de semana montero para El Rincón Cinegético, cazando el coto cercano al Parque Nacional de Monfragüe de ‘Rodeznera-Cortilla’, una finca señera dentro de su calendario habitual.
A las 8:30 estaban citados los monteros en el restaurante Carvajal (Torrejón el Rubio, Cáceres), donde les esperaban las típicas migas extremeñas.
Tras el desayuno y dar las pertinentes normas de seguridad, se procedía al sorteo de puestos.
El día, en cuanto al tiempo, amaneció nublado y con amenaza de lluvias, aunque finalmente dejó cazar.
La mancha cumplió con las expectativas en cuanto a venados. No pasó lo mismo con los gamos, de los que se esperaba cobrar algunos más, ya que finalmente sólo fueron 13 los que caían abatidos de manos de los monteros, eso sí, destacando algunos de muy buen porte.
Finca señera, aunque el resultado esta vez fue discreto
Durante la jornada el tiroteo y las ladras fueron alternándose con algún que otro silencio que hacía presagiar que la mancha no estaba tan buena de reses como otros años.
Sobre las 14:30 horas, se daba por finalizada la montería.
Al final, el plantel se completó con 10 venados, 13 gamos y varias hembras de gestión.
Un discreto resultado para lo que tiene acostumbrado a arrojar esta preciosa finca. Aunque no hay que olvidar que cazando en fincas abiertas la caza a veces, es así de imprevisible.
Destacar el buen trabajo de las rehalas, guías y postores, que una vez más se dejaron la piel para el disfrute de los monteros. También destacar el buen hacer de todo el personal de cocina, gracias a ellos pudimos degustar un riquísimo cocido extremeño.
Por último, gracias a la propiedad por su hospitalidad, haciendo que los monteros se sientan como en casa.
‘La Pellejera’ es la montería de la que todo el mundo habla, adivinen el porqué
Quince eran los monteros afortunados que iban a poder disfrutar de esta cuidada finca madrileña, que Juan Manuel García Díaz llevaba preparando con esmero durante mucho tiempo.
Cantidad y calidad era lo que nuestro querido amigo ofertaba para un reducido y exclusivo número de cazadores.
Los monteros venían hasta aquí atraídos por la seriedad y compromiso que con ellos siempre había tenido este joven organizador.
Finca ‘La Pellejera’
La finca madrileña de La Pellejera, era el escenario en el que se iba a disputar la pugna entre reses y monteros.
Un buen desayuno esperaba a los componentes de este día de caza en un restaurante próximo a la finca, mientras Juan Manuel ultimaba los detalles y preparaba el sorteo.
Con la intención de no molestar a las reses éste era el escenario ideal para organizar los avatares clásicos de estas cacerías.
Uno a uno fueron recogiendo los sobres de encima de la mesa los cazadores.
Las posturas, estratégicamente colocadas para cortar la huida de las reses, tenía cada una su nombre propio según su localización.
Postores y secretarios partían con los monteros hacia el cazadero y cuando todas las piezas del ajedrez estuvieron en su lugar en el tablero comenzó la partida.
Las rehalas soltaron ya con la mano conformada al unísono y las reses comenzaron a moverse en esta finca donde la caza no lo pone nada fácil.
Dos años de gestión dieron su fruto
Los perreros fueron cazando a la orden del capitán de montería y conforme se fueron completando los cupos fueron sorteando los avatares de la jornada.
Así, una vez se tuvo noticia de que todos los monteros tenían sus reses abatidas, se procedió a sacar los perros de la mancha y volver al cortijo, para mientras se disfrutaba de una estupenda velada se fuera conformando el plantel.
Finalmente, los dos años de gestión dieron su fruto, con un monumental tapete conformado por 61 venados, todos ellos de excepcional calidad de los cuales más de treinta entran dentro del medallero con cinco oros, 11 platas y 18 bronces, más 12 jabalíes y 50 ciervas.