Volvía Monteros el Bardalá a la finca Los Barreros, por la que el año pasado recibieron nominaciones y premios a nivel nacional en el mundo de la montería.
Como no podía ser de otra manera, las ilusiones estaban puestas en esta finca que se había cuidado al igual que en la temporada anterior, pero se sabía que el listón se había puesto muy alto e iba a ser difícil de superar la jornada que habían disfrutado el año antes.
Aun así, los monteros acudían al bar Día, en Orellana de la Sierra, para disfrutar de unas buenas migas mientras la organización ultimaba los preparativos.
El Amigo Gile tomaba la palabra y daba las últimas indicaciones justo antes de comenzar el sorteo de los treinta y seis puestos con que se iba a cazar esta finca en la cual se iban a montar dos puestos para arqueros.
El sorteo se realizó de una manera ágil y en un día despejado y con temperatura agradable comenzaban a salir las armadas hacia el cazadero.
Por todos es sabido que los jabalíes aguantan mucho más en los encames por lo que tras cerrar no se escucharon disparos hasta que los perros salieron de los furgones.
Tras la suelta, poco tardaron en dar con los encames en esta pequeña mancha y comenzó el trajín montero.
Ladras por aquí, disparos por allá y así transcurrió la mañana en la que los monteros permanecían atentos dado que en cualquier momento saltaba la ladra y entraban fugaces los guarros en sus puestos.
Pasadas las dos de la tarde se retiraba a los cazadores de sus puestos y comenzaban los trabajos para sacar los jabalíes al plantel.
Así, a poco más de las cuatro y media estaban todos los monteros comidos y el plantel conformado con los 28 jabalíes abatidos bien mostrados, entre los que destacaban tres buenos navajeros, uno de ellos posiblemente se meta en el oro.
Crónica e imágenes: Carlos Casilda Sánchez
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Monteros el Bardala
Fecha: 15 de diciembre de 2018
Finca abierta: Los Barreros.Hectáreas monteadas: 550
Excelente y divertidísima montería ofrecida por Finca Los Millares en Los Pajosos. Se cobraron entre 20 puestos 51 venados, con tres bronces, y 81 cochinos, con ni más ni menos que 43 de buenas defensas, con un oro, dos platas y siete bronces.
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Finca Los Millares
Fecha: 24 de noviembre de 2018
Coto:Los Pajosos (Finca Los Millares) / Finca cercada
Monteros del Sur volvía a Corteconcepción en la Sierra de Aracena, para cazar la llamada Dehesa de La Puente.
Esta finca que besa el pantano de Aracena había ofrecido en la temporada anterior una montería excepcional a esta joven organización, por lo que las expectativas eran bastante altas para esta jornada en la que se preveía un buen día de caza.
Durante los días previos, había llovido y el terreno estaba en unas condiciones óptimas para montear, por lo que los perros podrían trabajar más a fondo para sacar las reses de las entrañas de esta apretada mancha, que en la temporada anterior se mostraba áspera y seca.
El día amaneció fresco, aunque con una humedad y temperaturas agradables, aunque de esto no se daban cuenta los monteros que iban acudiendo al salón de caza que la propiedad está habilitando para estos avatares.
Tras unas buenas migas preparadas con mimo por la familia Dominguez no se demoró el sorteo de esta finca que iba a ser cazada de nuevo por esta organización que tanto la mima en los meses de más carencia y de estío.
El sorteo se realizó a sobre puesto y lista corrida, tras las últimas indicaciones de Fernando Domínguez Hijo y fue denotando la suerte de los asistentes que miraban expectantes a ver a quién le tocaba el puesto de las cámaras que hoy acompañaban al evento
Tras recoger el sobre los asistentes marchaban hacia la mesa donde se iban apuntando a cada uno en su armada y casi sin darse cuenta y sobre las nueve y media partía el primero de los cierres hacia el cazadero.
Así, Fernando Domínguez tomaba la voz cantante ayudado por su padre y hermanos, y se ponían manos a la obra para ir sacando una por una las culebrillas de vehículos.
Cuando todo estuvo bien cerrado, entraron al cazadero las traviesas y casi al unísono con las rehalas.
Mientras se colocaban las posturas, los cazadores veían como algunas ciervas inquietas comenzaban a transitar en los bordes de aceros y caminos, cosa rara en esta finca en la que la caza no se deja ver hasta que entran los perros en el espeso montarral.
Algunos disparos se escucharon ya antes de soltar, lo que indicaba que algunas reses habían decidido abandonar la zona a cazar por el ajetreo de vehículos y monteros, pero pocos en número.
Tras la suelta, vino toda una explosión montera, la montería se convirtió por momentos en una ladra al unísono y en todas las sueltas, que se hicieron repartidas en varios puntos.
Así las rehalas perseguían un buen navajero nada más abrir portones y con los perros frescos, amontonados y siendo un cochino con porte que no quiso correr, cometió el error de hacerles frente siendo abatido a cuchillo.
Los disparos sonaban por todos sitios, había muchas ladras tras las rápidas reses que sacaban tiros a cierres y traviesas.
Además, el 90% de las posturas, veían gran parte de la montería desde el puesto, con tiraderos a testero y con unas vistas que garantizaban el deleite y el disfrute de ver el trabajo de perros y rehaleros.
En cuanto los rehaleros estuvieron bien colocados a la mano, comenzaron a hacer fuerza con sus voces y sus valientes a la par, ordenando la huida de las reses en una sola dirección, haciéndolas cumplir hacia las puertas, que foguearon de lo lindo durante toda la montería.
Desde mi puesto pude disfrutar de los lances de una de las traviesas y del cierre cercano, sin llegar a jugar ningún lance, dado que en mi postura solo cumplieron ciervas y varetos, pero disfrutando del abatimiento del mejor venado de la montería, gozando con el trabajo de todos los rehaleros y viendo como las reses jugaban sus cartas para darse la vuelta.
Al que suscribe, le tocó únicamente disfrutar con aquellas ladras y disparos. Tenía delante una hoyita muy querenciosa a primera vista, y que no me equivoqué al presagiar lo que allí podía contener.
Cada vez que algún perro entraba en el agujero aquel, salía con una res, ya fuera cierva, venado o jabalí, estos últimos, que curiosamente se fueron escurriendo hasta el morrón que coronaba el cierre contra la mancha de Coquino, aguantando allí hasta que remataron las rehalas para finalizar la montería, permaneciendo ausentes durante todo el transcurso montero y hasta el último empujón.
Rozando las tres y cuarto de la tarde, se retiraba a los monteros de sus posturas hacia el cortijo, donde disfrutaron de una maravillosa parrillada ofrecida por la organización, con su carne, sus embutidos varios, café y una maravillosa tarta y dulces.
Las reses de nuevo tardaron en llegar al plantel. Es una finca muy grande y que se saca con mucha dificultad, por lo que las reses iban llegando al cortijo a cuentagotas. Cuando yo me vine había veintidós venados de los treinta y cuatro que finalmente se abatieron y faltaban también por llegar los jabalíes, entre ellos el gran navajero abatido. Los monteros que venían desde puntos más lejanos quedaron encargada la recogida de trofeos a los allegados por la tardanza.
Aun así, muchos aguardaron la conformación del plantel por lo distendido del ambiente y la buena compañía de la que se disfrutó en un día de caza entre amigos.
Así, terminó una buena jornada montera en esta preciosa finca de la Sierra de Aracena, con buena gente y buen ambiente.
Crónica e imágenes: Carlos Casilda Sánchez
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Monteros del Sur
Fecha: 14 de diciembre de 2018
Finca abierta: Dehesa de La Puente. Mancha: La Casa.
Una vez más, tendríamos el privilegio de montear una de las fincas con más historia y tradición en cuanto a monterías de jabalíes se refiere en España.
D. Luis Moreno de Silva eterno montero, propietario y fundador de esta gran finca, que un año más seguro estoy contemplaría desde el cielo, el legado montero que aún a día de hoy sigue dando tantas alegrías a los que tenemos el privilegio de cazar en esta casa.
En esta ocasión, tocaría cazar la mancha de La Priora siendo esta la más grande de la finca y en la que los jabalíes tienen mayor defensa. A las 8:30 de la mañana nos reuniríamos en el acogedor pabellón de trofeos de la finca, en el que ansiosos por ver que nos depararía este día, se repartirían la suerte los monteros presentes.
Para este día contaríamos con un cupo muy amplio de nada menos que 8 jabalíes, por lo que la cosa ya de entrada prometería. Nada más entrar a la mancha a montear, se podría apreciar y leer en el monte el gran número de jabalíes que albergaría la macha ya que, tras las lluvias de los días anteriores, la mancha estaría totalmente arada.
Desde mucho antes de soltar las rehalas, ya se escucharían los lances más madrugadores de la mañana, lances de buen augurio ya que cuando no se han soltado las rehalas y los monteros están tirando, es el mejor síntoma de que una macha promete.
Montería larga y entretenida en la que las rehalas realizaran un gran trabajo y esfuerzo para hacer romper los valientes macarenos, arochos de cuerpo, pero de grandes defensas que librarían innumerables batallas con los valientes podencos.
Jabalíes que una vez rompían con grandes carreras en los tiraderos, pondrían a prueba los rifles de los monteros. Al final de tarde y tras un bonito día de caza podríamos disfrutar en el patio de la casa de un gran plantel formado por nada menos que 142 cochinos, de entre los que destacar la calidad de muchos de ellos, con mas de 8 cm de colmillo visto.
Así como la satisfacción de muchos de los monteros, que en este día tuvieron la suerte de poder hacerse con alguno de estos espectaculares trofeos. Un año más, enhorabuena a todos los allí presentes y gracias a la familia Moreno Maldonado, así como a D. Luis Moreno de Silva por este gran legado, y buena gestión que hizo en su día y que hasta el día de hoy han seguido realizando sus hijos con gran esmero. Muchas gracias a todos, Feliz navidad y Prospero año nuevo.
Todas las temporadas, la Asociación de Cazadores de Puebla de Don Rodrigo ofrece alguna(s) montería(s) candidata(s) a la Caracola, lógicamente, en la categoría de sociedades, aunque también se pueden nominar perfectamente en la categoría general de montería en abierto.
La ‘Solana de Valtriguero’ desde el sopié.
En esta ocasión tenían esperanzas muy fundadas en la Solana deValtriguero (aunque es tan extensa que tiene incluso partes de umbría), una de las manchas de renombre dentro de las 22.000 hectáreas que gestiona la asociación, de las que esta temporada se montearán 14, con un cupo corrido para los socios de siete venados en las 14 monterías, no hay cupo para los cochinos.
La ‘Solana de Valtriguero’ desde la cuerda.
Hace muchísimos años, ese señor que fue además un grandísimo montero, Bernardo Gibaja, con cuyos hijos, Bernardo y Antonio, excelentes monteros también, guardo una profunda amistad, cazó a última hora en la Solana deValtriguero un guarro un poco más grande que un bermejo. Ya quitándose, cuando llegaba el compañero del puesto de al lado le preguntó: “¿Qué has hecho, Bernardo?”. “Cazar un ‘conejo’, ahí está delante de ti”, le contestó. “Pues ven a ver el ‘conejo’ que has cazado, ya verás”. Cuando llegó Bernardo vio sorprendido que el cochino de poco más de 50 kilos tenía unas defensas espectaculares, de hecho fue medalla de plata. Un arocho o serrano que se dice. Un poco más adelante entenderán a cuento de qué viene este inciso.
Este cronista viajaba la tarde del sábado 15 de diciembre desde La Vera, después de disfrutar de una mañana muy especial de caza menor, lo digo porque el camino no podía ser más placentero, de Jaraíz a Navalmoral, Trujillo, Herguijuela, Zorita, Madrigalejo, Navalvillar de Pela, Casas de Don Pedro y Puebla de Don Rodrigo. Como ha llovido, el campo no puede estar más bonito, cultivos, dehesas, sierras, monte, ríos, lagunas, embalses, verdes, castaños, ocres, pardos, amarillos, la luz del atardecer… una pareja de gansos cruzó por delante de mi coche en vuelo hacia una de las muchas lagunas cercanas al río Tietar, más tarde, nada más pasar el embalse de Sierra Brava, fueron cientos de grullas las que en formación en V volaban bien bajas camino del dormidero: ¡qué bonita es España!
Carlos, Rubén, Eduardo, Segundo y José Antonio. Excelente ambiente para cenar.
Con la ilusión de encontrarme con la gente de Puebla a la que tanto aprecio, mi buen amigo Eduardo Martín (que es el secretario de la Asociación) y el resto de la junta directiva habían preparado una cena con los rehaleros que montearían al día siguiente, no en vano será Puebla uno de las localidades con más rehalas de España, pero es que además este año se reuniría con nosotros otro poblancho y gran amigo, Ángel Ramírez, un fenómeno que sabe muchísimo de campo, de montería y es un excelente cronista y fotógrafo, también vendría otro tipo estupendo, Rubén del Sol (Producciones Audiovisuales Sol Montero), para grabar un vídeo de la montería, y la guinda al pastel la ponían Felipe Vegue, presidente de ARRECAL y de la Oficina Nacional de la Caza (ONC), y Alberto Sáiz, presidente de ADEMAC y secretario general de la ONC, a los que les había correspondido los puestos en la comida de la gala de entrega de los Premios Caracola, que tan amablemente había donado la Sociedad de Cazadores de Puebla de Don Rodrigo para sortear en la sobremesa.
Como llegué con tiempo saludé a Eduardo y a Daniel Casasola, el magnífico guarda de campo del coto, que estaban preparando todo para la cena en la sede social de la Sociedad. Tras la ducha reparadora y un poco de descanso bajé con Rubén a la sede social, presentaciones y saludos, Santiago Ruiz, presidente de la Sociedad, Carlos Rincón, vicepresidente, Segundo Martín, tesorero… estaban ultimando todo junto a Eduardo y Daniel para la cena, ya habían llegado también los rehaleros, y Ángel y José Antonio Martínez, montero fino y también muy buena gente, y al que acompañaría yo al día siguiente para intentar ‘fotografiar lances’. El ambiente magnífico. ¡Esto es montería!
Eduardo Martín presentando a Felipe Vegue.
Entonces, Felipe, que es un gran orador, antes de comenzar a cenar, dirigió unas palabras a los presentes: “Para el mundo de las rehalas están viniendo tiempos fatales, malísimos, es como si nos estuvieran intentando extinguir de la faz de la tierra y desde luego nosotros no nos vamos a dejar. Si nuestra asociación tiene al final una palabra que es libertad, es porque los cazadores es lo último que debemos de perder, nuestra libertad, lo que sentimos al cazar con nuestros perros, creo que no hay sentimiento más grande que ese…”. Un aplauso cerrado dio paso a las ensaladas, productos de barbacoa y otras ricas viandas, en una estupenda velada. Nos fuimos pronto a dormir, aunque no había que madrugar mucho porque el sorteo se celebraría al lado, en el bar-terraza Génesis, ya que en cada montería, excepto en la primera y en la última que se realizan en la sede social, se va rotando el local para el sorteo, las migas y la comida entre los restaurantes de la localidad. Estaba nublado, pero las previsiones para el domingo daban, si acaso, llovizna, pero…
Rubén del Sol, María López, Carlos Rincón, Nuria Díaz Fernández, Felipe Vegue y Alberto Sáiz. ¡Todos con Nuria!
Todo conforme a la previsión, llovizna. ¡Qué ricas las migas! Carlos nos dijo que montearía con nosotros Nuria Díaz Fernández, una de las jóvenes cazadoras que está sufriendo un acoso inmisericorde en las redes sociales por el mero hecho de cazar, recibió, como no podía ser de otra forma, el apoyo de todos para seguir en la brecha, ella desde luego no piensa abandonar. ¡Mucho ánimo, Nuria, estamos contigo! De pronto se cerró y arreció la lluvia, malo burra… De hecho, Rubén tuvo que grabar la presentación de la montería por parte de Segundo y Santiago protegidos por los paraguas.
Rubén del Sol acompañó a José Ribero al nº 1 de ‘El Patatal’.
Sorteo. Carlos dio todas consignas oportunas, explicando las condiciones de la mancha y haciendo especial hincapié en la seguridad. Se cerraría esta gran mancha de 850 hectáreas con 75 posturas y se montearía con 18 rehalas. En esta ocasión se podrían tirar dos ciervas por puesto. A José Antonio (Jose) le correspondió el nº 5 de la armada de la Cuerda de la Torreta, mientras que Rubén acompañaría a José Ribero, otro montero de reconocido prestigio, al nº 1 de la traviesa de El Patatal, por la que suspiraban todos los presentes antes del sorteo a pesar del nombre. ¡Aguacero!
José Antonio Martínez, un gran montero.
Precioso el 5 de la Cuerda de la Torreta, lo único malo es que cada vez hacia peor, aunque, eso sí, se veía lo suficiente como para tirar con seguridad y el ventarrón soplaba a favor, esto es, en caso de volarnos lo haríamos hacia fuera de la mancha. Bromas y exageraciones aparte, Jose lamentaba esta situación porque le gusta mucho montear de oído, y en esas condiciones era imposible, aunque como conocedor que es de los montes de su municipio y después de tantísimos años monteando allí, me dijo que esas cuerdas las toman muy bien los venados y también los guarros, sobre todo los grandes. Por lo que en ningún momento bajó la guardia. A mí personalmente, pocas cosas me gustan más que un venao o un cochino zorreado cumpliendo a una cuerda.
Hasta el paraguas de Jose cedió antes las inclemencias del tiempo. Parecíamos unos convidados de piedra, porque sí que se escuchaban tiros y ladras, pero es como si la cosa no fuera con nosotros. Un disparo del compañero del nº 4 nos alegró un poco, pero bastante teníamos con aguantar. Jose demostró lo gran montero que es, siempre atento, sin guantes, que le molestan, y eso que daba por hecho que las reses y cochinos se habían guarecido en la parte baja de la mancha.
Cuando por fin levantó, algo así como tres horas más tarde de lo previsto, estábamos como una sopa, y sólo nos libraba de estar ateridos de frío la fabulosa ropa técnica que hoy en día usamos, en algo hemos mejorado, pero como es normal Jose tenía las manos heladas.
Los perros cruzando por donde poco antes cruzó una pelota de unas 40 reses.
Dejó de llover pero el viento, molesto él, se creció aún más. Se abrió ante nosotros un precioso panorama de la parte baja de la solana, el sopié, los valles y vallejos con monte, las siembras. Hasta entonces sólo habíamos visto un corzo ganar la espesura de la umbría. Con una luz formidable, las jaras goteando el agua reciente, una cierva recelosa tomó con mucha precaución los dominios del 5, escapó indemne, se lo ganó, era complicado hasta encararse el rifle. Tiró el 6. Por una lengua de siembra cruzó una pelota de unas 40 reses, demostrando la teoría de Jose de que sobre todo el cervuno estaba abajo, este cronista boquiabierto viendo cruzar tan numerosísimo grupo de ciervos, fue incapaz de hacer una foto aunque fuera tirando del máximo zoom porque estaban muy lejos.
A pesar de todo, se había tirado bastante, aunque estaba claro que las inclemencias meteorológicas habían estropeado en gran parte una mancha que estaba atestada, una lástima. Los compañeros de 4 y del 6 se habían hecho con una cierva cada uno.
Paco Sánchez con el arocho medalla de oro de sus Rehalas Dibe de perros naveños.Carlos Rincón con la cochina que cobró.
Al llegar a la junta de carnes vimos hasta 14 venados otras tantas ciervas y 18 cochinos. Un resultado que perfectamente se podía haber doblado de haber hecho un día bueno en lo climatológico. Había dos venados muy bonitos, de 13 puntas los dos, cuatro o cinco jabalinas de buen porte, muy grandes, y por encima de todo destacaron dos cochinos, uno ya más que navajero, de unos 80 kilos, bronce prácticamente seguro y lo mismo si la longitud acompaña más que bronce, y otro de apenas 60 kilos, típico arocho, de cuartos traseros recogidos y los delanteros muy potentes, ¡y que ya se ha medido y ha sido oro! Lo agarraron las Rehalas Dibe, de perros naveños, y lo remató su propietario Francisco Javier Sánchez, Paco, al que casi siempre acompaña su hija Pilar que ya es una rehalera reconocida. Por cierto, excelente trabajo de las 18 rehalas en un día tan malo para su trabajo.
Entre los puestos más destacados estuvo el de Francisco Vera con dos venados y un cochino, en el nº 5 de la traviesa de El Pinar; José Ribero se hizo con un venado pero no tuvo suerte con otro de muy buenas hechuras que prácticamente no dio la cara; Carlos Rincón, por su parte, cobró una cochina muy grande.
El domingo siguiente, 23 de diciembre, se monteó la mancha de Los Ancares, y aquí sí, el tiempo acompañó y se cobraron 22 venados y 24 cochinos, pero eso será motivo para otra crónica.
Una crónica de Adolfo Sanz. Fotografías: Rubén del Sol y Adolfo Sanz
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Asociación de Cazadores de Puebla de Don Rodrigo
Fecha: 16 de diciembre de 2018
Finca:Montes de Puebla de Don Rodrigo / Mancha:Solana de Valtriguero
Finca abierta / Hectáreas monteadas: 850
Término: Puebla de Don Rodrigo, Ciudad Real
Puestos: 75 / Rehalas: 18
Cupo: 7 venados en 14 monterías. 2 ciervas. Jabalíes sin cupo
Muchos meses de trabajo, muchísimos kilómetros, y más días esperando con gran ilusión que llegase la hora de la suelta de las rehalas en esta magnífica mancha, ese ansiado día llegó.
Nos disponíamos a cazar el Quinto de Majadilla en otra de nuestras apuestas arriesgadas, siendo los primeros en montear las más de 1.000 hectáreas que dispone en una sola montería, no habiéndolo logrado nadie antes por lo enrevesado de la finca. Cierto es también que si en algo se distingue Cinegética Cordobesa es en la organización, y de nuevo volvimos a demostrarlo.
Citamos a los cazadores a las 8:00 horas en Doña Eva, lindera, en buena parte de ella, a la mancha que se monteaba. Después de gozar de un suculento desayuno, y como es una de nuestras normas esenciales, cumpliendo estrictamente el horario indicado, comenzamos el sorteo de las 10 armadas que cerrarían la mancha.
Un sol radiante asomó por el horizonte haciendo presagiar el maravilloso día de caza que nos esperaba, a la vez que se respiraba en el ambiente de amistad que no nunca puede faltar en esta ancestral afición.
A las 12:00 en punto se soltaron los ‘canes’ habiéndose contabilizado ya más de 60 detonaciones, y empezó la fiesta. Ladras y lances se sucedían en cada barranco, poniendo de los nervios hasta los cazadores con más temple.
Las más de 800 detonaciones contabilizadas a las 14:45 horas, dejaban abierta a la imaginación la espectacularidad del plantel final que fue adornado con 49 venados, contando entre ellos con 3 oros, uno de los cuales con más de 190 puntos, 4 platas y 7 bronces. 62 jabalíes, entre ellos tres mostrando buen trofeo y 39 ciervas.
Sólo nos quedan palabras para agradecer a Severo por su gran labor en todos estos meses, y a la propiedad por darnos la oportunidad de cazar en esta maravillosa finca abierta.
A nuestro magnífico equipo de trabajo. Y como no, a todos los cazadores que han confiado en nosotros, entre ellos Club de Caza Sueltas Y Agarres, a Club de Caza Serreños, que han sido parte imprescindible en esta ocasión para poder dar el monterión que se ha logrado. Una vez más la constancia y el trabajo bien realizado ha dado su fruto.
¡Muchas gracias a todos por confiar en nosotros y felices fiestas a todos!
Crónica e imágenes: Jesús Jiménez Luque
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Cinegética Cordobesa
Fecha: 23 de diciembre de 2018
Finca abierta: Quinto de Majadilla. Manchas: Las Isabeles y Vigardías.
La montería con la que Segontia terminó el 2018 se celebró el día de la Lotería y, de un modo u otro, fuimos agraciados con 2 gordos, 5 segundos y 24 terminaciones.
Ese soniquete tan particular, tan ilusionante de los Niños de San Ildefonso cantando los números del sorteo de Navidad, nos acompañó durante nuestro propio sorteo de los puestos desde primera hora de la mañana, y aún quedaron cantando cuando las armadas salieron al monte.
La montería con la que despedimos el año se desarrolló en una de las manchas más emblemáticas de Segontia dentro del parque natural donde las armadas se apuestan en un lugar espectacular. Nuevamente el monte estaba preparado, los jabalíes comían todo lo que había a su disposición y las expectativas puestas en lo más alto. ¡Como siempre!
Partiendo de 39 posturas repartidas en las cuatro mejores armadas, esta vez decidimos, a pesar del tamaño de la zona a batir, cazar un área más amplia de lo normal, para intentar ‘coger’ a los cochinos dentro.
A eso de las doce, una vez colocados todos los puestos, se iniciaron las tres sueltas batiéndose en esta ocasión al encuentro en mitad de la mancha. Nuevamente no cesaron las ladras y carreras desde el primer momento algunas a corzos, pero muchas a los jabalíes. Los lances se sucedían.
La suerte, como siempre, iba por barrios. Así como armadas como la del Cementerio o la de la Peña del Fraile, disfrutaron de numerosos lances, otras como la de la Nava, apenas disparó, y sin embargo, fue en esa zona donde se movieron más jabalíes.
Como siempre hay nuevo que contar, en esta ocasión sorprendentemente los jabalíes se resistieron a romper a los puestos de la Tasuguera, por lo que varios de ellos fueron agarrados por los perros en la proximidad a las posturas, preferían esquivar a los canes que enfrentarse a los olores de los monteros.
A eso de las tres, las rehalas confluyeron en la zona central del monte a la vez, bien dirigidas por los guiar, bien batida la mancha por los perreros. Hasta casi recogidos los canes, se continuaron las ráfagas de tiros de las armadas.
Los hubo de doblete de capturas, los hubo de tripletes de fallos, los hubo… de todo un poco. Los cazadores llegaban a la comida escalonadamente y con prontitud, no así postores y guías que debieron rematar la saca del monte del magnífico resultado de la cita.
El premio del décimo montero fue de un total de 31 jabalíes. De ellos había 7 machos con boca, de entre los que destacaban dos macarenos cuyo trofeo indiscutiblemente se situará en medallas próximas al dorado. Habrá que esperar a ver el color de las preseas.
Un muy buen sabor de boca para despedir el año, y para comenzar con renovados bríos el año 2019, donde ya esperamos con ilusión la próxima montería. ¡Feliz Navidad y próspero año 2019!
Crónica e imágenes: Segontia, Sociedad Deportiva de Caza y Pesca
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización:Segontia, Sociedad Deportiva de Caza y Pesca
Montería organizada por Cinegética de Alcántara en esta finca abierta, situada en el término municipal de Ceclavín (Cáceres), rodeada en parte por el pantano de Alcántara por la que corre y desemboca la ribera de Frenedosa.
Coto con una buena densidad de cochinos, que la orgánica utiliza para invitar a sus clientes de acción completa.
Para terminar el año Cinegética de Alcántara, orgánica que dirige Pablo Díaz, da un festival de guarros en El Puente. Con 24 puestos, más de 300 detonaciones y un resultado de cuatro venados y 81 jabalíes (3 bocas), las cifras hablan por sí solas y no hay mucho más que contar. Felicidades, Pablo.
El cortijo de Dehesa de Solana, se convertía en el punto de encuentro para los cazadores que iban a asistir a la montería que Extremeña de Monterías organizaba en la finca fuera de su calendario de Cabezo Negro.
Con buenas expectativas puestas en esta finca que siempre suele cumplir, con gamos y venados de muy buena calidad, acudían a la cita los monteros.
El toque de queda fue a las 8:30, demorando un poco el sorteo por un pequeño contratiempo con la niebla, que retrasó a los monteros. Aún así, eran las diez menos cuarto cuando rodaba el bombo que repartía en suertes a los asistentes. Y pasadas las diez cuando salía la primera de las armadas, cerrando la parte de Atoquedo, siguiéndole los cierres de la Higuera y el Castelo, quedando blindada la zona a cazar.
Algunos lances se podían escuchar dispersos con la entrada de los vehículos y el movimiento de las armadas por la finca, con lo que hacía presagiar que una vez más la finca tenía caza dentro.
Pasadas las once y media se abría portones a las rehalas, que en esta ocasión iban a cazar a una mano la inmensa mancha de mil hectáreas de jara, con algunos eucaliptos en la parte que pega con Solana y una parte alta mas adehesada.
La caza se movió antes de la suelta, y tras ésta y con la conformación de la línea de perreros se fue repartiendo a medida que se fueron adentrando en la parte baja de la finca, mucho más apretada y fortín de los jabalíes.
Muy despacio, fueron trabajando los rehaleros, que veían desesperados como los canes llegaban lejos tras las ciervas y gamas que los cansaban inútilmente, teniendo que esperar su vuelta para intentar sacar los jabalíes de los encames.
Estos avatares provocaron que la línea de perros transitase muy despacio por la caza que encontraban y cuando se dieron cuenta se les echaba la tarde encima.
Muy tarde llegaban los monteros a la comida y comenzaba la organización a sacar la caza, que no era poca y en zonas de difícil acceso, llegando a cobrarse un total de 27 venados, destacando tres de muy buen porte y catorce jabalíes, entre los que había dos navajeros y un tremendo cochino al que cortó la huida Rosa Linares, quedándose también con un venado. Antonio Pinilla se hacía con un bonito ciervo en compañía de su hijo en el cierre de Solana, y un servidor abatía un navajero en el cinco del cierre del río.
Peor suerte, corrieron Paco Sánchez y Cristóbal Piñero, el primero no logró cobrar el venado que dejó pinchado, no pudiendo continuar con su buena racha en esta finca cacereña, y el mejor de los venados era abatido por el amigo José Antonio quien veía como se salía de mancha y tras errar el primer disparo, sorprendentemente el animal decidió desandar lo andado y volver al cobijo de la espesura, por lo que se encontró de bruces con el cazador que lo esperaba atento dejándolo cumplir hacia dentro, consiguiendo abatirlo inteligentemente.
Otro de los navajeros era apresado por los perros de la rehala Borja Salicio cerrando un día estupendo para el joven rehalero.
También comentaba su fortuna el amigo Nacho González que se hacía con un precioso venado de dieciséis puntas en esta jornada de caza entre amigos.
Las copas despedían este domingo en el cortijo de Cabezo Negro mientras llegaba toda la caza. A mi partida, faltaba mucha caza por llegar, entre ellos mi navajerete y un buen venado, que irían llegando más tarde hasta completar los 27 venados y 14 jabalíes que finalmente se cobraron.
El pasado 22 de diciembre, el día de la Lotería de Navidad, acudimos a Bohonal de Ibor, Cáceres, a la montería que Javier Rodríguez, máximo responsable de Pelillo Servicios Cinegéticos, ofrecía en la reconocida finca El Chorrero.
El Chorrero.
Este cronista, que anda esta temporada como el baúl de doña Concha Piquer, visitaba en esta ocasión a Javier Fernández, otro de los jóvenes organizadores que viene pisando fuerte, y un terreno muy conocido, curiosamente más por mi faceta de pescador, de las innumerables veces que he acudido al río Ibor, a la conocida ‘subida de la boga’, y a la recula que forma la entrada de éste en el pantano de Valdecañas, allí más al black-bass y a la carpa, el caso es que el tramo final del viaje, en la carretera de Bohonal de Ibor a Mesas de Ibor, siempre pensaba en lo bonito y querencioso que me parecía el monte situado a la izquierda según el sentido de la mancha, bien, pues ese monte es El Chorrero.
El Chorrero: ribero –del Ibor–, amplia dehesa y zonas abiertas, algo de monte más cerrado, con un eucaliptar que sujeta mucha caza, agua a mansalva (incluidas algunas balsas) y una propiedad que cuida con esmero el medio, con el añadido de una joven organización pero ya asentada y con prestigio dentro de nuestro panorama montero, suele ser sinónimo de éxito. Un éxito ya refrendado la pasada temporada con una montería muy importante.
Nublado. Y aunque el viento estaba prácticamente en calma, el frío, que curiosamente iba en aumento a medida que pasaba la mañana, hacia que se agradecieran las candelas que Javier había dispuesto que se hicieran en la casa de la finca, donde se había citado a los monteros a las 8:30 horas.
Me hizo mucha ilusión saludar al equipo de Jesús Martín de Nova Toma, esos ‘cazadores de laces’ que tan magníficos documentales de caza, pesca y naturaleza hacen, y con los que ya he coincidido más una vez esta temporada.
Cristina, Javier, María José y Mari Luz durante las consignas previas al sorteo.
Las espléndidas migas –como espléndidos fueron los entrantes y el cocido para comer– del catering La Montería, en los soportales de la casa, dieron paso al sorteo, que Javier realizó asistido por su hermana, Cristina, por su mujer, María José Cáceres, y por su madre, Mari Luz Torrecilla, y con gran parte del equipo de Pelillo allí presente, además, su padre, Antonio, está a los mandos de Rehalas Pelillo, lo que demuestra el carácter familiar y multifuncional de la empresa jarandillana.
Javier organizando la salida de los puestos.
Si ya tenía buenas referencias de esta organización, lo que veía y oía no hacia más que reafirmar lo que ya me habían comentado, algo que reforzó las palabras de Javier en el sorteo, primando ante todo las normas de seguridad, a pesar de que cada uno de los 12 puestos estaba situado de tal manera que podía disparar en 360º y de que la mayoría estaban en torretas: “hay que ponerse alguna prenda de color fosforescente, no tirar al viso, si va más de una persona al puesto sólo se admite un rifle…”. Comentó, además, que aquellos monteros que prefirieran los muflones, que intentaran tirar a los primeros que tuvieran oportunidad, siempre con un mínimo de calidad, “no a un platanero, claro”, ya que son animales muy ariscos y difíciles y lo mismo no se presentaba luego otra ocasión, añadió que había gamos y muflones de mucha calidad, pero que es muy difícil que “haya la posibilidad de que todos trofeos para completar los cupos de reses sean medalla, esto es caza”. Cupo que era de dos machos a elegir entre gamos y/o muflones además de tres cochinos, en esta campaña se dejaría descansar a los venados, por lo que no se podían tirar.
Salieron ordenadamente los 12 monteros con sus secretarios, a muchos de los cuales posiblemente ya les había tocado la Lotería por sólo acudir a El Chorrero, pero como muy bien dijo Javier, muy posiblemente no habría ‘metales’ para todos, cosa lógica, por otra parte.
Los rehaleros agradecían la lumbre antes de salir a las sueltas. Curiosamente el frío fue in crescendo durante la mañana.
Se dio tiempo más que suficiente para que se cerrara la mancha, para dar salida a las diez rehalas, que es otro extremo que se cuida mucho en Pelillo, no en vano son rehaleros, como ya hemos comentado, el campo le dio la razón a Javier en la elección de las recovas. Montearon despacio llevando la caza chorreada hacia los puestos, como mandan los cánones, a pesar de las numerosas pelotas de reses que a veces se forman en este tipo de fincas. Por cierto, entre los rehaleros se encontraba Paco Sánchez y su hija Pilar, de Rehalas Dibe, que la semana anterior sus perros habían agarrado en Puebla de Don Rodrigo un cochino arocho de defensas espectaculares, confirmándome Paco que había dado oro.
Mari Luz, Maria José, Cristina y su marido Pedro Torrecilla, con su hijo Guillermo de seis años (¡qué afición y qué vista tiene para lo pequeño que es!), el encargado del dron de Nova Toma (siento no recordar su nombre), el propio Javier y este cronista se marcharon a una cantera a modo de atalaya desde la que se domina gran parte de la montería y donde no molestábamos para nada a los monteros. Le trataron a uno como si fuera de la familia, buena gente con la que me encontraba muy a gusto.
Antes de soltar vimos un numeroso y heterogéneo grupo de gamos. Cuando se soltó los grupos se fueron disgregando y la caza entró más chorreada a los puestos.
Al llegar a la cantera, aún no se había soltado, pero ya se estaba tirando, se incrementaron algo los disparos tras la suelta, a partir de ahí se tiró de una forma constante pero pausada, tiros repartidos que a veces se incrementaban un poco más (seguramente por culpa de los cochinos que son la sal de la montería, con un cupo testimonial de tres para que se repartiera la suerte jabalinera), otras veces, lógicamente, había más calma con la pólvora. Quizá costó arrancar un poquito la secuencia constante de disparos, porque los monteros seguramente estaban valorando las posibilidades de su puesto de cara al cupo, los disparos remitieron algo hacia el final, cuando los cupos de reses se iban completando.
La pelota de gamos que se comenta en el texto después de pasar por el tiradero del primer puesto que no disparó.
No se crean que es algo fácil valorar para completar un cupo de dos machos de gamo y/o muflón, además de la dificultad intrínseca de esta última especie –y del gamo, que a mí personalmente, y en batida, no me parece un animal sencillo de acertar–. ¿Qué hacer? Imaginemos que nada más llegar a la postura nos cumplen dos ejemplares, por ejemplo, bronce, pero se sabe que en esa macha hay platas e incluso oros, hay que decidir en segundos. ¿No se tira, se tira a uno? Y si luego no entra ningún trofeo más de esa categoría, ¿qué? Un ejemplo, al poco de soltar vimos una pelota de cuatro gamos machos con una gama, de los machos había dos que indudablemente eran medalla, uno de ellos incluso podía ser plata, pues cumplieron a dos puestos y los monteros rehusaron tirar. Repito, no es nada sencillo.
El muflón más grande que vimos desde la cantera era muy receloso y uno de los buenos venados que observamos desde nuestra posición.
Por lo demás la estancia en la cantera fue una gozada, Javier, con la emisora y el móvil, muy preocupado de que todo saliera bien, corrigiendo una mano si no iba por el lugar más adecuado, preocupándose en lo posible –”esto es caza”– de que los puestos fueran completando el cupo de muflones y gamos. Los demás, como si aquello fuera un partido de tenis, un Nadal-Federer por la calidad, mirando continuamente a un lado y otro de la ‘pista’, vimos muchos gamos, machos –algunos de altísima calidad– y hembras, bastantes venados –dos muy grandes, especialmente uno cargado de puntas y de mucho grosor– y ciervas, y, curiosamente, algunas muflonas, no muchas, y dos muflones, uno joven y otro de calidad ‘aceptable’, sin más, sobre todo vista la calidad de los que se cobraron después; y digo curiosamente porque Javier comentó que desde donde estábamos debíamos haber visto muchos muflones y muy grandes. Hay que repetir de nuevo el mantra de esta crónica: “esto es caza”.
Las carreras fueron continuas hasta el final. Los venados, esta vez, no se podían tirar.Un gran gamo y un lance espectacular.
También vimos, en lontananza, algunos lances, uno especialmente espectacular a un gamo tremendo que volaba más que corría, y al que el montero supo aguantar con maestría para acertarle con el primer disparo.
Últimos tiros para completar algún cupo postrero de reses y para algún cochino despistado y a recoger las reses abatidas. Mientras los monteros disfrutaban del cocido, llegaron el 90% de las reses, y digo el 90% porque si sobre el plano El Chorrero parece un terreno suave, tiene algunos lugares de difícil acceso, de tal manera que tres cochinos no se pudieron cobrar, y dos gamos, uno por cierto extraordinario, ya estaban ‘tomados’ por los buitres cuando los prácticos de campo llegaron a ellos.
El caso es que muy pronto estaba expuesto el plantel –que es algo que se agradece–, con mucho respeto por la caza abatida, como debe ser, tapando en lo posible la sangre con ramas de eucalipto preparadas para tal caso. Así llegaron hasta la junta de carnes 11 cochinos, con un navajero; 18 gamos, con dos oros, un plata y siete bronces; y ocho muflones, de los cuales únicamente uno se quedará sin metal, del resto, dos oros, dos platas y tres bronces. ¡Muchísima calidad! Más de un 65% de trofeos de gamo y muflón medalla (el 87,5% en el caso de los muflones).
Al final, todos los puestos completaron el cupo de reses, destacando especialmente el nº 12, que, además de un cochino, cobró un muflón y un gamo ¡ambos medalla de oro! El nº 3 se hizo con dos muflones medalla y tres cochinos; mientras que el nº 8 cobró dos gamos muy buenos y dos cochinos, uno de ellos el navajero.
Por todo lo anterior, nota muy alta para Javier Rodríguez y todo el equipo de Pelillo Servicios Cinegéticos en la montería de El Chorrero, es una alegría ver como gente joven, que sabe de campo y de caza, capaz y solvente llega a nuestro panorama cinegético. Fue un auténtico placer acompañarles en esta extraordinaria montería.
Crónica y fotografías: Adolfo Sanz Rueda
Por mucho que sólo se vean parte de los trofeos cobrados y que el muflón más chico que se cobró esté en primer plano, el plantel es espectacular.
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Pelillo Servicios Cinegéticos
Fecha: 22 de diciembre de 2018
Finca:El Chorrero
Finca cercada / Hectáreas monteadas: 500
Término: Bohonal de Ibor, Cáceres
Puestos: 12 / Cupo: 2 machos de gamo y/o muflón a elegir + 3 jabalíes / Rehalas: 10
Jabalíes: 11 (1 navajero) + 3 que no se pudieron cobrar por inaccesibilidad
Comenzamos la crónica de la montería de Los Quemaos, en Castilforte, Guadalajara, recordando que se montea a ‘matacuelga’ y que el precio del puesto suelto es de 120 euros, 100 si se coge la acción de las seis monterías.
Los Quemaos no podía ser menos, y cumplió como lo hicieron las tres primeras monterías de Castilforte. No en vano, suele ser una mancha muy segura, sobre todo para los cochinos.
La mañana se presentó muy fría, sin embargo después templó e hizo un día espléndido para montear.
Las casi 800 hectáreas de Los Quemaos se cierran con seis armadas y tres traviesas.
Lo primero que hay que destacar es la labor de Estebitan y Chari, cuidando y preparando las manchas.
Se monteó con diez rehalas -escogidas- al encuentro. Estebitan, que es un ‘máquina’, organizó perfectamente las rehalas, destacando también el trabajo de José de Salmerón dirigiendo los perros en la zona de la armada de El Machorro.
En esta ocasión los monteros se portaron, ya que se escucharon 108 tiros para cobrar 32 piezas: 23 guarros, cuatro venados y cinco ciervas.
Sobresalió un cochino de excelentes defensas, que habrá que esperar para ver qué categoría de medalla es, aunque tenía las navajas muy gruesas, que como bien se sabe es el parámetro que más porcentaje de puntos da; y un venado precioso, de 12 puntas.
El cochino grande se cobró en el puesto nº 5 de la traviesa de El Manantial. Otro puesto destacado fue el nº 6 de la traviesa de El Portillo, que cobró un venado y tres cochinos.
DATOS DE LA MONTERÍA
Otro de los venados cobrados.
Organización: Coto Castilforte
Fecha: 12 de enero de 2019
Finca:Montes de Castilforte / Mancha:Los Quemaos
Finca abierta / Hectáreas monteadas: 785
Término: Castilforte, Guadalajara
Puestos: 87 / Cupo: 1 venado y 1 cierva. Jabalíes, gamos y gamas sin cupo / Rehalas: 10
Finca habitual en el calendario de Cabezas, y con la que comenzaríamos el 2019, por lo que después de las largas navidades, reyes y demás fiestas muchas eran las ganas de volver a la sierra.
En esta ocasión le tocaría turno a esta gran finca de más de 2.000 hectáreas en la que un reducido número de monteros, cazarían con un cupo acumulativo de 4 venados en los dos días de montería previstos.
El primero de los días se cazaría la mancha de la casa, siendo esta una de las que mayor expectación todos los años levanta, ya que la macha a montear es de nada menos que 1.200 hectáreas y durante la montería es habitual el ver grandes venados bien solitarios, o en grupos cruzando las siembras huyendo de las rehalas.
Aunque el tiempo amenazaba con una gran ola de frío polar, el día sería totalmente primaveral, sin apenas viento y propicio para disfrutar de un gran día en el campo.
Con celeridad y a las 11:00 horas, en punto, se estarían soltando las rehalas que batirían esta gran mancha a montear. Durante toda la mañana los monteros disfrutarían de innumerables carreras y lances en sus puestos, muchos de ellos intentando elegir los mejores venados de aquellos que pasaban por sus puestos.
Durante la montería y a través de las emisoras de las rehalas y organización se palpaba que la calidad de los venados, que se veían durante la montería era bastante buena, detalle que al final de la tarde podríamos corroborar en el plantel, en el que sin ninguna duda tendríamos la mejor calidad obtenida en la finca de los últimos años, con varios venados homologables y el resto de una calidad bastante alta.
La buena gestión realizada por su administrador en los últimos años, daría su fruto. Por lo que en un gran ambiente montero y alrededor de un gran plantel de venados, nos despediríamos de este día, con la mente puesta ya en la segunda de las monterías al día siguiente. Enhorabuena, a todos los participantes, guardería de la finca, propiedad y administrador.
Los pasados días 18 y 19 de enero se celebró la anual montería de nuestro Real Club de Monteros (RCM). Esta ha constituido la séptima edición de la misma.
La montería no empezó con la suelta practicada en la finca El Navajo de Los Yébenes a las 11 de la mañana del duro y frío día sábado 19. No. La montería dio comienzo con el encuentro de todos los asistentes a la cena de hermandad que tuvimos en el hotel/restaurante El Artilllero de la citada localidad el viernes 18 a las 21 horas, en el que nos dimos cita la mayoría de los asistentes a nuestra montería anual, porque, os podemos asegurar, vivimos allí un gratísimo encuentro, en el que imperaba la amistad, el cariño y la alegría. La asistencia de muchos socios junior e hijos de monteros animó enormemente nuestro encuentro y nos confirma que hay un sano y nutrido renuevo generacional (tan necesario) en nuestro Club y nos permitió vivir un encuentro realmente entrañable y familiar, insignia de nuestro RCM.
Miguel Ángel Perlado Sotodosos y Pablo Fernández Gasset, miembros de la junta encargados de organizar la montería, nos dieron después del aperitivo y antes de comenzar la cena las indicaciones pertinentes sobre la mancha a batir y especies sobre las que podríamos tirar al día siguiente, posteriormente se realizó el sorteo con animosa expectación. Hubo, tanto en la cena, como antes de rezar la Salve Montera por la mañana del sábado con anterioridad a salir al campo, un sentido recuerdo y homenaje al que fuera muchos años presidente del Club, D. Francisco Basarán de la Fuente, padre de nuestra actual presidente, habiéndose elegido su tierra este año por tal motivo para celebrar nuestro anual encuentro en el monte. Igualmente, se recordó la figura de dos monteros del RCM fallecidos este año, José Antonio Rein Duffau (Yoyo Rein) y Javier Espiniella, ambos muy queridos en el Club.
Como antes decíamos monteamos la finca de El Navajo, por cortesía de la propiedad, y de la mano de Alberto Muñoz-Calero, que nos demostró su profesionalidad y buen hacer antes durante y después de acabada la montería. Tras un buen desayuno, a base de las tradicionales migas, y el traslado de las armadas a las posturas, cerramos la mancha con cincuenta y dos puestos, se produjo la tan ansiada suelta de las quince rehalas que batieron la mancha; el buen trabajo y alegría de perros y perreros, tan importantes en nuestra montería, gran parte de su alma, hicieron que nos olvidásemos del intenso frio, viento y niebla que casi todos padecimos, especialmente todos los que nos ubicamos en puestos de cierre por la sierra y finales de algunas traviesas que alcanzaban la misma. Así, nada pudo impedir que nuestro espíritu montero se impusiese a las adversas condiciones climatológicas. La mancha, sencillamente espectacular, dio el juego pretendido para disfrute de todos los monteros y acompañantes.
Ladras y carreras constantes, y algún que otro agarre, configuraron una bella y salvaje montería, con la caprichosa fortuna repartida, lógicamente, entre los diversos puestos. La cadencia de lances fue constante casi hasta el final de la montería, rasgando el frío día un gran número de disparos que confirmaban la abundancia de reses y jabalíes en la mancha. Los pocos que no pudieron tirar –doce de los cincuenta y dos– disfrutaron, seguro, viendo como otros compañeros del club ejecutaban los lances que en suerte les tocaba.
Mérito especial tuvo el postrero lance a tenazón finamente ejecutado por Miguel Ángel Perlado con el que consiguió cobrar un buen guarro que llegó a la junta para alegría de todos los asistentes. San Huberto le premió por su esfuerzo organizador, no nos cabe duda. ¡Enhorabuena!
Paco León acudió con sus cámaras para grabar la montería para el canal Caza y pesca, con la que confeccionará el oportuno reportaje que se emitirá en el citado canal (de lo que os avisaremos oportunamente). Tal emisión supondrá un gratísimo recuerdo para todos. Desde aquí le agradecemos a Paco su cercanía al Club y el trabajo realizado para efectuar esta grabación.
Finalmente, tras la copiosa comida, que nos hizo entrar en calor, llegaron a la junta de carnes los once venados, nueve guarros y quince ciervas abatidas. La verdad es que la crudeza del día provocó más fallos de lo habitual, sino el número de piezas en el tapete seguro hubiese sido mayor. No obstante, el resultado habla por sí solo de la buena montería en abierto, no concebimos otra, que pudimos disfrutar. Ojalá continuemos por esta senda.
Con gran expectación se esperaba esta clásica montería que ofrece Monteros de Encinasola a sus habituales en su calendario particular.
El diecinueve de enero era la fecha escogida desde punto y hora por esta organización para cazar esta finca extremeña de gran extensión totalmente cubierta de monte bajo apretado de jaras, madroñas y coscojas, con arbolado de encina en los dos tercios superiores de la misma y un eucaliptal en la parte baja.
Setenta y tres puestos se habían marcado en las 1.500 hectáreas de monte con que cuenta la finca y treinta y cinco rehalas venidas desde distintos puntos de la geografía española, cargadas con los mejores perros de jabalí serían las encargadas de repartir ilusión a los monteros que, venidos también desde toda España acompañaron a la organización desde la noche antes, con una acogedora cena de hermandad que precedía al sorteo de las posturas.
Así, con gran parte del trabajo hecho se retiraban los monteros a dormir, a sabiendas de su posición dentro de la mancha, esperando que llegase pronto la mañana del sábado.
Sobre las ocho y media comenzaban a llegar los asistentes al punto de reunión, donde recogían sus puestos todos aquellos que no pudieron asistir la noche antes al sorteo y tras las últimas indicaciones de Paco Berjano e Ismael García, comenzaban a salir los primeros cierres.
El reloj marcaba las once en punto cuando se comunicaba por radio que todos los monteros estaban en sus puestos y que se daba luz verde a la suelta de las rehalas.
Había cochinos movidos por los monteros que transitaban antes de la suelta por las posturas, produciéndose algunos disparos sueltos que no llegué a escuchar personalmente, pero que me confirmaron que así había sido. La gran extensión de la mancha no permitía escuchar todo lo que acontecía, esto, sumado a la lluvia que a rachas apretaba impedía escuchar lo que acontecía.
Tras abrir los portones de las rehalas, los primeros quince minutos fueron de infarto, ladras por doquier y perros que seguían cochinos por todos lados, ofreciendo oportunidades a los monteros más próximos a los distintos puntos de suelta que la organización había establecido, así, llegué a contar 42 disparos en los primeros quince minutos de montería, todo ello sin salir de mi asombro, dado que estábamos cazando a cochinos.
La lluvia fue remitiendo a rachas a medida que el tiempo fue transcurriendo, al igual que los lances fueron siendo cada vez más espaciados, pero sin dejar de sucederse de principio a fin.
Lo primero que irrumpió en mi postura, fue la alocada carrera de cuatro corzas perseguidas muy de cerca por toda la rehala del amigo Alfonso Naharro, pasaron sin más dilación y al rato de cumplir volvían aquellos podenquillos por sus pasos para muy cerquita de mí, hacer un levante de jabalí que cumplía a la traviesa.
Tras ser abatida esa ladra, volvían aquellos perrillos al lugar del encame, donde de nuevo volvieron a llevarse otro jabalí, que fue finalmente apresado por el grueso de la rehala y abatido a cuchillo como mandan los cánones.
No demorándose mucho en el tiempo, otra ladra que venía esta vez de la parte mas alta se aproximaba a mi postura, muy lenta. Claramente pude advertir de oído, como el jabalí se paraba y hacía frente a los canes, chillando algunos en la arremetida del cochino que finalmente aparecía en mi tiradero envuelto literalmente en perros. Una gran mole negra atravesaba fugazmente el camino para perderse de nuevo en la espesura, pero allí quedó parado de nuevo esperando a sus contrincantes, era enorme.
Por encima de las matas podía ver cómo en las arremetidas salían en volandas los perros del amigo Luis Gómez, que derrochando valentía dieron la vuelta al tremendo marrano para metérmelo literalmente debajo de los calzones, donde de certero disparo me quedé con él.
Tras abatirlo pude comprobar que era una jabalina de tremendo tamaño, que no se lo había puesto nada fácil a los perros.
Tras dejarlos morder un poco los devolví a su trabajo y continuaron levantando cochinos y ofreciendo lances al resto de los monteros.
Tres jabalíes de poco porte cumplían posteriormente en mi postura, levantando el rifle por no ofrecer gracia alguna el lance. Ahí estarán para el año que viene.
Sobre las dos de la tarde se daba la orden de levantar los puestos y se retiraban los monteros a la comida.
Se trabajó muy duro para que el plantel luciera de día, pero fue imposible sacar toda la caza a tiempo. Sesenta y nueve jabalíes se sacaban al plantel y otros seis apresados por los perros quedaban pendientes de ser recuperados por la mañana, dado que se encontraban en mitad de la espesura.
En la comida todo eran caras de satisfacción por haber disfrutado una vez más de esta mancha extremeña donde nunca faltan los cochinos, destacando que todos eran de gran porte, tanto machos como hembras, únicamente seis de los del plantel eran guarros de menos de un año al igual que seis fueron los navajeros que se cobraron. Justo García era uno de los afortunados que cobró un gran trofeo en un lance complicado. Ya había disfrutado de un lance a un jabalí de menor porte, errando el disparo por intentar tirar con el visor a tan corta distancia, por ello retiró el elemento de puntería de su Sauer y continuó cazando a alza y punto. Los perros de Los Cadenas desencamaron el jabalí de su frente y esperándolo a conciencia le rompió al camino que dominaba el joven montero, haciéndose de certero disparo con el magnífico cochino. También el amigo Osorio disfrutó de un buen puesto haciéndose con dos jabalíes, o el amigo Lope que también se hacía con un doblete de tremendas cochinas, o el amigo Jorge Domenech que ya es un clásico en la foto de plantel con su navajero habitual de Las Mengachas.
Así podría verter un cubo de líneas de texto pero en resumidas cuentas, se terminó con un magnífico ambiente una montería con éxito.
Crónica e imágenes: Carlos Casilda
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Monteros de Encinasola
Fecha: 19 de enero de 2019
Finca abierta: Las Mengachas. Hectáreas monteadas: 1.500
Continuaba Agrocinegética Encicaza su temporada particular en la mañana del pasado diecinueve de Enero, fecha que había reservado para cazar la finca abierta dentro de su calendario de Corrales.
Es esta finca un referente de entre sus habituales donde siempre hay sorpresas en cuanto a la calidad de sus reses.
Con estas premisas acudían ilusionados los monteros a la cita y tras el desayuno recibían las últimas indicaciones de la mano de Hugo Larubia y Manuel Infante, justo antes de dar comienzo el sorteo.
La salida de las armadas se fue realizando a medida que iban saliendo los monteros a recoger sus papeletas para garantizar el correcto cierre de la zona a cazar y así, cuando se quisieron dar cuenta el salón estaba ocupado tan solo por las rehalas que esperaban las últimas instrucciones de la mano de la organización.
Los lances se sucedieron desde antes de la entrada de las rehalas en el cazadero, dado que las reses, inquietas por el tránsito de vehículos comenzaron a moverse.
La montería transcurrió con total normalidad y las rehalas cazaron a conciencia las mil hectáreas de mancha que hoy se monteaban, distribuyendo la suerte por las distintas posturas.
Así, Carlos Prieto se hacía con el jabalí de la jornada en el número tres del Puerto de la Venta, el amigo José Galán en el cierre de la Cuerda tenía el puesto soñado por todo montero, cobrando dos venados, un jabalí, tres zorras y dos ciervas, jugando lance con un tercer venado que quedó herido y la organización está tratando de recuperar. También disfrutó de su postura Alejandro Martínez Martín, que consiguió hacerse con un bonito venado y errando el lance con un tremendo jabalí. El amigo Diego Sánchez Megía, también se hacía con un jabalí que portaba buenas defensas. También cumplía el amigo Alberto Gutierrez en su postura en familia que conseguía un doblete de venados en el ocho del Pantano al igual que su vecino de puesto que en el siete de la misma armada, Luis Velasco se hacía con otros dos venados.
En general fue una montería entretenidísima con la suerte repartida entre sus monteros que pasadas las tres de la tarde se retiraban a disfrutar de un buen catering mientras se formaba el plantel.
Así finalizaba otra buena jornada con esta organización andaluza.
La apuesta de Manuel Infante y Hugo Larrubia, máximos responsables de Agrocinegética Encicaza, de unir a su clásico y reconocido programa de monterías en abierto, algunas monterías selectas en fincas cercadas ha sido un tal acierto, ofreciendo así a los monteros un calendario más variado.
Tal es el caso del Valle de San Juan, la mítica finca del Valle de Alcudia, con una propiedad de categoría que es garante de un medio natural cuidado con esmero, algo que es esencial para la caza.
Lo único que podría poner en peligro el éxito de la jornada montera podría ser la climatología, ya que amenazaba lluvia, apareciendo los fantasmas de la temporada pasada, en la que un día que se podía calificar como infernal frustró el buen resultado de la primera incursión de Encicaza en el coto ciudadrealeño.
La experiencia de Hugo y Manuel en estas lides, hicieron que las últimos puestos de traviesa se colocaran pronto, para entonces la llovizna tenía clara intención de convertirse en aguacero, hacía frío, viento y en la parte alta se había instalando la niebla, perjudicando a todos los monteros, pero especialmente a los de la armada de La Cuerda, que bastante tenían con aguantar el tipo: viento, frío, lluvia y visibilidad disminuida, hasta que comenzó a abrir poco antes de las dos de la tarde.
A pesar de las inclemencias meteorológicas y de que gran parte de los puestos estaban situados en cortaderos, lo que en estas condiciones hace que sea muy complicado acertar a reses y cochinos. Se tiraba a modo, y es que la mancha del Capturadero estaba muy trabajada.
Además de las excelentes condiciones de la finca, de la propiedad, del saber y buen hacer de Hugo y Manuel, del aguante estoico de los monteros, hay que reconocer el trabajo del resto del equipo de Encicaza, de la guardería, del administrador, de los prácticos de sierra y, ¡cómo no!, de los rehaleros y sus perros, de las 37 rehalas, en una mancha de sierra tan preciosa como dura, de monte apretado y mucha pedriza, y más en esas condiciones.
Montería, montería. Montería con sabor, auténtica. Finca cercada, pero de 3.000 hectáreas (ha), por lo que hay que utilizar para montear una mancha de 800 ha como el Capturadero estrategias de abierto.
Al final, entre los 39 puestos que cerraron la mancha, se cobraron 49 venados, con mucha calidad, no sólo por los dos oros, cinco platas y dos bronces, sino por los que había ‘muy buenos de montería’, rozando el metal, 28 cochinos, con dos bronces y ocho navajeros más, y 39 ciervas.
Tiraron prácticamente todos los puestos, destacando el nº 3 de El Rincón con un cupo de dos venados medalla de plata, aunque mejor fue el nº 4 de la misma armada con un venado plata y otro oro. Por contra, hubo un montero que reconoció fallar tres venados a cada cual más grande, y eso que es que es muy certero, otro que falló cinco venados y un cochino, otro tiró seis venados y siete cochinos para hacer el cupo de venados y quedarse con tres guarros… ¡Si no llega a ser por el mal día que hizo!
Sólo queda dar la enhorabuena a Agrocinegética Encicaza, a la propiedad y a todos cuantos participaron en esta excelente montería de las de verdad.
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Agrocinegética Encicaza
Fecha: 27 de octubre de 2018
Finca:Valle de San Juan / Mancha:Capturadero
Finca cercada / Hectáreas monteadas: 800
Término: Almodóvar del Campo, Ciudad Real
Puestos: 39 / Cupo: 2 venados y 5 ciervas. Jabalíes sin cupo / Rehalas: 37
Segunda cita de este fin de semana de caza para Extremeña de Monterías. En la mañana del 20 de enero tocaba montear la finca de La Gándara, en las estribaciones de los riberos del Tajo, incluida en el Parque Natural del Tajo Internacional. Finca con unas vistas envidiables pero a su vez inolvidable por lo dura de cazar.
Llegaban los monteros a las nueve de la mañana al Bar de Manolo en la localidad de Cedillo.
La mañana amanecía espectacular en cuanto a climatología, al contrario del día anterior en el que hubo que tirar de paraguas y traje de agua.
No tardaron en salir las armadas a su destino y poco después de las once y media se soltaron los perros en varios puntos de la finca.
La parte de la zona del Regato del Cabrioso parecía flojear de caza a primera instancia, seguramente debido a las lluvias del día anterior que azotaron con crueldad esta zona de encames, no siendo así la parte del Rivero del Tajo, mas refugiada al viento del norte, donde varios puestos tuvieron hasta seis y siete lances. Conforme iba avanzando la mañana la caza se animaba y las detonaciones no paraban de escucharse en esa zona.
Pasadas las dos y media Enrique Batalla dio la orden de retirar las armadas y se procedía a recoger la caza a buena marcha. Iniciaban así las mulas su trabajo, personal indispensable y a los que hay que agradecer encarecidamente su colaboración dado que sin ellas, y en esta finca en concreto, sería impensable la recogida de todas las reses y menos aún a tiempo.
Las últimas reses llegaban al plantel pasadas las 6 de la tarde, arrojando un resultado final de 31 venados (5 de ellos de buen porte) y 11 jabalíes (2 bocas).
Crónica e imágenes: Carlos Casilda
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Extremeña de Monterías
Fecha: 20 de enero de 2019
Finca abierta: La Gandara. Hectáreas monteadas: 1.000
Extremeña de Monterías iniciaba su andadura en este año 2019 cazando en esta preciosa finca de Terrías, nominada hace dos años a la mejor montería en abierto.
De nuevo se citaba a los cazadores a las 9 de la mañana en el restaurante Tabú de Valencia de Alcántara y sin demora se dio inicio al sorteo, saliendo la primera armada a las 9:45 horas para cerrar bien temprano la finca.
El día amaneció encapotado y ya puestos los primeros cierres comenzó la tan molesta lluvia.
Pasadas las once se abrieron los portones de las rehalas y no tardaron en sucederse muchos, pero muchos disparos, que desde el inicio hacían presagiar un magnífico resultado.
Muchos guarros había en los márgenes del río que hicieron disfrutar de lo lindo a la mayoría de los puestos. Lances, ladras de un lado a otro de la finca, la montería era un no parar.
Los jabalíes cumplieron tal y como estaba previsto en las zonas más boscosas y las reses salían a la parte de los llanos, de los cuales muchos se abatieron, pero irremediablemente y por la separación de las posturas y la intensidad de la lluvia que por momentos se tornó molesta en exceso, otro buen número de lances fueron errados.
Pasadas las dos y media se dio por finalizada la jornada y tocaba la recogida de las reses que no fue tarea fácil para la organización, dado que la lluvia no permitía trabajar con normalidad, durando hasta bien entrada la noche, en una desapacible jornada.
A resumidas cuentas, un gran día de caza del que pudieron disfrutar los asistentes a la misma, arrojando un resultado de 23 venados (3 de buen porte), 37 jabalís (1boca) y ciervas de gestión.
Comenzaba el año para el grupo de Monteros del Hito en la mañana del pasado 19 de Enero, dando cita a sus habituales en Valencia de Alcántara para cazar la finca próxima a dicha localidad de Caldereros.
Tras el correspondiente desayuno, Jesús Carrero tomaba la voz cantante y con la petición de prudencia daba comienzo a las últimas indicaciones y el sorteo de posturas.
Éste se fue haciendo por armadas para cerrar correctamente la gran extensión que ocupa esta bonita finca que está compuesta en su gran mayoría por grandes ondulaciones de terreno que van a parar a la ribera del Alburriel. Toda ella de grandes retamales a excepción de la parte más quebrada que es donde las jaras se adueñan del terreno y constituyen fortín para los jabalíes.
Ya antes de la suelta se había escuchado algún disparo disperso, pero no fue hasta mucho después de que soltasen los perros cuando comenzó el movimiento de reses.
Los venados fueron los protagonistas de los lances mas tempraneros de la jornada y los jabalíes se resistieron a dar la cara hasta que las rehalas se vertieron hacia las quebradas del río. Allí, se hicieron fuertes y se resistieron a abandonar la zona de los encames, pero el empecinamiento de perros y perreros en una ardua tarea, en un día ‘de perros’, nunca mejor dicho, los sacó de allí y los enviaba a la zona de puestos, quienes con una molesta lluvia y viento que no permitía estar a gusto en las puertas, veían en ocasiones como los escurridizos guarros se salían del cazadero sin ser abatidos.
Así, las armadas de la Huerta, El Molino, Las Traviesas de Chabucones, el Camino o Fuente Lucas, fueron de los más abundantes a la hora de recibir la caza.
Sobre las tres de la tarde se retiraba a los monteros que aguardaron la llegada de las reses con una entretenida sobremesa, donde los aciertos de unos y los fallos de otros entretenían a los amigos con una buena comida mientras se iba conformando el plantel.
Finalmente las reses fueron llegando poco a poco, para mostrar un total de 10 venados y 07 jabalíes, destacando dos preciosos jabalíes y un muy buen venado que desgraciadamente tenía rota una de sus astas por encima de la contraluchadera.
Como caracteriza a este magnífico grupo y una vez más, la sobremesa se les hizo larga a pesar de mal tiempo y la noche les cogió en el campo.