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Otro jabalí de navajas colosales en ‘Mirabueno’ (con vídeo del lance)

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navajas colosales
José Manuel Pineda, Jesús Cristino, Miguel Ángel Gómez, José Alberto Patino, Juan Romero y Alberto Mayordomo con el jabalí de navajas colosales que cazó Juan.

CRÓNICA

Otro jabalí de navajas colosales se cazó en ‘Mirabueno’, una de las manchas de la emblemática ‘Las Navas de San Eusebio’.

Después de un ajetreo continúo, iniciamos el periplo montero de diciembre convergiendo de nuevo los equipos Sol Montero Producción Audiovisual y Caracolas de Caza y Safaris en Las Navas de San Eusebio.

Desde Robledo del Mazo (Los Jaronales) los primeros, y desde Andújar (Navalasno Viejo) este cronista.

Daban lluvia todas las previsiones meteorológicas en Almadenejos. No se equivocaron.

Antes de acabar el sorteo ya comenzó a llover. Chaparrones normalmente fuertes, más o menos largos, escampaba y vuelta a llover. Así hasta que se formó el plantel.

‘Las Navas de San Eusebio’

Finca preciosa, Las Navas está además muy cuidada. Típico monte mediterráneo, umbrías y solanas, dehesas, rañas y siembras. Comida y agua para la caza.

Allí se han dado grandísimas monterías.

navajas colosales
Plano de la mancha ‘Mirabueno’, donde se cazó un jabalí de navajas colosales, arriba, en el 4 del ‘Pantano’ (en morado).

Mirabueno es una mancha muy bonita, con gran parte de los puestos en cortadero y todos de traviesa. Lo que no deja de ser otro hándicap para los resultados finales, por la dificultad no ya de abatir sino de tirar a los cochinos y reses que entren a la contra de cortadero.

Cochinera, también tiene muflones de mucha calidad. Esta temporada se había colado algún venado que también se podía tirar.

Los espectaculares resultados de la temporada pasada valieron a Mirabueno estar nominada para la Caracola a la mejor montería en finca cerrada.

navajas colosales
Jesús Cristino y Miguel Ángel Gómez atendiendo a las cámaras de Sol Montero.

Sorpresas

Es de agradecer lo cuidado que está el camino de acceso a la casa de la finca. Solo ese detalle ya habla muy bien del esmero que pone la propiedad.

Se agradecían las hogueras que había encendidas, así como los soportales donde se había preparado todo para el desayuno y el sorteo.

Día gris, muy encapotado. Lluvia inminente. Lo único a favor es que casi no hacia aire.

La primera sorpresa fue que la montería no la daban solo Jesús Cristino y Alberto Mayordomo, Monterías y Recechos J.C. y A.M., compartirían la organización con Gómez Caza Servicios Cinegéticos.

Dos buenos equipos para una gran cacería.

Segunda sorpresa, me encontré con Chema Pérez Castell, no puede ser más agradable la charla con él, sabe muchísimo de caza y de los libros de esta: www.cazaylibros.es

Había hablado mil veces por teléfono con Jesús Cristino, mi amigo José Antonio Martínez, grandísimo cazador y una excelentísima persona, no tardó en presentármelo, ambos son poblanchos (naturales de Puebla de Don Rodrigo).

Jesús, a su vez, me presentó a Alberto y también conocí físicamente a Miguel Ángel Gómez, máximo responsable de Gómez Caza, y a José Alberto Patino, muy ligado a esta organización y que hace sus crónicas y fotografías.

No podía faltar a la cita Rafael Molina, que tan amablemente se acercó a Córdoba a la gala de las Caracolas 2019 a recoger el diploma de Monterías y Recechos J.C. y A.M. y a almorzar con nosotros.

navajas colosales
Sorteo.

Sorteo y salida de las traviesas

Estupendo desayuno en cantidad y calidad, quien así lo quisiera podía subir al monte ya comido. El almuerzo repitió calificativos.

Al alimón atendieron a las cámaras de Sol Montero Jesús y Miguel Ángel, y sin más dilación, sorteo de los 25 puestos.

Se insistió en la seguridad y en extremar las precauciones.

Se montearía sin cupo, y si salía algún venado o cierva también se podrían tirar.

Todos los sobres encima de la mesa, mientras 25 bolas de bingo marcaban a sorteo a que montero le tocaba extraer tarjeta.

Yo estaba totalmente despreocupado, ya tenía el plan hecho de antemano, acompañaría a José Antonio a su puesto, a ver si tenía suerte, porque se la merece y además para hacer un buen reportaje.

Recordando buenos tiempos en Valtriguero de Puebla de Don Rodrigo, donde tuvimos un día similar al que nos esperaba. Atraemos la lluvia, nos van a contratar.

Rubén del Sol, José Pablo Fabián y Juan Manuel Fernández irían con las cámaras a los puestos más aptos para grabar, si es que los monteros a los que les tocaran en suerte no les importaba.

Así, Rubén acompañaría a Juan Romero y a su amigo José Manuel Pineda al puesto nº 4 de la traviesa del Pantano.

A José Antonio le tocó en suerte el nº 1 de la traviesa de La Charca, allá que se fue con el cronista.

Nombro estos puestos especialmente porque serían dos de los protagonistas de la cacería…

Las nueve traviesas salieron con orden y rapidez.

El primer guarro que cumplió al 1 de ‘La Charca’, a la contra de cortadero.

Rayos y centellas

El chaparrón que cayó durante el sorteo, hizo que nos pertrecháramos aún más de ropa de agua, paraguas enorme incluido.

Muy bonito el 1 de La Charca, además, con una gran ventaja, se podía tirar hacia abajo sin peligro, aunque el cochino entrara a la contra de cortadero, ya que no había puesto alguno.

Le preguntamos a un propio del lugar: «Dicen que hay algún venado, ¿es posible?».

A lo que el hombre nos contestó: «Todos los venados que haya aquí me los como con patatas».

No había desenfundado José Antonio cuando le avisé, un gran cochino cruzó el cortadero relativamente tranquilo por la parte más baja a la contra de cortadero.

Es el mejor jabalí que cumplió.

Oportunidad para otro montero.

Fue lo único tranquilo que cruzó. A partir de entonces, rayos y centellas.

Para no liarles mucho, les contaré como carreras a favor de cortadero a las que entraban desde La Solana, y como en contra de cortadero las carreras desde La Chaparra (ver plano).

Estruendo a la contra de cortadero, ¡¡madre mía!! ¿Qué podía ser aquello? Parecía que venían todos los cochinos y muflones de la mancha juntos.

Asomó, como un rayo, un venado de buenas hechuras, yo creo que fue la sorpresa tremenda lo que hizo a José Antonio que se le fuera el tiro alto.

Yo me quedé tan atónito que no fui capaz ni de hacer una foto.

Comencé a preparar las patatas para el paisano.

navajas colosales
«Muchos tiros ya por todos los lados, montería muy divertida. Y eso que se acababa de soltar».

Montería muy divertida

Muchos tiros ya por todos los lados, montería muy divertida. Y eso que se acababa de soltar.

Segunda entrega también a la contra, pero con menos estruendo.

Un guarro de buena alzada, como un cohete, eso sí. Al tiro siguió, pero José Antonio estaba seguro que lo había enganchado.

No se equivocó, era un navajero muy bonito que cayó un centenar de metros más allá. El mejor que cobró.

El venado grande con la cierva. Se salieron de la mancha sin ser tirados. El cronista preparando un perolo de patatas.

Lejos, por la dehesa, también a la contra, corría un gran venado con una cierva detrás, José Antonio prefirió no tirar, aunque lo podía haberlo hecho perfectamente, por si le cumplía a otro montero en mejores condiciones.

Se vaciaron de la mancha si ser tirados, por algo era grande el venado.

Mientras, yo iba preparando un señor caldero de patatas.

Primera carrera a favor de cortadero. Un guarro terciadete. Fotografía y clarísimo impacto trasero. ¡Agarre!

Como no había peligro, avisé al montero del 2 y allí que me fui cuchillo en ristre dando mis buenos gritos de «¡Voy al agarre, voy al agarre…!».

navajas colosales
Este cochino es el que el cronista remató después a cuchillo.

El agarre estaba en un sitio difícil, pero los perros eran maravillosos, cuando me oyeron llegar, apretaron aún más y me sujetaron al guarro, al que pude rematar sin mayor problema. En cuanto lo hice, soltaron todos y siguieron a su buen quehacer.

Los perros estaban monteando de fábula muy adelantados a los rehaleros y guías.

Mientras remataba, José Antonio se quedó con otro cochino que entró a la contra.

Van tres.

Descanso y otra vez al ataque

Las carreras remitieron durante un tiempo, descanso. La lluvia se intensificaba por momentos.

Segundo tiempo: otra vez rayos y centellas, a partir de ahora siempre a favor de cortadero.

Buena puntería al único bicho que José Antonio tiró hacia arriba, era muy difícil, resultó ser una cochina grande.

Ya son cuatro.

Y por abajo espectacular, dos cochinos se quedaron al tiro, y otros dos rapidísimos y silentes, que yo creo que enganchó, pero fue imposible con tanto barro y agua poder seguir el rastro, además, como iban enteros, seguro que fueron lances aprovechados en La Chaparra.

Cobrando los cochinos en pleno aguacero. José Antonio con tres de los seis que se quedó y que entraron exactamente por la misma carrera, dos a favor de cortadero y otro a la contra.

Cobrando, arreció el aguacero, estábamos calados hasta los huesos pero felices.

Rayos y centellas en lo climatológico también, por mucho que ‘solo’ jarreara.

Si no me fallan las cuentas, fueron seis los guarros cobrados en unas condiciones dificilísimas.

Si yo hubiera tenido rifle en vez de cámara, no hubiera cobrado seis ni de broma, ítem más, estoy seguro que más de uno y más de dos se me hubieran pasado sin tirar. Grande José Antonio.

Otro jabalí de navajas colosales…

Llegó el momento de enlazar al puesto 4 del Pantano.

Y lo haremos con el venado que tiró José Antonio, que un arabesco en el monte inverosímil, fue a parar al 4 del Pantano, cumpliendo a bocajarro. Allí se quedó, en el turno de tiro de José Manuel.

De nuevo les invito a que vean el plano para comprobar la inconcebible carrera del venado, que era indudablemente el mismo.

Rubén lo grabó todo convenientemente.

Juan, por su parte, disparó un cochino muy grande que se quedó claramente al tiro. Estaban preparando ya las felicitaciones, cuando, de repente, se levantó y salió arreando a toda castaña ante la perplejidad de todos.

El cochino de navajas colosales.

Juan disparó rapidísimamente otra vez, sin suerte, pero solo unos metros más allá se produjo el inevitable agarre, de rápido final al estar muy malherido el jabalí del primer tiro.

Menos mal, porque con esos afilados colmillos, de auténtico killer, pudo hacer mucho daño a los perros.

Resultó tener unas navajas colosales, tremendas, que había desarrollado muchísimo al tener disminuidas las amoladeras.

Otro lance del 4 del ‘Pantano’.

Juan y José Manuel no podían ser más agradables y simpáticos, y cobraron un total de cuatros guarros, el de colmillos tremendos incluido, y el venado.

Repito, montería divertidísima, pero cuyo plantel final se vio en parte deslucido por un tiempo pésimo.

Hubo veces que aquello era el diluvio, y no todo el mundo es tan fino como José Antonio, Juan y José Manuel.

Alberto y Jesús, máximos responsables de Monterías y Recechos J.C. y A.M., con José Antonio y el plantel.

El plantel y despedida

La dificultad de cobro fue enorme, por las condiciones en las que quedaron los caminos y accesos.

El cronista además de años y kilómetros encima, estaba especialmente cansado por el trajín del fin de semana.

Cuando me fui, ya estaba prácticamente todo el plantel, solo faltaba algún cochino por llegar, José Antonio después me confirmó que se bajaron a la junta de carne hasta 74, con seguridad se cazaron más, pero que fue prácticamente imposible cobrar ese día.

Se pudo formar el plantel a pesar de las inclemencias.

Había 11 navajeros. El de las navajas colosales, lo eran tanto, que solo con ellas posiblemente le diera ya para el oro: ¡alucinante! Con las defensas fuera, seguro que algún navajero más llegará al metal.

Juanma con parte de los muflones cobrados.

De los 12 muflones había cinco para poner en primera fila, de los cuales cuatro eran muy buenos, y tres con seguridad medalla, incluso alguno más que bronce.

El venado bonito de montería.

También se cobraron algunas hembras.

El equipo de Sol Montero con los cazadores protagonistas de la crónica y el cochino de navajas colosales: José Pablo, Rubén, Juan, José Manuel, Juanma y José Antonio.

Otra vez gris marengo, gris marengo durante todo el día, la verdad.

Llovía, escampaba… empapados pero contentos, solo puedo dar las gracias a Jesús, a Alberto, a Miguel Ángel y a la propiedad de Las Navas por acogernos, a Juan -muy merecido su jabalí de navajas colosales- y José Manuel y el resto de monteros ‘con cámara’ por el trato que nos dispensaron…

Qué decir de mi amigo José Antonio, que cada dos por tres me intentaba pasar el rifle para que tirara yo, en su puesto, y que se enfadaba ante mi negativa, disfrutamos de otro gran día juntos.

Él, como los Sol Montero, Rubén, Jose y Juanma, son amigos de los que se puede presumir, y mucho.

Por eso, cuando recorría el buen carril de salida de Las Navas de San Eusebio, me encontraba bien, camino de nuevas aventuras monteras que aún me quedan por contar.

¡Ah, se me olvidaba, no se pierdan cuando se edite el vídeo de la montería, es espectacular!

Una crónica de Adolfo Sanz Rueda

Fotografías Adolfo Sanz y Sol Montero Producción Audiovisual

Parte del equipo de Gómez Caza, con Juan y José Manuel y el plantel.

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Monterías y Recechos J.C. y A.M. y Gómez Caza Servicios Cinegéticos

Fecha: 1 de diciembre de 2019

Finca: Las Navas de San Eusebio / Mancha: Mirabueno / Finca cerrada

Hectáreas monteadas: 600

Término: Almadenejos, Ciudad Real

Puestos: 25 / Sin cupo / Rehalas: 14

Venados: 1

Jabalíes: 74 (11 navajeros, homologaciones pendientes)

Muflones: 12 (homologaciones pendientes)

CRÓNICA GRÁFICA

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Muy divertida ‘Los Hornitos’ con Cinegética de Alcántara

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Muy divertida
Muy divertida ‘Los Hornitos’, un año más.

Muy divertida ‘Los Hornitos’, una temporada más, cobrándose un total 82 reses y cochinos.

Finca situada en el término de Alcántara, con 1.200 hectáreas, esta montería en abierto fue organizada una temporada más por Cinegética de Alcántara.

Es una bonita mancha compuesta por las fincas Los Hornitos, La Ahijosa y Amarillina.

Está situada dentro del Parque Natural Tajo Internacional.

Excelente día de caza.

Los disparos se repartieron por todas las armadas.

El resultado fue bueno, con 24 venados (con algunos ejemplares de muy buen porte), 27 cochinos y 31 ciervas.

Crónica y fotografías: Diego Simancas

Muy divertida

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Cinegética de Alcántara

Fecha: 11 de enero de 2020

Finca: Los Hornitos / Mancha: Ribera de Erjas Finca abierta

 Término: Alcántara, Cáceres

Puestos: 40 / Rehalas: 23

Hectáreas monteadas: 1.200

Venados: 24

Jabalíes: 27

Ciervas: 31

GALERÍA FOTOGRÁFICA

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Broche de oro de Cabezas en ‘El Cotano’

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Broche de oro
Broche de oro de Cabezas Servicios de Caza en ‘El Cotano’.

CRÓNICA

Cabezas Servicios de Caza puso el broche de oro a una magnífica temporada con otra gran montería en ‘El Cotano’.

Como no podía ser menos, y tras una temporada que, sin ninguna duda, será difícil de olvidar.

Llegaba el entrañable momento de cazar la ultima montería del calendario y que mejor broche que montear en el emblemático El Cotano, en el que tantos días de gloria hemos vivido, tantos sueños de monteros hemos cumplido y grandes monterías de jabalíes hemos vivido.

Después del monterión del día anterior en El Bosque y con la felicidad del día anterior aún en la cara.

Nos reuniríamos un día mas en el pabellón de caza de esta gran finca, una vez más con grandes expectativas, con caras llenas de ilusión y con una propiedad y organización dispuesta a dar lo mejor, para poner ese gran broche final de temporada.

Broche de oro

Una mancha repleta de ilusiones

Pocos puestos, bonitos y amplios tiraderos.

Un día soleado sin viento y una mancha repleta de ilusiones y muchos y muy grandes trofeos, serían el escenario de este día.

Día en el que los grandes jabalíes que alberga esta finca, pondrían a prueba los valientes podencos que librarían innumerables carreras y batallas hasta hacerlos romper de sus encames, haciendo vibrar de emoción y nervios aquellos monteros que tras esa bonita ladra, harían aparecer el jabalí deseado en el tiradero.

Jabalíes muy grandes y corpulentos que en muchos de los casos no caerían en el primer lance, y una vez más pondrían a prueba la destreza de los monteros.

Durante toda la montería, los lances y carreras serían continuos, así como la emoción de los mismos ya que, es difícil de explicar la sensación vivida en esos lances a grandes verracos que todos siempre ansiamos, sensación que tan solo aquellos que amamos esta bonita tradición sabemos apreciar.

Broche de oro a una gran temporada

Al final de la tarde, una vez mas sonarían las caracolas, caracolas melancólicas por ser las últimas de esta gran temporada.

Merecido descanso de todos aquellos que hicieron que disfrutásemos de este inolvidable día, así como de otros tantos.

Días que atrás quedaron y que tan solo muchos recordaran al ver estas letras, aquella foto de recuerdo o tablilla en casa.

Al final de la tarde y frente a un inolvidable plantel en el que de la calidad de los trofeos abatidos los mejores fedatarios serán aquellos que tuvieron la suerte de estas presentes, nos despediríamos de esta gran finca, de esta gran temporada y de todos esos bonitos momentos vividos.

Ahora toca el momento de volver a programar lo que será una nueva temporada, nos despedimos con un hasta pronto.

Broche de oro

Agradecimiento

Muchas gracias a todos los que de una manera u otra formáis parte de esta gran familia, y en especial a ese gran equipo de profesionales con el que tengo el privilegio de contar y sin los que a día de hoy no seria posible el poder estar aquí hoy dando las gracias.

Crónica y fotografías: Cabezas Servicios de Caza

DATOS DE LA MONTERÍA

grandes venados

Organización: Cabezas Servicios de Caza

Fecha: 8 de febrero de 2020

Finca: El Cotano / Finca cerrada

Término: Zarza la Mayor, Cáceres

Jabalíes: 59 (11 oros, 14 platas y 20 bronces)

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Bonita jornada de caza en ‘Barrantes’ con Cinegética Alcántara

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Bonita jornada de caza
‘Barrantes’, otra buena montería en abierto de Cinegética de Alcántara.

Bonita jornada de caza en ‘Barrantes’, una montería clásica del calendario de Cinegética de Alcántara.

Montería organizada por Cinegética de Alcántara en esta finca abierta, de 600 hectáreas, situada en el término municipal de Alcántara (Cáceres).

Coto con una buena densidad de cochinos, formado por las fincas Barrantes, Sierra Nogué y Dehesillas.

Bonita jornada de caza
Se cobró un buen navajero.

Bonita jornada de caza que se saldó con más de 150 detonaciones, en la que se cobraron 18 venados, 17 jabalíes (uno de ellos con boca) y 11 ciervas.

Crónica y fotografías: Diego Simancas

Bonita jornada de caza

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Cinegética de Alcántara

Fecha: 26 de enero de 2020

Finca: Barrantes / Mancha: Sierra Nogué Finca abierta

 Término: Alcántara, Cáceres

Puestos: 30 / Rehalas: 8 / Hectáreas monteadas: 600

Venados: 18

Jabalíes: 17 (1 navajero)

Ciervas: 11

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Aceptable resultado en ‘La Calera’

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aceptable resultado
Aceptable resultado en la ‘Sierra y Llanas’ de ‘La Calera’.

Aceptable resultado en la ‘Sierra y Llanas’ de ‘La Calera’, donde una vez más, ‘Benavente Calera’ respondió con 36 piezas cobradas entre venados, ciervas y cochinos.

Montería organizada por Cinegética de Alcántara en La Calera, finca abierta de 900 ha, situada en el término municipal de Zarza la Mayor.

Linda por el oeste con la finca El Cotano y al este con la carretera EX 117.

La finca está dividida por la carretera EX 108 en dos partes, al lado norte tenemos la sierra y en la parte sur los riberos y llanas.

Buena jornada de caza, con un discreto, pero aceptable resultado de ocho venados, 21 jabalíes (una boca) y siete ciervas.

Crónica y fotografías: Diego Simancas

aceptable resultado

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Cinegética de Alcántara

Fecha: 1 de febrero de 2020

Finca: Benavente Calera Mancha: Sierra y Llanas Finca abierta

 Término: Zarza la Mayor, Cáceres

Puestos: 40 / Rehalas: 18 / Hectáreas monteadas: 900

Venados: 8

Jabalíes: 21 (1 navajero)

Ciervas: 7

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Pablo Díaz despide la temporada en Portugal con 31 jabalíes y 7 bocas

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Pablo Díaz
Pablo Díaz tuvo un gran resultado para rematar la temporada: 31 cochinos con siete navajeros.

Pablo Díaz no pudo despedir mejor la temporada, en Portugal y como siempre en abierto.

Montería, en abierto, cazada por primera vez por la orgánica Cinegética de Alcántara.

Coto de 700 ha, ubicado en el término municipal de Castelo de Vide, villa portuguesa del distrito de Portalegre (Alto Alentejo).

Finca con abundante vegetación, jaras, retamas, alcornoques, robles, eucaliptos y muchas formaciones de granito. Difícil de cazar, pero refugio ideal para los cochinos.

Los monteros estuvieron finos en el cierre de la temporada de Cinegética de Alcántara en Portugal.

Un día muy lluvioso, que por suerte despejó a las 12:00 (hora española).

Hubo un buen número de bonitos lances en el que los monteros estuvieron muy finos, pocos disparos y un gran resultado de 31 jabalíes y siete bocas.

Crónica y fotografías: Diego Simancas

Pablo Díaz
Los siete buenos navajeros cobrados en abierto en ‘Herdade do Sobral’.

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Cinegética de Alcántara

Fecha: 29 de febrero de 2020

Finca: Herdade do Sobral / Finca abierta

 Término: Castelo de Vide, distrito de Portalegre, Alto Alentejo, Portugal

Puestos: 40 / Rehalas: 20 / Hectáreas monteadas: 700

Jabalíes: 31 (7 navajeros)

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Cazzando se doctoró en ‘Barrôco’

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en Barrôco
En Barrôco, 8:00 a.m., hora española, Juan Carranza y Juan Carlos Marchena preparan todo con minuciosidad para el que va a ser su gran día como organización de caza.

CRÓNICA

Era la apuesta fuerte de Juan Carranza y Juan Carlos Marchena en su temporada de inicio como organización, y… ¡Cazzando se doctoró en ‘Barrôco’!

La expectación era enorme, ya que la última vez que se monteó esta finca se cobraron 236 jabalíes en abierto.

Eso fue hace tres años.

Pero además de la tremenda expectación generada, yo creo que esa montería, por pura comparación, ha hecho casi más más daño a esta que la ha beneficiado.

«Hombre, doscientos y pico no, pero cien seguro que se cobran», se comentaba en los mentideros cinegéticos.

Desde Cazzando Servicios Cinegéticos se optaba por la prudencia, con unas expectativas «de unos 70 cochinos».

Lo de 2017 fue un cumulo de circunstancias.

Por aquel entonces Herdade do Barrôco llevaba muchos años sin montearse, sólo se habían hecho algunas esperas.

en Barrôco

‘Herdade do Barrôco’, un oasis

Eso junto al carácter de oasis de este monte, una buena parte de la finca se conserva intacta desde hace muchos años, excepto algún tratamiento forestal, rodeado de fincas adehesadas, más enfocadas a los aprovechamientos ganadero y agrícola, y por el pantano de Alqueva, ese mar de agua dulce.

Los jabalíes encuentran en Barrôco comida, agua, refugio y tranquilidad.

Pero esto último que fue válido para 2017, también los es para 2020, después de llevar tres años sin cazarse.

Por lo que centrémonos ya en Barrôco 2020, que es lo que toca.

Primavera en el oeste

Amaneció un día precioso en la vecina y hermana Portugal.

Por mucho que al sol le cueste desperezarse en este lejano oeste ibérico.

No te joroba, como que viaja desde Alicante antes de llegar aquí, que vienen a ser unos 700 km en línea recta.

En lo que este astro centelleante viene a tardar como media hora, no se crean.

No me peguen, que ya mismo nos ponemos a cazar.

A pesar de llegar y salir de noche de Moura, sus calles, arquitectura, el hotel homónimo… revelaban todo su encanto.

Llegué cansado y directo a dormir.

Una buena planificación de viaje me permitió disfrutar de un estupendo bocata del Portugal 2, en el km 200 de la A5, mientras descansaba y me librara durante un agradable momento del trajín de la carretera.

El caso es que muy a mi pesar, rechacé la invitación de Luis de la Torriente para cenar con él, que llegó antes, seguro que fue algo muy grato en una ciudad tan bonita.

Fresco como una lechuga, me topé al salir de la habitación con Juan Carlos Marchena, nada de navegador, él me guió hasta Sao Marcos do Campo, donde se realizaría el sorteo.

en Barrôco
Juan y Juan Carlos ultimando todos los detalles.

Previo

El perezoso sol matutino del oeste ya despuntaba por el este.

No es que hiciera biruji, pero Lorenzo aún no se estaba empleando con ganas, lo dejó para después.

Ya estaba allí Juan Carranza, mientras se preparaba el catering, él y Juan Carlos disponían todo para el sorteo.

Con buen criterio se había citado a los monteros a las 8:30, para aligerar lo antes posible y presentar el plantel a una buena hora.

Carlos Casilda siempre tiene una sonrisa que echarse a la boca. Gran tipo, que sabe muchísimo de montería, de caza.

Abrazote con Carlos Casilda, ¡qué buen tipo!, y cómo relata, cuántas risas, también se unió Luis a la tertulia, disfrutando de una antesala de lo más agradable.

Muchas caras conocidas, como los inseparables Cosme Muñoz y Juan Jesús del Pino, grandes monteros con lo que esta temporada hemos coincidido en no pocas ocasiones.

Y, cómo no, otro gran cazador onubense con el que da gusto charlar, Ábel Rodríguez.

en Barrôco
Juan Carranza con Luis y Domingo Carvalho.

Hablé largo y tendido con el propietario de la finca Luis Carvalho y su hijo Domingo, él fue quien me puso en antecedentes sobre Barrôco, un oasis, como ya he dicho, en el que conviven jabalíes y perdices.

Un dificilísimo equilibrio que Luis ha conseguido, no sin mucho esfuerzo y trabajo.

Sorteo, primer control de la GNR

Por fin Juan y Juan Carlos comenzaron a dar las estrictas normas de seguridad, como es normal, y el sorteo.

Sobre los 61 puestos marcados en el plano, Juan Carlos dijo «hemos quitado dos puestos que no nos acababan de convencer, aquí los pueden ver para quien lo quiera comprobar».

Por lo que finalmente se colocaron 59 papeletas en la mesa.

Se comenzó a sortear con cierto retraso, debido a que la Guardia Nacional Republicana (GNR) hizo un control antes de comenzar a sortear…

Cazar en Portugal

Un inciso, si no ha cazado nunca en Portugal y tiene prevista una cacería, infórmese con cierto tiempo de antelación para obtener la oportuna documentación (licencia, seguro…).

El mismo organizador le puede asesorar.

Lo digo porque en esta ocasión iba en modo cronista, pero si hubiera ido a cazar, con la cabeza a pájaros que tengo, lo mismo me hubiera pillado el toro.

Los trámites son sencillos pero llevan su tiempo.

A montear

Resulta que Luis de la Torriente iba solo al puesto, por lo que apunté con los ojos cerrados a ir con él de secretario-fotógrafo.

No le hace falta ni lo uno ni lo otro, pero es tan majo que acogió al amigo con los brazos abiertos.

Le había tocado en suerte el 1 de El Puente, al ser un cierre fuimos de los primeros en salir, por lo que no nos percatamos de lo que ocurrió después.

Lorenzo ya se había puesto serio, del mini biruji matutino ni rastro.

Francisco, muy atento siempre, indicando a Luis donde estaba el 1 de ‘El Puente’.

Francisco Coelho, al que acompaña su hija Alejandra, era el postor de El Puente, él indicó claramente a Luis su tiradero desde el 1, un precioso puesto aunque en algunas partes algo cerrado.

Ya nos habían advertido que se había cerrado mucho el monte en algunas zonas de la finca.

No quise molestar a Luis con una cosa que era evidente, y de la que él se percató inmediatamente, estábamos aireando y de cierre… pero el puesto era tan bonito, y había zonas en las que un guarro podría buscar el escape sin que le echáramos el aire.

Calma chicha, sol, pocos tiros –algo que es normal cuando solo hay cochinos y no se han soltado los perros–, no se soltaba aún…

Monte cerrado vestido de primavera, con aromas atlánticos, imponentes los alcornoques.

Otro control de la GNR… se soltó a la una

Por fin, como a las 13:00 horas se soltó. ¡Qué tarde! ¿Qué había pasado?

Nos enteramos después, en la comida, resulta que salimos las dos primeras armadas de cierre, y a continuación, la GNR pidió papeles a los monteros de las otras nueve armadas y traviesas.

Por eso se soltó a la una, con el termómetro subiendo por encima de los 25º C.

Ahora se tiraba a modo, mucho, con intensas ráfagas.

Era como si la montería se hubiera resumido en el tiempo.

Aunque, por encima de nosotros, escuchábamos a los rehaleros decir como una enorme piara, de unos 20 cochinos, pugnaba vaciarse de la mancha, al final se abrieron y dieron mucho juego.

Otro gran tipo, Luis de la Torriente, cazador alerta, cazador completísimo.

Otros jabalíes, dicen que como unos 25, ante la bonanza climatológica decidieron darse una baño, se volvieron y se salieron de la mancha a nado por las aguas del pantano de Alqueva.

Desgraciadamente casi les he contado ya el puesto de Luis, gran cazador, siempre alerta.

Llegaron los perros al regato que teníamos por debajo, allí había camas cochineras, y recientes.

Seguramente eran de parte de los 20 que pugnaban por vaciarse, y que por el aire abandonaron sus encames antes de que llegáramos nosotros.

en Barrôco
Cosme Muñoz, un grandísimo montero, tiró seis cochinos y cobró los seis.

Eso hizo que otros puestos, en un lapso de tiempo muy corto, como el de Cosme Muñoz, se quedara con seis cochinos en el nº 3 de El Cable.

Éxito, Cazzando se doctoró en ‘Barrôco’

La mancha estaba tan cuidada y es tan buena, que a pesar de los inconvenientes reseñados, fue un éxito.

Porque 75 cochinos en el plantel para 59 pasos en abierto, es un éxito: Cazzando se doctoró en Barrôco.

en Barrôco
Poco a poco iban llegando los cochinos al plantel hasta completar 75.

Sin tantos controles y con menos calor, se hubiera llegado a los 100 con seguridad y seguramente más, ¡en abierto!

Éxito que la organización quiere compartir con Jacinto Martínez, un gran conocedor de la finca y que sabe mucho de montería.

Doy fe de los 75 cochinos que llegaron a muy buena hora –con mucha luz– a formar el plantel.

Al día siguiente, repasando el monte, se cobraron otros tres guarros más, que aún estando señalizados, no se pudieron bajar el sábado.

en Barrôco
Manuel Jesús Marchena ¡cobró 10 cochinos! en el 4 de ‘Casetones’. Foto © Cazzando S.C.

¡Diez cochinos en un puesto!

Sin duda ninguna, el puesto de la montería fue el 4 de Casetones, ocupado por Manuel Jesús Marchena, ¡qué cobró 10 cochinos, uno de ellos el navajero de la jornada!

Además del navajero, se cobraron cinco cochinas muy grandes, que para ser hembras tenían unas defensas respetables.

en Barrôco
Manuel Jesús y Juan con el navajero que cobró el primero, además de otros nueve.

Ya hemos comentado los seis de Cosme, Curro Madrigal se quedó con cuatro.

Tres cochinos cada uno cobraron Silvestre Macías (3 de La Lengua) y Jesús Carrero (1 de Los Eucaliptos).

Entre los monteros que cobraron dos jabalíes, por ejemplo, Juan Miguel CastilloMoisés Palomino (2 de Las Carolinas) o nuestro amigo Ábel Rodríguez (2 de Los Eucaliptos).

B.R.Q. no tuvo su día, erró hasta cinco guarros en el 7 de La Lengua.

Juan Jesús del Pino cobró una de las cochinas grandes y, por ejemplo, Carlos Casilda no quiso tirar a los primalones que pulularon cerca de su postura.

Juan Carlos y Juan no pararon, y aún tuvieron tiempo para atendernos, cansados pero satisfechos.

Enhorabuena a Cazzando Servicios de Caza, a la propiedad y a todas aquellas personas que de una forma u otra han tenido que ver algo con esta montería.

Adiós al cercano oeste

Creo que Juan y Juan Carlos se lo merecen, tienen mucho porvenir en esto, porque son trabajadores y saben de campo y caza.

Por cierto, estupenda y variada comida del catering Los Alisos, como lo fue el desayuno, migas incluidas.

Decía al principio, el lejano oeste ibérico, que exagerado soy, el cercano oeste, que está al lado.

en Barrôco

Camino de casa.

El sol se hacia el remolón, otra vez, después de la calorina que nos había soltado, ahora le costaba despedirse.

Cuando lo hizo, lo hizo de manera espectacular, puso rumbo a Las Azores tiñendo de naranjas el cielo y las nubes y de grises estos campos, estos montes viejos.

Camino de casa en el cierre de una larguísima temporada.

¿En el cierre de una larguísima temporada? Ya veremos…

Crónica y fotografías: Adolfo Sanz Rueda

en Barrôco
Magnífico plantel en Barrôco.

DATOS DE LA MONTERÍA

OrganizaciónCazzando Servicios Cinegéticos

Fecha: 22 de febrero de 2020

Finca: Herdade do Barrôco / Finca abierta

Hectáreas monteadas: 750

Término: Reguengos de Monsaraz, Distrito de Évora, Alentejo, Portugal

Puestos: 59 / Sin cupo / Rehalas: 34

Jabalíes: 75 (1 navajero) + 3 cobrados al día siguiente

GALERÍA FOTOGRÁFICA

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Preciosa montería en Candilejo (PN de Cabañeros) con la familia Palomo Aranda

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en Candilejo
En ‘Candilejo’ la familia Palomo Aranda ofreció una montería preciosa.

CRÓNICA

Preciosa montería, en abierto, fue la que ofreció la familia Palomo Aranda (Gonzalo Palomo Servicios Cinegéticos) en ‘Candilejo’.

Me he hartado de decir que esta temporada he visitado fincas emblemáticas, me faltaba la guinda del pastel, Candilejo, dentro del Parque Nacional de Cabañeros.

Muchas cunas tiene nuestra inigualable montería, esta zona, sin duda, es una de las de más raigambre.

Grandiosos cazadores, de toda condición, han dejado su impronta a lo largo de los siglos en estos bravos montes.

En el recuerdo

Nostalgia de la niñez montera, hasta esta zona llegaba nuestro ámbito de acción, monteando en no pocas ocasiones sobre todo en Piedras Picadas, lindera con Candilejo por el este y por el sureste.

Garbanzuelo por el norte.

Al oeste, el río Estena y después Gargantilla.

Al sur, omnipresente, Cabañeros, Cabañeros finca, el coto privado que fue, para que se me entienda, no el Parque que ahora engloba todo.

Años ha, Garbanzuelo, Candilejo y Piedras Picadas estaban bajo una misma linde.

Recuerdos imborrables de Piedras Picadas.

De cuando los Land Rover de Santana llevaban un asidero en el volante para poder girar en algunas curvas. No había dirección asistida.

Eran unos todoterreno durísimos, duraderos y capaces de escalar pedriza arriba.

Aún soy capaz de revivir aquel puesto formidable en el que mi padre se quedó con dos grandes venados de los de entonces, de los que ahora decimos «buenos de montería».

Antes, en una montería a la que no pude asistir, mi hermana Cruz cobró un precioso venado ‘caballar’, tan típico de los Montes de Toledo, de espectaculares cuernas, largas, como los 14 candiles, aunque más bien fino, a pesar de eso, hoy incluso es bronce…

Ítem más, estuve en Piedras Picadas el día se abatió el que seguramente fue el último lobo cobrado en los Montes de Toledo antes de la prohibición de su caza, aún era morralero.

Lola, Gonzalo y Carmen.

Gonzalo Palomo Servicios Cinegéticos

La familia Palomo Aranda, Lola Aranda y Gonzalo Palomo y sus hijos Gonzalo y Mario, forman Gonzalo Palomo Servicios Cinegéticos, con un programa montero muy bonito, buenas cacerías a precios asequibles.

Programa basado en la 2019-2020 en Candilejo, Valdelobillos y la Torre de Abraham.

Conocí a Gonzalo a través de mi hermano más que amigo Paco Largo, que gestiona varias fincas en la zona, desde principio me causó muy grata impresión e inmediatamente congenié con él, es serio, trabajador y domina a la perfección todos los secretos del campo y la caza.

Muy importante también, es de la zona y conoce cada recoveco, ítem más, su actividad profesional se centra en el sector forestal con su empresa Oysfor.

Se complementa perfectamente con el resto de la familia, formando un equipo muy eficaz.

Espléndida mañana

¡Qué bonitas son las mañanas soleadas de invierno!

Un 25 de enero ya se van notando los días, si hace sol y no hay viento, son días que resultan muy agradables, aunque a primera hora y cuando caiga la tarde haya que abrigarse.

Retratada la climatología, pongámonos primero a desayunar y después a sortear.

La nave habilitada en pleno Retuerta del Bullaque, es ideal para ambas cosas y después para dar salida ordenada a armadas y traviesas.

Los salones León sirvieron un desayuno, migas incluidas, de campanillas.

Saludé a Carlos Sánchez, el socio de Gonzalo en Oysfor.

en Candilejo

El relevo

No por saber de antemano que acudía Carmen Basarán Conde, me hizo mucha ilusión saludarla, le acompañaba su ahijado Diego Villamor Pimentel.

También estaba Ildefonso Sánchez Conde, coautor, junto a Antonio Conde, de aquella maravillosa columna mensual de Al codillo que cerraba la añorada Hunters.

Paco Cortés, hijo de Miguel Cortés, acompañaba a su vez a Ildefonso.

Por si faltaba alguien, me hizo mucha ilusión encontrarme con Raúl Guzmán, al que hacia mucho que no veía, y que escribió aquellos deliciosos Coloquios montaraces en mi época de Jara y Sedal.

Cuántos apellidos, sagas, míticos de nuestra montería, de nuestra caza, allí reunidos, pero estamos hablando del presente no de apellidos, de personas de mucha valía que hoy defienden y engrandecen a nuestra montería, a nuestra caza.

Le propusimos a Carmen que reuniera a los ‘niños Conde’, que son majísimos, para hacer un retrato que representara que el relevo viene fuerte.

Sorteo y salida de armadas

A todo esto, claro, Gonzalo había comenzado a dar las oportunas normas de seguridad y consignas antes de comenzar el sorteo.

«El venado o cochino que no está en nuestro tiradero, no se le puede tirar, independientemente que el montero que le ha entrado no lo quiera tirar».

Se podían tirar venados y jabalíes sin cupo, y quien quisiera podría disparar dos ciervas.

La mancha se cerraría con 39 puestos, distribuidos en ocho cierres y traviesas.

Gonzalo organizó el sorteó por armadas, para hacer una salida ordenada, ya que el cazadero está a cierta distancia de Retuerta.

Me tocó en suerte el nº 3 de la armada de La Palomera, cuando lo vio Raúl, muy conocedor de la finca, exclamó: «¡Vaya puesto, ahí tiras seguro!».

Con la lógica ilusión, partimos al monte.

en Candilejo

‘Candilejo’, mancha ‘El Romeral’

Candilejo es una finca preciosa, escasa de rañas y pedrizas, tan abundantes por la zona.

Hacia el oeste, y no muy lejos, se yergue la mayor cima toledana, el Rocigalgo de 1.448 m.s.n.m. y también dentro del Parque Nacional.

Es lo siempre he considerado como la alta montaña toledana, con la espectacular cascada del Chorro.

Volviendo a nuestra mancha, El Romeral, es más bien boscosa, con el típico monte mediterráneo, en esta ocasión con preponderancia de encina y quejigos, algún alcornoque, y en cuanto a la maleza, jara, brezo, madroño, romero o tomillo.

También hay una parte de pinar, pino rodeno o resinero (Pinus pinaster).

La vegetación de ribera (sauces, alisos, zarzas, madreselvas…) está presente en los no pocos cauces de Candilejo –especialmente en el Estena– y de El Romeral.

Mancha más bien alomada, aunque no escasa de pendientes, muy pero que muy bonita.

Es de esas manchas que no tienen puestos malos, todos tienen posibilidades.

Un monte aromático

Permítanme que utilice literalmente un párrafo de la web del MITECO sobre el bosque mediterráneo en Cabañeros, y que se adapta perfectamente a Candilejo:

«Probablemente una característica que define el monte mediterráneo es su olor. Los abundantes aceites esenciales que emplean para defenderse de los tórridos meses estivales las jaras, romero, tomillos, cantueso, etc, impregnan el aire, especialmente tras las lluvias de otoño».

El 3 de ‘La Palomera’, un pedazo puesto

¡Qué razón tenía Raúl! ¡Vaya puesto el 3 de La Palomera!

Un testero un poco cerrado, una parte limpia de monte a ambos lados de la caja del arroyo que tenía debajo y también posibilidades hacia atrás, aunque allí había más leña.

Los puestos estaban muy bien colocados, y lejos, lo que da una gran seguridad.

El corzo que cumplió al 3 de ‘La Palomera’ ganando lo espeso.

Algo que pude comprobar no solo en La Palomera, también en la armada de El Romeral, que ya estaba puesta cuando entramos nosotros.

Era algo especial montear en el mismo lugar donde lo han hecho y lo siguen haciendo personas de tantísimo mérito cinegético.

Todo ello hacía que me encontrara realmente a gusto.

Monteando

Unas nubes altas incomodaron lo suficiente como para no dejar calentar al sol invernal, con todo, excelente día para montear.

en Cansilejo
Las 17 rehalas trabajaron muy bien.

Ya se estaba tirando antes de soltar, las reses se iban moviendo según entraron las traviesas. Buena señal. Cuando soltaron las 17 rehalas se incrementaron los disparos.

El vecino ya había gastado pólvora, y no poca, me puse en alerta ante un disparo suyo, cuando por el rabillo del ojo vi como un guarro se intentaba zorrear por la parte de atrás y desde la izquierda.

Lo tenía sencillo, me podía girar a la derecha, protegido por el chaparro que tenía a mi espalda, y sorprender al cochino en su careo.

El jabalí, que no era muy grande, no llegaría a los 70 kilos, no estuvo de acuerdo con mi plan.

Apretó el paso y se protegió con una hilera de chaparros, dejándome con la miel en los labios.

Por listo, porque según le vi con el rabillo del ojo le podía haber tirado perfectamente, y en estas sierras, donde predominan los arochos, hay que tirar siempre a un cochino de ese tamaño porque después nos puede deparar una sorpresa muy agradable.

Una pareja de corzos, con el macho luciendo unas largas cuernas con borra, irrumpieron en mi tiradero yo creo que a sabiendas que no eran tirables. Y dos varetos, casi por los mismos pasos, parecía que también lo sabían.

Muy lejos, pude disfrutar viendo como una pelota de seis reses, que llevaba dos venados, se la jugaron al montero colándose por la parte alta de su testero, me podían haber entrado, pero prefirieron no hacerlo y se volcaron antes de llegar a mi tiradero.

Dos cochinos más, por el testero, pasaron muy enmontados, imposible tirar…

El remate y recogida

La montería se estaba saldando con muchos tiros, con intensas ráfagas por momentos, aunque había lances que quizá se estaban llevando más tiros de los debidos, cuatro, cinco…

Y eso no suele ser muy efectivo a la hora de formar el plantel.

Esperando ya el remate de las rehalas –que trabajaron muy bien–, se me vino un tropel encima, una de esas ladras que hacen que el corazón se te escape por la boca.

Traía la misma carrera que el cochino que me la jugó.

Avisado, esta vez, estaba preparado, el estruendo era tremendo, me temblaba todo el cuerpo. ¡Esto es montería!

El venado salió al tiradero como una exhalación, con al menos una rehala detrás, a cierta distancia.

Le pude disparar según salió, pero por la carrera que llevaba, me daba tiempo a intentar calmarme un poco, y tirar cuando cruzara, desde atrás, la línea con el puesto 4.

Todo me salió bien, solo que cuando llegó a mi vera, el ciervo giró y se puso de culo y en línea con el 4.

Aun así podía tirar porque el 4, además de estar lejísimos, se encontraba muy alto, en unas peñas, pero que quieren que les diga, no había ninguna necesidad, mucha piedra…

Un vareto se volvió a la carrera del venado.

Mi máxima en la caza es que ante la más mínima duda de cualquier tipo, no tirar.

Tuve premio, seguí con los prismáticos la carrera del venado y pude ver en la lejanía cómo era abatido de precioso lance de testero.

Después indagué y resulta que lo cazó Paco Cortés, ¡perfecto! Me vienen bien muchos refranes: «de tal palo, tal astilla», por ejemplo.

Un detalle que demostraba la bonanza del puesto, recogí hasta una docena de casquillos, seguro que había más. Además de grandes monteros, algún maleducado ha pasado por aquí.

Sopa de cocido

Raúl se tenía que ir rápido y no daba crédito a que no hubiera tirado, debe ser de las pocas monterías en muchos años que el 3 de La Palomera se había quedado bolo.

Los León prepararon de primero una sopa de cocido espléndida. Además de otras muchas y buenísimas viandas.

Degustar la sopa y compartir tertulia con Carmen, Ildefonso, Paco y Diego es pura delicia, algo muy cercano a la felicidad. ¡Qué momento más agradable!

Cuántas risas, ¡qué disfrute! ¡Cómo relatan de bien!

Gonzalo estaba pendiente del cobro de las reses y los cochinos para ir formando el plantel, por las informaciones que iba recibiendo, se le veía contento.

Cincuenta y una piezas con cuatro grandes cochinos 

Poco a poco se iba conformando el plantel.

Llegaron hasta 42 reses, 18 venados y 24 ciervas.

en Candilejo
Alfredo Vázquez con el venado que cobró.

Destacaba un venado muy bonito, con 13 puntas, recogido pero con grosor y simétrico, lo cazó Alfredo Vázquez.

Cochinos fueron nueve los cobrados, entre los cinco primeros en llegar destacar una hembra enorme, de más de 100 kilos.

Un total de 51 piezas.

Se cobraron cuatro navajeros, que fueron llegando a la junta de carne con cuentagotas, poco a poco, el último, el mejor, ya casi de la categoría de macareno.

en Candilejo
El último cochino en llegar a la junta de carne, lo hizo a la antigua usanza, además era el más grande. Iván, Julián Ángel Aranda y Gonzalo Palomo.

Los monteros afortunados que cobraron estos cochinos fueron Jaime Aranda, Enrique Guzmán, que además cobró un venado, el cazador francés Pierre y Jesús Muñoz el más grande.

Eran navajeros, navajeros, de esos que cuando se aculan se lían a repartir estopa, normalmente son guarros relativamente jóvenes con mucha fuerza, y que por algo se les llama navajeros, porque esos colmillos inferiores son auténticas navajas.

en Candilejo
Grupo de monteros franceses con los cuatro grandes cochinos cobrados.

Son los perros más valientes los que normalmente pagan el furor de estos cochinos de «aquí te espero».

Decía antes que el más grande, que ha sido medalla de bronce, era quizá más macareno que navajero, al ser un guarro ya con más años, pero de los que aún mantienen la fuerza y unas navajas sin mella y que hacen mucha pupa.

Tenía además muy buenas amoladeras.

Cochinos de esta calidad cobrados en abierto tienen mucho valor, no es nada fácil.

en Candilejo
La familia Palomo Aranda con Jesús Muñoz, segundo por la izquierda, que cobró el mejor cochino de la montería.

Va por ti, Gonzalo Palomo Aranda

Muy satisfecho tomé el conocido camino de regreso a casa: ¡muchas monterías cómo esta!

Felicitar a Gonzalo Palomo y a su familia por esta preciosa montería en abierto.

Ya sabía que era un buen tipo, y en Candilejo solo constaté que en Gonzalo Palomo Servicios Cinegéticos saben lo que hacen y lo hacen bien.

Al cierre de esta crónica nos llegaba una triste noticia, un accidente sufrido por el primogénito de los Palomo Aranda, Gonzalo.

Es un joven encantador, muy trabajador y muy capaz, que ha heredado la bonhomía de sus padres.

Gracias a su fuerza de voluntad y a su fortaleza, pronto le tendremos otra vez disfrutando de ese futuro esplendoroso que le aguarda en nuestro sector. Ojalá y así sea.

Crónica y fotografías: Adolfo Sanz Ruedaen Candilejo

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Gonzalo Palomo Servicios Cinegéticos

Fecha: 25 de enero de 2020

Finca: Candilejo Mancha: El Romeral Finca abierta

 Término: Navas de Estena, Ciudad Real

Puestos: 39 / Rehalas: 17 / Hectáreas monteadas: 700

Venados: 18

Jabalíes: 9 (1 bronce y 3 navajeros más)

Ciervas: 24

CRÓNICA FOTOGRÁFICA

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LOS MEJORES TROFEOS

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‘El Lituero’: una organización perfecta en una fiesta de la montería con oro incluido

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El Lituero
‘El Lituero’: una organización perfecta en una fiesta de la montería.

CRÓNICA

José Vicente Pérez Mataix tiene la cabeza muy bien amueblada. Se atrevió a organizar la montería en la finca ‘El Lituero’, lindera a la suya, solo como él lo sabe hacer: a la perfección.

Para ser exactos, más bien hemos de hablar de la familia Pérez Mataix-Santos, Cristina Santos, la mujer de José Vicente, y sus hijos Carlota y José Vicente, Tente.

Preliminar

Antes de la montería José Vicente nos tenía a todos los asistentes perfectamente informados, con fotografías y vídeos incluidos.

Todo lo que se estaba preparando para que la mancha estuviera en perfectas condiciones, cómo la tomaban los cochinos, la preparación de las torretas… sin dejar un solo cabo suelto.

Generando ilusión, que al fin y al cabo es la esencia de la montería.

En vísperas, José Vicente preparó en su casa toda una fiesta montera, no faltó de nada, cante flamenco de calidad incluido.

Fiesta de la montería.

El Lituero
La familia Pérez Mataix-Santos la temporada pasada en ‘La Caderera’: Tente, José Vicente, Cristina y Carlota.

Todo un clásico marca de la casa, que ya realizó la temporada pasada cuando cazó La Calderera, antiguamente esta finca y El Lituero estaban bajo la misma linde.

La Calderera resultó, al fin y a la postre, la mejor montería jabalinera en abierto de la 2018-2019 en los Premios Caracola.

El Lituero
Cristina y José Vicente con las Caracolas de ‘La Calderera’: mejor montería de jabalíes en abierto temporada 2018-2019.

Tránsito

Ya estaba allí Pablo Pando, esperando, puntual como es, en el punto que José Vicente nos indicó de la N-430 desde donde salía el camino a la junta, y eso que llegué con unos minutos de antelación.

Estaba todo perfectamente indicado, no había perdida.

Pablo venía desde su casa de Villarejo de Fuentes, a hora y media, una hora y cuarto más tardó el cronista desde la urbe madrileña.

Muy a nuestro pesar, no nos pudimos apuntar a la fiesta de la noche anterior.

Una baja de un montero de última hora por causa de fuerza mayor, posibilitó que Pablo se pudiera apuntar, no lo dudó ni un instante cuando se lo propuse.

En una mañana gris, a intervalos lluviosa, tomamos los cinco kilómetros del buen camino hasta la junta.

El Lituero
José Vicente haciendo hincapié en las normas de seguridad antes de sortear en ‘El Lituero’.

Perfecto I: la seguridad ante todo

La junta era en una de las dependencias de la finca ideal para el desayuno y el sorteo.

Presenté a Pablo a José Vicente, este estaba nervioso.

Nervioso no por el posible resultado, ya que no se podía haber trabajado más y mejor para que todo saliera bien, estaba nervioso porque le preocupa en exceso la seguridad, a pesar de tener todo bien atado en este sentido.

Estrictas y clarísimas normas de seguridad, tanto por escrito a cada montero como en la alocución anterior al sorteo:

«No dispare en situaciones dudosas».

«Es preferible dejar escapar cualquier animal, antes que provocar una situación comprometida»…

Puestos perfectamente señalizados, con 22 colocados en torretas buscando lo primero la seguridad y lo segundo mejorar el tiradero.

Aun así, José Vicente nos aseguró que «no he dormido en toda la noche».

El ambiente era inmejorable.

Espléndido y variado desayuno, durante el cual no tardamos en entrar en charla con otros monteros.

Pablo intercambiaba impresiones sobre las plantaciones de pistachos… a sortear.

El Lituero

Perfecto y II: mariposas en el estómago

La lluvia intermitente podía poner en peligro hacer el sorteo al aire libre, como estaba previsto. Pero hubo suerte.

Es que la mesa del sorteo se situó en un lugar estratégico para poder ir dando salida ordenadamente a todas las armadas.

Tras la normas, y aclarar una curiosidad, «Puede haber algún venado en la mancha, bajo ningún concepto se pueden tirar», José Vicente dio paso al sorteo.

Ilusión. Mariposas en el estómago.

Todo estaba perfectamente estructurado, se sortearía por armadas.

En la mesa, acompañaban a José Vicente, de pie megáfono en mano, su sobrino José María, su hijo Tente y el postor correspondiente de la armada.

José María tenía en una caja las carpetas correspondientes a cada armada, con el listado de puestos para poner el nombre del montero y un plano en grande de la mancha, una vez completada se pasaba al correspondiente postor.

El Lituero

Tente y José María apuntaban el nombre del cazador en el puesto correspondiente y un amigo le daba una botella de agua y una bolsa con un chaleco naranja fosforescente, un plano de la mancha con la suelta de las rehalas, las normas de seguridad y cinta para marcar los cochinos cobrados.

Se eligió un número al azar y a partir de ese montero en la lista José Vicente comenzó a nombrar.

Sistema rápido y ordenado a la vez, que incluso permitía a los agentes forestales solicitar la documentación a algunos cazadores.

Cada vez que se completaba una armada, se entregaba la carpeta al postor y sin más dilación salía hacia el cazadero.

Me tocó en suerte el número 2 de la armada Cuarto Patricio, me tuve que ir y allí se quedó Pablo que aún no había sorteado.

Nubosidad variable

Por lo climatológico, no por el célebre y celebrado libro de Carmen Martín Gaite.

De tal manera que en la primera mitad de la montería incluso cayó algún chaparrón, chubascos dispersos, que hubiera dicho el bueno de Mariano Medina. Esa edad vamos teniendo.

Por cierto, don Mariano, una eminencia y muy querido hombre del tiempo, era natural de mi maravilloso pueblo consorte, Las Ventas con Peña Aguilera. Barriendo para casa.

En la segunda mitad incluso se atrevió a salir el sol.

¡Hasta estaba señalizada la ruta de cada armada!

El Lituero

El 2 de Cuarto Patricio era una de las torretas, puesto muy cochinero, ¿y qué es lo que íbamos a cazar? Cochinos. Pues eso…

La armada de Cuarto Patricio era una especie de U invertida (ver plano), abrazando a un cerro, abierta al barbecho por la parte inferior, y con una curiosidad, con puestos de cierre y de traviesa –el mío, por ejemplo–.

Desde la torreta del 2, mirando al cerro que abrazaba la armada, estaba más bien sucio, pero con el tiradero suficiente como para disparar un cochino que bajara tomando el pequeño regato. Me gustó.

Hacia el otro lado tenía relativamente bastante tiradero en una gran costera, también muy bonito, pero como quiera que no iba a tirar a un guarro que faldeara, que sería mejor oportunidad para otro montero, solo al que me cumpliera, y que normalmente aireaba a esa parte, dediqué más atención al cerro.

Recibí una notificación vía whatsapp de Pablo, él estaba en el nº 6 de Las Cartas, con mucho barbecho, pero que esta zona lo suelen tomar los guarros, y amplio tiradero.

Algún tiro suelto antes de soltar, que se incrementaron con los perros ya en el monte.

El Lituero
Se aprecia perfectamente la disposición del monte y los barbechos.

El monte

Esta mancha de El Lituero se adapta perfectamente a la definición de paisaje del Campo de Montiel de Albacete: «suaves cerros, frondosos valles y tierras coloreadas».

Monte normalmente bajo, predominio de encina, chaparral, aunque hay cierta variedad de matorral, con incluso pies de enebro.

El de El Lituero es un monte generalmente cerrado, aunque zonas donde ‘respira’ algo más. Buenos encames y defensa para los guarros.

Las 700 hectáreas que se cazaron los eran de monte y barbecho, este se distribuye sobre todo en el ‘vallejote’ central un tanto irregularmente, con islas de monte y tiras de este que unen las manchas.

Por cierto, he investigado, sin éxito, qué puede ser un ‘lituero’, ya que conozco algunas fincas y parajes por toda nuestra geografía con ese nombre.

La montería

Con las rehalas monteando se fue animando el cotarro, el cerro de la U invertida de Cuarto Patricio dio bastante juego nada más soltar.

Mucha emoción, por un momento pensé, ya con el rifle prácticamente encarado, que mi suerte venía por el regato adelante en forma de macareno de 10 arrobas. ¡Guirigay montero!

Si no se dejaba ver por delante, le podría tirar al cruce del camino sin peligro alguno.

El rehalero que levantó con sus perros el guarro grande muy cerca del puesto del cronista.

Ladras, quejidos, el monte que se venía abajo a no mucho más de 30-40 metros de mí, justo donde no veía, y… el guarro decidió romper por otra zona de la armada, donde, mínimo, estaban a medio aire.

Son esas cosas inexplicables que hacen tan bonita a la caza, con todo a favor, sin airear, con un perdedero importante a mi espalda y mucha defensa, apretado de los perros y el cochino decide que se vacía por otros derroteros.

O acaso prefirió salir a la zona de barbecho abierta de la U.

¿Un revoque del aire? Quizá.

¡Poum! una sola vez, «seguro que ha habido suerte».

La montería estaba en su apogeo, se tiraba con fluidez, no como para quitarle al monte medio centenar de cochinos pero sí una cifra nada desdeñable.

Llegó a mi vera el rehalero cuyos perros habían levantado al guarro, me confirmó lo que me imaginaba, que lo había tenido a escasos 30 metros, pero que se volvió.

También me dijo que «era grande».

Iba monteando muy bien, como mandan los cánones, dando tiempo a que los perros levantaran los guarros, carrera y que volvieran a la mano.

Por la costera trasera la cosa estuvo mucho más floja, aunque la batida mantenía su ritmo.

Poco a poco el sol iba ganando terreno y los tiros perdiéndolo, la montería iba languideciendo.

El Lituero
Paco Palacios con su hija María y ‘El Lituero’ de oro.

‘El Lituero’ de oro

La caza se repartió bien, que siempre es algo que se agradece.

Se saldó el monteo con 150 detonaciones.

Me daba el barrunto que esta vez la fórmula Luismi Chamocho iba a funcionar: cinco tiros por pieza cobrada.

Entonces 150 / 5 = 30. Por ahí debería estar el número cochinos abatidos.

Pablo me comentó que no había querido tirar un guarro muy grande por el testero de monte que tenía enfrente, lo dejó pasar para que lo tirara el vecino, al que le cumplía, y sí, le cumplió, pero no le vio, ni el siguiente montero, el cochino se agarró a una tirita de monte, y adiós.

Ese no entró en el cómputo final de disparos.

No es porque sea amigo, pero Pablo es un gran cazador, un gran montero, rehalero, que es lo que se considera después de muchos años teniendo rehala, pero por esos detalles que le engrandecen.

Con un un plato de jamón de bienvenida y mientras dábamos cuenta de la comida, iban llegando los cochinos a la junta de carne.

Hasta ese detalle había cuidado José Vicente, ¡colocando unas pacas de paja a modo de gradas para hacer la foto con el plantel!

¡Este hombre está en todo!

Francisco Palacios cobró en el nº 5 de la traviesa del Vallejote con un cochino de defensas espectaculares, que una vez homologado ha dado 111,5 puntos CIC, ¡medalla de oro!

El Lituero

Las navajas tenían mucho grosor, que es el parámetro que más aporta a la puntuación final.

En el 6 del Cuarto Patricio, que era de cierre, Carmelo Romero se quedó con tres guarros.

El Lituero

Se cobró otro gran cochino, que hubiera sido medalla sin duda de no ser por faltarle una navaja, más que faltarle, la tenía muy reducida, algo curiosísimo.

Hasta la próxima temporada

Los monteros estaban satisfechos en general, y el ambiente era formidable a la hora de la foto con el plantel.

La foto se hizo cuando llegaron los dos cochinos grandes, para poderla hacer con buena luz y que los monteros que así lo quisieran se pudieran marchar.

¿Al final saben cuántos cochinos se cobraron? 30, qué les dije…

La verdad es que he jugado con ventaja al aplicar la fórmula Luismi Chamocho, porque sabía de antemano tanto los tiros escuchados como los jabalíes cazados.

José Vicente no estaba del todo contento: «espera más». Es exigente consigo mismo.

El Lituero
Tente y Carlota con unos amigos y el cochino medalla de oro cobrado.

Por imponderables, tuvo que preparar la mancha con cierta premura y además un exceso de bellota en la zona hizo que los guarros estuvieran muy repartidos por la comarca.

Con todo, una montería de 30 cochinos en abierto, con dos cochinos de categoría, es una gran montería.

Tanto nos gustó a Pablo y a mí lo que vimos y disfrutamos, que le reservamos la plaza a José Vicente para la próxima temporada.

Es que hay que reservar, porque esta cacería no es comercial, es la fiesta de la montería que la familia Pérez Mataix-Santos organiza para sus amigos y allegados.

Agradecidos, nos despedimos de José Vicente por el trato que nos dispensó, poniendo este cronista rumbo al primaveral oeste.

Una crónica de Adolfo Sanz Rueda

Fotografías de Adolfo Sanz y José Vicente Pérez Mataix

El Lituero
Todo estaba perfectamente preparado para presentar el plantel en ‘El Lituero’.

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: José Vicente Pérez Mataix

Fecha: 1 de febrero de 2020

Finca: El Lituero / Finca abierta

Hectáreas monteadas: 700

Término: Lezuza, Albacete

Puestos: 62 / Sin cupo / Rehalas: 18

Jabalíes: 30 (2 navajeros con 1 oro)

CRÓNICA GRÁFICA PREÁMBULO Y MONTE

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CRÓNICA GRÁFICA COMIDA Y PLANTEL

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Periquillo el de Valdueza, por Perico Castejón

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Periquillo
Periquillo el de Valdueza, el podenquero más grande de todos los tiempos.

Ha muerto el podenquero más grande de todos los tiempos y uno de los mejores hombres que alguien se pueda encontrar en su camino.

Periquillo, el que fue perrero del marqués de Valdueza durante 55 años, ha fallecido el pasado 30 de marzo a los 94 años de edad. Se ha ido con su mujer Feliciana a la que tanto quiso y a quien entregó su vida igual que a sus perros y a la familia Valdueza.

Realmente no se ha marchado, porque además de permanecer siempre en nuestro corazón, nos deja sus enseñanzas y la historia de su vida en el libro que escribió, Ecos del Monte.

Periquillo alcanzó las máximas cotas de éxito en su oficio y se ganó la admiración de los monteros y el respeto de sus compañeros los perreros.

Tenía un enorme talento para entender los perros y era incansable trabajando para ellos.

Periquillo

Una rehala única

Bajo la dirección de don Alonso Álvarez de Toledo y Cabeza de Vaca, marqués de Valdueza y posteriormente de su hijo, don Alonso Álvarez de Toledo y Urquijo, el actual marqués de Valdueza, conformó una rehala única, admirada por todos, cuya clase de perros ha sido reconocida por la Real Sociedad Canina Española como raza genuina de perros de caza mayor.

La sangre de estos perros esta en gran cantidad de las rehalas españolas.

Mastinas extremeñas y leonesas cruzadas con podencos ibéricos dieron un producto perfecto al que con posterioridad se añadió sangre de grifón nivernés.

Periquillo

Del podenco cogían los vientos, la dicha y la ligereza. El mastín, también con buenos vientos, aportaba la valentía y la resistencia. El grifón nivernés potenció la tenacidad y la dicha.

Del podenco cogían los vientos, la dicha y la ligereza. El mastín, también con buenos vientos, aportaba la valentía y la resistencia. El grifón nivernés potenció la tenacidad y la dicha

En el mundo de la rehala yo no sería nada sin la inmensa ayuda de la familia Valdueza y de Periquillo.

Alonso Álvarez de Toledo y Urquijo, marqués de Villanueva de Valdueza, y Pedro Castro García, Periquillo el de Valdueza.

Como un segundo padre

En mi primera temporada, yo tenía 18 años, tuve la fortuna de coincidir con Alonso Valdueza y Periquillo en una montería. Me quedé impresionado con aquellos perros tan poderosos y tan buenos en el monte. Hice profunda amistad con los dos y desde ese día me apoyaron sin dejar de hacerlo nunca.

Me regalaron cachorros, eche un montón de perras a sus sementales, me introdujeron en buenas fincas de montería donde mis perros podían aprender pues siempre había caza.

Recuerdo que en ese primer año fui a sus perreras porque me iban a regalar algún cachorro. ¡Me regalaron nueve! Jamás se me olvidará.

Perico Castejón y Periquillo el de Valdueza.

La floja rehala del primer año cambio enseguida su condición con la incorporación de los Valduezas.

En la montería, lo que más me gustaba era ir al lado de Periquillo, y observar y preguntar. Lo abrasaba a preguntas. Al terminar la montería, yo en general recogía bien y cuando a Periquillo le faltaban perros le acompañaba siempre a buscarlos y seguía preguntando y preguntando sin parar. Siempre me aconsejó en todo, para mí fue como un segundo padre.

De Periquillo aprendí muchas cosas, de campo, de perros y de vida. Hombre de gran modestia, siendo el número uno, nunca se lo creyó. Era generoso, muy trabajador, leal con todos, no tenía enemigos, y una enorme inteligencia natural. Periquillo no pudo ir a la escuela, las cuatro reglas las aprendió él solo con mucho esfuerzo.

Era generoso, muy trabajador, leal con todos, no tenía enemigos, y una enorme inteligencia natural

Periquillo es esa persona de inmenso talento para lo suyo que destacó por encima de todos y que desde la modestia se supo ganar el cariño y el respeto de todos.

Periquillo
Cuadro pintado por Castrortega a la muerte de su padre.

Su familia ha sido esencial en su triunfo

En aquella época, Periquillo no contaba con los medios de hoy, pero él lo suplía con su esfuerzo y sabiduría. Tenía a Feliciana, su mujer, a la que tanto quería y que tanto le ayudaba con los perros cuidándolos cuando él monteaba y estando ahí, apoyando siempre al hombre. Feliciana tuvo mucho que ver en el triunfo de Periquillo. Feliciana se fue demasiado pronto, pero desde el cielo sigue estando entre nosotros y su espíritu se siente como si no se hubiera ido.

Su mujer, Feliciana, tuvo mucho que ver en el triunfo de Periquillo. Feliciana se fue demasiado pronto, pero desde el cielo sigue estando entre nosotros

Periquillo tuvo dos hijos, Mari Carmen, maravillosa mujer, y Pedro Antonio, conocido como Castrortega, que es como firma sus lienzos y esculturas. Pedro Antonio hizo la carrera de bellas artes otorgándole el premio extraordinario fin de carrera, también ganó, entre otros, el prestigioso premio Blanco y Negro.

Como he dicho, Periquillo fue como mi segundo padre. Me acogió con 18, llevándome acollerado muchos años. Después de su jubilación hablábamos cada semana, de todo, de perros y de vida. Mis hijos lo querían mucho, porque lo habían conocido y porque sabían lo que yo lo quería.

Periquillo

Ecos del Monte

El libro que escribió Periquillo, Ecos del Monte (aquí puede ver el PDF), se lo recomiendo a todo el mundo. A quienes les gusta el mundo de la montería y la rehala y a quienes les gusta una historia de supervivencia.

Dice Castrortega en la introducción del libro:

«En este libro, mi padre bucea en su infancia y desvela los valores que nunca le abandonaran, el amor a la familia, el esfuerzo por sobrevivir, el trabajo bien hecho como objeto primordial, y sobre todo la fidelidad al ser humano y al compromiso con la naturaleza.»

Sigue Castrortega:

«Mi padre nace en los montes de Toledo, en una finca de caza, y desde niño es lo que aprende, la perdiz y el conejo, el ciervo y el jabalí son sus amigos y a la vez es su objetivo como cazador.

Observa y respira con los animales, se mimetiza con el monte, el rio es su amigo, y el perro, sobre todo el perro se convierte en su compañero de viaje.

Los juegos de infancia los comparte con los perros, todos son cachorros que disputan el espacio vital, y todos aprenden de todos, por esto los conoce como nadie.

Un tiempo después los educa, les enseña como cazar, los observa, selecciona sus cualidades y los instruye hasta darles un contorno propio, sangre, latido y corazón, en una palabra, ‘PERROS VALDUEZA’.»

Otro impresionante cuadro pintado por Castrortega a la muerte de su padre.

Periquillo, que escribía en prosa y verso, menciona en su libro:

«En el campo nací yo, y no me avergüenzo de ello, la propia Naturaleza me sirvió de un buen maestro, y me enseñó mucho bueno, especialmente el respeto. Y entre la Naturaleza, como una planta de campo, fue donde yo fui creciendo, y siento pasión por ella, por la caza, y por los perros, y todos los pajarillos, porque me crie como ellos, subiéndome a las encinas, saltando de risco en risco, corriendo por las laderas y llegando a lo más alto acompañando a los perros. Jamás conocí un colegio, me faltaron estos medios, de los que ahora disponemos, con los que siempre soñé, me quedé con los deseos. De niño no pude hacerlo, y después no tuve tiempo, y lo poco que aprendí, fue por mi gran esfuerzo.»

Sigue hablando sobre su infancia:

«Desde que era pequeño, mi obsesión eran los perros. Y aprendí a andar con ellos, agarrándome a sus pelos.

Cuando tenía seis años, ya cuidaba unas cabritas, y me acompañaban ellos. Aquella pareja de perros, jamás me dejaban solo, ellos eran mis amigos y mis fieles compañeros. Y entre la naturaleza, siempre les estaba hablando. Ellos no podían hacerlo, pero movían el rabo, y veía en su mirada, lo bien que me comprendían.»

Y continua:

«Cuando cumplí los diez años, vino la guerra civil, de agravios y enfrentamientos, que nos amargó la paz, a la que tanto queremos. Y las fincas las incautaron. Mi padre perdió el trabajo, como también perdió el sueldo, y nos marchamos a Horcajo, y hubo que pasar de todo, pero nada de ello bueno, incluso de enfermedades, que nos fueron persiguiendo. Cuando tenía doce años, mis dos hermanos enfermos, el más grande y el pequeño. Mi padre se lo llevaron, para hacer fortificaciones, como si fuese un guerrero.

Yo me quedé de cabrero. Más de doscientas cabezas, cuidaba de noche y día. La Solana del Gavilán, y Los Rasos de Naval Aceite, fueron testigos de aquello. Cuántas noches yo pasé, chorreandito hasta los huesos, sin poder encender fuego, bajo una pequeña lona, con dos pequeñitas mantas. Cuántas noches yo notaba, que aquel frío tan intenso, me congelaba los huesos, y se iba haciendo mi dueño. Me quería poner de pie, pero no podía hacerlo.

La pobre de mi madre, antes de pintar el día, se venía desde Horcajo. Aunque el camino era largo, lo hacía en muy poco tiempo. En vez de venir andando, solía venir corriendo, por el miedo que sentía. Traía en su pensamiento, el que uno de esos días, podía encontrar mi cuerpo, congelado por el frío, sin poder poner remedio. Cuando llegaba y me veía, volvía a coger aliento, me preparaba las cosas, y se marchaba otra vez, a cuidar de los enfermos. Se la veían las lágrimas, aunque no quería hacerlo, para darme más consuelo. Yo me quedaba llorando, tal y como confieso.»

Y sigue hablando de esos días:

«Cuando terminó la guerra, con la mirada en el cielo, Dios estuvo con nosotros, y nos reunimos todos. Y nos fuimos reponiendo, los buenos y los enfermos. Otra vez a Piedrabuena. Mi padre volvió a su puesto, con treinta duros al mes, que cobraba como sueldo. Yo con solo trece años, me dediqué a coger conejos, como ayuda al presupuesto.

Y me puse de perrero, con una peña de cazadores del pueblo. Cada uno tenía un perro. Los días que se cazaba, por la mañana temprano, yo me hacía siete kilómetros, desde la finca hasta el pueblo, y recogía los perros, y por la noche otra vez, siete kilómetros de regreso. Y solo por afición, aquí no había dinero, solo una parte de carne, el día que se mataba. Esos días eran los menos.»

Periquillo, por el parecido entre ellos, compara los toros de lidia y los perros de rehala y dice:

«Los perros para rehala, han de tener varias cosas, igual que el toro en el ruedo, y sino, no serán buenos, nervios, presencia y nobleza, no rehuir la pelea, regar de sangre las jaras, igual que el toro la plaza, abrirse mucho en el monte, que disfruten los monteros, y si hay un enfrentamiento, entre un verraco y sus perros, lo resolverá el perrero, demostrándose a sí mismo la capacidad para ello, igual que lo hace un torero, si un toro le sale malo, y es capaz de hacerlo bueno, y cortarle los trofeos, demostrando a los demás, su valor jugándose la vida, para complacer a aquellos, que confiaron en él, para hacerse un buen maestro. Lo mismo son los perreros, que todos no somos malos, ni tampoco todos buenos.»

Hablando de sus perros:

«Yo cazaba mucho solo, con veinte o con treinta perros, que es como se ven los perros, si son malos o son buenos y daba gusto de verlos, valientes con los marranos, y dando la vida en ello.

Había muy pocos guarros, pero eran más peligrosos, que los que ahora tenemos, porque eran guarros muy viejos, que luchaban con los lobos, y luchaban con los perros, y cierto es que los Valdueza siempre pudieron con ellos.

Eran capaces de todo, no les vi nunca agotados, ni en invierno ni verano, a estos perros noche y día, de lucha y de sufrimiento. Y muchas horas de sueño, tuve que pasar con ellos.

En los perros de rehala, tengo mis conocimientos, porque fueron muchos años, los que les dediqué a ellos, y pasaron por mis manos, todas las razas de perros, pero ninguno como ellos, ni en valientes, ni en lo bueno, lo digo como lo siento.

El saber jamás se alcanza, siempre se sigue aprendiendo, hasta que mueres de viejo.»

Tras su jubilación decía:

 «Mis más de sesenta años, de profesión de perrero, se los dediqué a los perros, y a los propietarios de ellos. Los marqueses de Valdueza, pueden sentirse orgullosos, de su rehala de perros, y la fama que cogieron, yo me despedí contento, después de tantos años, llevando las riendas de ellos.

Al actual marqués de Valdueza, a sus hijos y a sus nietos, un abrazo muy sincero, por haberme permitido, estar tanto con ellos, intentando ser perrero.»

Sigue con sus recuerdos:

«Después de toda mi vida, noche y día con los perros, me llevo como recuerdos: desengaños, emociones, alegría y sufrimientos. Eché lágrimas por ellos, cuando grandes jabalíes, mataban algunos de ellos, siempre fueron los mejores, los que no tenían miedo.

Cuando no había camiones, se llevaba en el morral las cosas imprescindibles para cualquier emergencia, también iba la merienda y la botella de agua, y las colleras de los perros, se juntaba tanto peso, que te dolía la espalda, de soportarlo continuo, todas las horas del día, subiendo y bajando cerros, y hasta llegar a la suelta, la mayoría de los días, se hacían ocho o diez kilómetros.

Era duro ser perrero, también los había muy cómodos, que no llevaban de nada, y si algo les ocurría, te venían a llamar para curarles los perros. Fui generoso con ellos, aunque luego te pagasen con si te vi no me acuerdo. Pero me siento orgulloso de hacer todo cuanto pude por los demás compañeros, conmigo también lo hicieron, porque los hubo muy buenos, igual que los sigue habiendo.»

Hablando de la dureza de antes:

«Entonces las monterías, no se hacían con camiones, se hacía todo a caballo con los perros acollerados que te venían siguiendo.

La mayoría de las veces, cuando salías de casa, llevabas un rumbo incierto, que después te iban cambiando, sin saber de la familia, no existían ni teléfonos, y regresabas a casa a los diez o doce días.

Feliciana cuidaba los perros que quedaban de reserva, y curaba a los heridos, y trataba a los enfermos, y los cachorritos pequeños. Entonces no había piensos de los que disponen ahora, solo harina de cebada para grandes y pequeños, que se solían criar, con una poca de harina, y un poco de tu comida, que se la mezclabas a ellos.»

Sobre los agarres decía:

«La Dehesilla y Los Medranos, solían ser puntos clave, para guarros solitarios, solos o con escudero.

Cuantos guarros de medalla, agarraron estos perros, que se enfrentaban a ellos, y cuantos perros heridos, y también algunos muertos, que si los perros no agarran, no valen para moverlos.

El primero que cogieron, me pillaba un poco lejos, y cuando ya iba llegando oí disparar un tiro, y aflojar entonces los perros, y al momento de llegar, vi aquel hombre inexperto, que estaba caído en el suelo, llegó pegando a los perros, y después pegando un tiro, el guarro se le arrancó, le puso patas arriba, le abrió una brecha en la ingle, que a poco le corta esos. El tiro se le escapó, y por suerte no mató perros. Se lo llevaron al médico, y fue tan fuerte el escarmiento, que no volvió más a un ojeo.

El disparar en un agarre, jamás se debe de hacerlo, ni el pegarles para que huyan y así poder abrir fuego, el remate es a cuchillo para el que sepa de hacerlo, y el que no sepa no vaya, ya llegará algún perrero.»

Sobre las malas rehalas y los malos perreros decía:

Fieles a la montería

fieles a los monteros

y fieles a los compañeros

mejoremos las rehalas

la calidad de los perros

y no admitamos aquellos

que van manchando la imagen

de tantas buenas rehalas

y tantos perreros buenos. 

A un agarre solo irá

aquel que le corresponde

los demás quedarse quietos

hasta que vuelvan los perros

aquel que así no lo hace

y entra en la mano del otro

tiene poco de perrero.

Sobre los monteros expresaba:

Los que seamos monteros

sí lo somos de verdad

tenemos la obligación

de enseñar a los demás.

El mérito de un buen montero

no es el de matar la caza

sino el saberla apreciar

hemos de saber amarla

y saberla respetar.

Esto es lo que un buen montero

debe saber de verdad

el que no practique esto

de montero no tiene na

solo será un carnicero

que no sabe disfrutar

del sabor que da la caza

si se sabe saborear.

Lo bonito desde un puesto

es el poder contemplar

en la barrera de en frente

una rehala cazar.

Los perros de mata en mata

y conseguir encontrar

la res que están persiguiendo

hasta hacerla de saltar

y cuando llega a tu puesto

debes saber elegir

si la debes respetar

o la debes de matar.

Siempre presente Feliciana su mujer a la que tanto quiso:

Desde el cielo mi ilusión

de volver con Feliciana

a la que amé con locura

a la que siempre fui fiel

y allí junto con ella

volveré a revivir

la felicidad de antaño

los amigos y los perros.

Aquí se despide un amigo

que siempre quiso a los demás

teniéndolos presente en la tierra

teniéndolos presente en el cielo.

Es de ley el reconocimiento

Tras su fallecimiento me ha llamado mucha gente conociendo el cariño que sentía por él.

Unos lo habían conocido en persona, otros por su leyenda compartida entre monteros y podenqueros.

Es ley de una sociedad justa reconocer a las personas que destacan por su dimensión humana y profesional. Periquillo tiene ese reconocimiento

Es ley de una sociedad justa reconocer a las personas que destacan por su dimensión humana y profesional. Periquillo tiene ese reconocimiento. Entre los que le conocimos permanecerá su espíritu y para los demás queda la leyenda trasmitida de uno a otros y su libro.

Periquillo, hasta cuando el destino nos lo tenga preparado.

Un abrazo eterno. Perico Castejón, tu discípulo.

Pinche aquí para ver el PDF de Ecos del Monte.

GALERIA FOTOGRÁFICA

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Un triplete pasado por agua

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Un triplete pasado por agua

agua
El único venado del triplete que no pasó por agua.

Quizás este título no haga justicia a todas las emociones que viví aquel día, pero pensando, me ha parecido el más curioso. Puede parecer que alude a un día lluvioso, pero más adelante comprobaremos que no tiene nada que ver…

Era un día de diciembre de 2015, y todo comienza como siempre, sentado al lado de mi padre mientras conduce, esta vez por las curvas que conectan las pequeñas aldeas de Fuente Obejuna, una carretera que nos conocemos de sobra.

Estaba oscuro, pero no porque hubiésemos madrugado más que el Sol, sino porque pasaríamos la noche en una casa rural, para ahorrarnos el largo viaje por la mañana.

Tras algo más de una hora, llegamos a La Cardenchosa, una pequeña aldea en la que apenas se aprecia vida, excepto en el bar de la entrada, «El Chori». Tras subir las estrechas calles de cemento llegamos a la casa rural «Doña Verónica». Ya hemos pernoctado muchas otras veces en esa casa, yo siempre la recuerdo por el precioso ventanal de la planta superior, que por el día la llena de luz y permite disfrutar una increíble vista a los campos verdes que rodean la aldea.

Encuentro con los amigos

Dejamos el equipaje en nuestra habitación y salimos, muy abrigados, hacia la casa restaurante de Florencio, que siempre nos atendía muy bien (se jubiló hace poco). Allí nos encontramos con los que serían nuestros compañeros durante el fin de semana, dejadme introducirlos.

El primero es Paco Casero, un gran amigo nuestro. Es veterinario, y sin duda es también una de las personas que más me ha enseñado sobre el campo. Además, gracias a su invitación cazaríamos el siguiente día.

También estaba Alberto Villarubia, otro gran amigo, y también compañero en otros días de caza.

Otro amigo es Jaime Cortecero, aunque a él lo vemos menos ya que vive en Madrid, también lo apreciamos mucho.

Y, por último, Rogelio, era guarda en La Alhondiguilla y trabajaba con Paco, y nos acompañaría también en el día de caza.

Florencio sacia nuestra hambre con un gran filete de lomo acompañado por patatas para cada uno. Nos tomamos algo para digerir la comida y nos volvemos no muy tarde a la casa, pues siempre nos gusta estar lúcidos por la mañana.

Magníficos recuerdos

Al alba, me despierta mi padre, había llegado el día de la montería, y los nervios se iban acrecentando.

Con tranquilidad me aseo en el baño, me visto, me pongo los pantalones de pana, la camisa, me anudo la corbata y me pongo el jersey y bajo las escaleras listo para disfrutar de un gran día, y es que, la finca que íbamos a montear aquel día siempre me había brindado jornadas inolvidables.

Cargamos el coche y partimos.

Un minuto más tarde entramos en la pista, una pista que he recorrido en innumerables ocasiones para dirigirme a una u otra finca de la zona, y que también me produce magníficos recuerdos.

Pasamos por fincas como La Carrasquilla, Los Membrillos o Los Lagos de Carboneras.

Nos desviamos a la izquierda, comienza lo bonito. El carril transcurre junto a un profundo barranco, y las vistas son espectaculares, a pesar de haber hecho esa travesía más de una vez, siempre me quedo anonadado con el paisaje. Comienzan a verse también pinos, y hay algo en mí que cada vez me produce más inquietud, no puedo evitarlo.

Al fin llegamos, leo el cartel que reza «La Aguja».

Mi relación especial con La Aguja

Permítanme hacer un paréntesis en la historia para explicar mi relación con esta finca.

La Aguja está situada al norte del Bembézar, y por ella discurre el río Benajarafe.

El río hace que el entorno sea cautivador, impactantes barrancos que caen a él, zonas con pinos, preciosas zonas adehesadas… pero, sin duda, la zona que más me gusta de la finca es el carril que va por encima del río, el carril en el cual mirando hacia arriba ves el sol deslumbrando a través de los árboles y si miras hacia abajo lo ves reflejado en el río.

Desde ese carril abatí mi primera pieza, un joven venao de ocho puntas. Esto obviamente me unió a la finca para siempre, y creo que no pude escoger mejor lugar para bautizarme como cazador.

Ese día quedé prendado de la belleza de La Aguja, y cada vez que entro a la finca se produce en mí una sensación inexplicable. Una vez más esa sensación comenzaba a recorrer mi cuerpo.

Un puesto cerrado

Entramos a la finca por la parte de arriba, allí sería la junta. Me encanta disfrutar de las migas contemplando el lugar desde aquel punto, uno de los más altos de la finca.

Una vez terminado el desayuno se realizó el sorteo.

Se dan las instrucciones, rezamos y comienza la jornada.

Aquel día no se monteaba la parte del río, aunque también me complacía la mancha que se se iba a dar. Nuestros puestos estaban en una zona de pinos, bastante cerrada.

Paco nos puso en un puesto que tenía un pequeño pantano. Sabía que el año anterior no se mató nada en aquel puesto, pero confiaba plenamente en él.

Nuestros vecinos de puesto eran Rogelio y Jaime. Aparcamos el coche y afloran los nervios.

Como siempre, mi padre me mete prisa para cargar, siempre me ha enseñado que es lo primero que hay que hacer al llegar al puesto. Cargo y pongo el seguro.

Abrimos los catres y cogemos los zurrones.

Primeros trotes

Nos sentamos unos minutos, aunque inquietos porque éramos conscientes de que ya había que estar alerta en todo momento.

Escuchamos el primer trotar y tiros en el puesto de Rogelio, y nos levantamos como un resorte. El trote se acerca y aparece entre los pinos una piara de muflonas.

Mi padre me susurra: «Espérate, puede que vengan los muflones detrás».

Haciéndole caso, espero unos segundos que se hacen eternos, y se vuelve a hacer el silencio. Parece que las muflonas iban solas.

Minutos después se comienza a oír el maravilloso sonido que producen las furgonetas sufriendo un bache tras otro en el carril mientras ladran los perros que porta en su interior, faltaba poco para la suelta.

La ladra se acerca…

Al fin, a lo lejos comienzan a escucharse las primeras ladras de los perros persiguiendo reses. No mucho más tarde, escuchamos la primera ladra cerca.

No hay nada que me pueda poner más nervioso que escuchar a los podencos volviéndose locos a pocos metros de nuestro puesto.

La ladra se acerca y comenzamos a escuchar un fuerte galope, parecía de varios animales.

Efectivamente, al segundo comienzan a cruzar ciervas entre los árboles a unos ochenta metros. Me encaro y pasa rápidamente un venao. Disparo antes de que se me pierda de vista, pero supe que no le iba a alcanzar.

Rabia. La rabia comenzaba a invadirme. Se apodera de mí cada vez que fallo una res, y mucho más si es macho. Mi padre se ríe.

Sé que quizás es algo que me falta para llegar a ser un gran montero, la madurez para comprender que es normal fallar y que es lo que me hace aprender, pero aun así no puedo contenerlo, y me paso el resto del tiempo dándole vueltas al lance, enfadado conmigo mismo.

Lo único que puede hacer que se me pase es contrarrestarlo con una res abatida, así que solo quedaba esperar.

El tiempo pasa y nuestra armada se tranquiliza, pues ya habían pasado los perreros.

El enfado se me va olvidando poco a poco, en parte gracias también al salchichón que me había ofrecido mi padre, aunque sabía que para olvidarlo completamente necesitaba esa dosis de adrenalina que me produce hacerme con un animal.

Asoma un venao tranquilo

Mi padre y yo estábamos relajados, y de pronto comenzamos a escuchar un trote, que atrajo nuestra atención inmediatamente.

Silencio e inquietud por saber de qué se trata, cuando asoma un venao tranquilo, y comienza a bajar dirección al pantanillo.

Mi padre me dice: «¡Ahí lo tienes!».

Me encaro, apunto y disparo. Le alcanzo el codillo y comienza a caer.

En ese momento, mi padre al ver que se mueve decide rematarlo, y la fuerza de su .300 hace que el venao pegue un brinco y caiga muerto al pantano.

Comenzamos a reírnos por lo surrealista de la situación, abatimos una res y muere bajo el agua, sin duda un hecho digno de contar como anécdota.

Como siempre, mi padre y yo nos abrazamos, y le pregunto: «¿Para qué intentas rematarlo? Estaba a punto de caer». A lo que me respondió: «Ha sido un impulso».

Seguimos riéndonos, hasta que volvemos a centrarnos, los perros estaban a punto de volver y había que estar atentos.

Otro venao detrás de las ciervas

A su vuelta, los perros comenzaron a ladrar detrás nuestra, y la ladra comenzó a acercarse.

Una vez más, comienzo a sentir los nervios y me pongo de pie. Al igual que antes, pero en dirección contraria, comenzaron a cruzar ciervas por nuestro puesto y, otra vez, salió el venao detrás. Esta vez no podía fallar.

Me encaro rápidamente y aprieto el gatillo. El venao cae.

La mañana que comenzó con un sabor amargo para mí se tornaba en pocos minutos en uno de los mejores días de caza que recuerdo.

El venao era bonito, de once puntas, y había caído cerca del puesto.

Esta vez era la alegría la sensación que se producía en mí y en mi padre, que se llena de jolgorio cada vez que consigo hacerme con una pieza. La felicidad de ambos hace que cada lance se disfrute enormemente.

Me tomo unos minutos asimilar el momento y otra vez se escucha un trote.

Esta vez entraba a nuestro puesto una cierva, y mi padre y yo nos percatamos de que venía herida en los cuartos traseros.

Obviamente decido rematarla, me causa dolor y tristeza ver a los animales sufrir. Me encaro y disparo para finalizar cuanto antes.

¡Al agua, otra vez!

Ya faltaba poco para que comenzasen a sonar las caracolas llamando a los perros de vuelta. No obstante, mi padre y yo siempre estamos pendientes hasta el último momento, cuando menos te lo esperas salta la liebre… Y así fue.

De nuevo escuchábamos ladridos muy cerca nuestra, y pronto rompió otro venao en nuestro puesto, que a la desesperada saltó al pantano para huir de los perros.

La imagen era espectacular.

Me encaro y mi padre me dice: «Espérate a que llegue a la orilla, que bastante tenemos con un venao sumergido».

Así hice, en cuanto sacó las manos del agua, le disparé al codillo, con la gran suerte de que se desplomó para atrás, y cayó… ¡Al agua! ¡No nos lo podíamos creer! ¡Dos animales que caen al agua tras ser cazados!

Incluso escribiéndolo hoy me cuesta pensar que nos ocurriera eso.

Con una mezcla de incredulidad y una alegría inmensa, mi padre y yo nos abrazamos una vez más, sellando así un puesto que quedaría para el recuerdo.

Las caracolas sonaron y los coches comenzaron a dejar sus puestos.

En mi memoria por siempre

Marcamos las reses (las que pudimos, ya que dos estaban bajo el agua), recogimos y nos subimos al coche. Paramos en el puesto de Rogelio para preguntarle cómo le había ido, y nos señaló al carril. ¡Tenía puestos cuatro muflones en fila!

En ese momento me acordé de las muflonas que nos entraron solas, y pensé «Rogelio, podrías haber dejado alguno», pero bueno, no me podía quejar.

Llegamos a la junta, que era en la preciosa casa de la finca.

Mucha gente me felicita, y yo no podía sentirme mejor, aunque es cierto que pensaba en los dos venaos que se encontraban en el pantano, me intrigaba saber si iban a poder sacarlos. Poco después de comernos un reconfortante cocido, Paco nos comunica que habían conseguido recogerlos, lo que me alivió bastante.

Nos despedimos temprano, ya que el viaje era largo, pero no nos marchamos sin antes pasar por la junta de carnes y entregar los trofeos al taxidermista. Nos montamos en el coche y ponemos rumbo de vuelta a casa, tras un día frenético.

Al pasar por aquellos imponentes barrancos yo miraba por la ventanilla, y supe que aquel día iba a quedar en mi memoria por siempre.

Un relato de Manolo Fdez. de Henestrosa

Posdata: Espero que hayáis disfrutado de mi relato, pronto volveremos a estar juntos en el campo. Mucha fuerza para estos días.
¡Viva la caza y viva España!
por agua
Manuel Fernández de Henestrosa hoy es un montero cuajado que escribe muy bien.
Por agua. Pasado por agua. Por agua

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Dos vídeos de montería con Cinegética La Trapera

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Las cámaras de Sol Montero Producción Audiovisual, grabaron las dos últimas monterías de la temporada 2019-2020 de Cinegética La Trapera.

El Puntal, Mármol y Morroquí

El Puntal, Mármol y Morroquí

Volvíamos de nuevo a tierras del río Guadiato el pasado 25 de enero, al término Valsequillo, Córdoba.

Acompañábamos, una vez más, a Antonio Ángel Ledesma, en su cuarta montería de la pasada temporada 2019-2020.Cinegética La

Esta vez, sí, estaríamos disfrutando de una jornada de caza en Sierra Trapera, donde esta organización tiene su ámbito de actuación.

Se montearía El Puntal, Mármol y Morroquí, lindando con la afamada mancha de Los Bermejos.

 

Día gris, con llovizna e incluso un molesto viento hasta la mitad de la montería, sobrepasado el ecuador de esta, se abrió y la lluvia se calmó, lo que propició que los monteros tuvieran lances más efectivos.

 

Es muy importante estar rodeado de un buen equipo de campo, postores, rehaleros, guías, cargueros… y Antonio Ángel, lo está, no queremos pasar por alto el agradecimiento a la labor que desempeñan en cada de una de sus jornadas de caza.

Sin olvidarnos del cliente que aguanta hasta el último momento, hasta la culminación de la montería para jugar el lance con ese jabalí soñado de Sierra Trapera.

Cinegética La Trapera se consolida temporada tras temporada con una excelente relación de calidad / precio de monterías en abierto.Cinegética La

 

Finalizó la jornada con un resultado, entre 60 posturas, de 19 jabalíes, destacando un ejemplar medalla de plata.

Una crónica de Rubén del Sol Montero

Montería de Cerrajones y Solana de La Cinta

Cerrajones y Solana de La Cinta

El pasado día 1 de febrero volvíamos a acompañar a Cinegética La Trapera en su quinta y última montería de la temporada 2019-2020.

En plena Sierra Trapera, tierra de conflictos y guerras en el pasado, donde a buen seguro los monteros han tenido alguna que otra batalla con algún macareno en estas monterías de esta tan afamada sierra.

El equipo al completo de campo estaba impaciente por comenzar la montería, todo preparado.

Antes de sortear, bonito detalle de la organización que, conjuntamente con Bodegas Navarro de Montilla, obsequiaron a los asistentes con una botella de vino denominación Montilla-Moriles.

Sorteo rápido de las 65 posturas. A las 12:00 ya se habían soltado los perros.

Montería conformada por dos manchas, Cerrajones y la Solana de La Cinta, separadas entre sí por un valle, al cual no dejó de romper el cervuno, aunque la cosa no iba con ellos ya que solo se podía cazar el jabalí.

Casi toda la montería se desarrolló en La Cinta, puesto que el número de jabalíes en Cerrajones había disminuido considerablemente respecto a la temporada anterior.

Sin embargo, hubo bastante caza en la Solana de La Cinta.

Cinegética La

Al final se cobraron 11 jabalíes, con un navajero, entre los 65 monteros.

Una crónica de Rubén del Sol Montero

 

Contacto Cinegética La Trapera:
☎ Antonio Ángel Ledesma: 600 33 90 55

Contacto Sol Montero Producción Audiovisual:
☎ Rubén del Sol: 655 34 90 33

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Muy divertida ‘Los Hornitos’ con Cinegética de Alcántara

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Muy divertida
Muy divertida ‘Los Hornitos’, un año más.

Muy divertida ‘Los Hornitos’, una temporada más, cobrándose un total 82 reses y cochinos.

Finca situada en el término de Alcántara, con 1.200 hectáreas, esta montería en abierto fue organizada una temporada más por Cinegética de Alcántara.

Es una bonita mancha compuesta por las fincas Los Hornitos, La Ahijosa y Amarillina.

Está situada dentro del Parque Natural Tajo Internacional.

Excelente día de caza.

Los disparos se repartieron por todas las armadas.

El resultado fue bueno, con 24 venados (con algunos ejemplares de muy buen porte), 27 cochinos y 31 ciervas.

Crónica y fotografías: Diego Simancas

Muy divertida

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Cinegética de Alcántara

Fecha: 11 de enero de 2020

Finca: Los Hornitos / Mancha: Ribera de Erjas Finca abierta

 Término: Alcántara, Cáceres

Puestos: 40 / Rehalas: 23

Hectáreas monteadas: 1.200

Venados: 24

Jabalíes: 27

Ciervas: 31

GALERÍA FOTOGRÁFICA

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Si le gustan los lances a jabalí, no se pierda este vídeo de ‘Los Bermejos’

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Si le gustan los lances a jabalí…

Acudíamos a la cita más esperada por los cazadores del calendario montero de Antonio Ángel Ledesma, máximo responsable de Cinegética la Trapera.

Como no podía ser de otra forma, llegamos puntuales a la cita el pasado 28 de diciembre. Lances a jabalí

Los Bermejos es una macha emblemática dentro de la Sierra Trapera, donde tuvo lugar la batalla de Valsequillo en 1939 en la Guerra Civil española.

Pero hoy se trataba de otra batalla, aunque también en el término de Valsequillo, una montería a jabalí, con algún venado.

Multitud de lances a jabalí

En Los Bermejos los cochinos se hacen fuertes y darán inigualables lances a los afortunados monteros que hoy han decidido cazar esta mancha.

Un monte apretado de carrasca y jara que será peinado por las voces de los perreros y las ladras de los perros de 30 rehalas que pondrán la piel de gallina a más de un montero.

lances a jabalí

Por tercera temporada consecutiva acudíamos a esta montería, cada vez con mayor ilusión por grabar apasionantes lances a jabalí, rápidos y en cortaderos.

En esta ocasión con gran suerte hasta cinco lances consecutivos a jabalí en la traviesa de Las Palomas.

Incluso este año hasta otros tres lances al organizador de la montería. Que no se esconde y caza como cualquier otro de sus clientes.

Una mancha atestada

Monteros con suerte, como nuestro amigo Anselmo Balero que consiguió hacerse con tres venados en uno de los puestos del sopié.

lances a jabalí

Gracias a las buenas condiciones climatológicas, una mancha atestada de caza y a la gran labor de los perros, la montería de Los Bermejos se consagra una temporada más como la mejor del calendario cinegético de esta organización y de Sierra Trapera.

Un total de 92 puestos consiguen un resultado final de 15 venados y 50 jabalíes, con tres navajeros y un bronce.

Lances a jabalí Una crónica de Rubén del Sol Montero

lances a jabalí

Contacto Cinegética la Trapera:
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Contacto Sol Montero Producción Audiovisual:
☎ Rubén del Sol: 655 34 90 33

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Muy divertida ‘Los Hornitos’ con Cinegética de Alcántara

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Muy divertida
Muy divertida ‘Los Hornitos’, un año más.

Muy divertida ‘Los Hornitos’, una temporada más, cobrándose un total 82 reses y cochinos.

Finca situada en el término de Alcántara, con 1.200 hectáreas, esta montería en abierto fue organizada una temporada más por Cinegética de Alcántara.

Es una bonita mancha compuesta por las fincas Los Hornitos, La Ahijosa y Amarillina.

Está situada dentro del Parque Natural Tajo Internacional.

Excelente día de caza.

Los disparos se repartieron por todas las armadas.

El resultado fue bueno, con 24 venados (con algunos ejemplares de muy buen porte), 27 cochinos y 31 ciervas.

Crónica y fotografías: Diego Simancas

Muy divertida

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Cinegética de Alcántara

Fecha: 11 de enero de 2020

Finca: Los Hornitos / Mancha: Ribera de Erjas Finca abierta

 Término: Alcántara, Cáceres

Puestos: 40 / Rehalas: 23

Hectáreas monteadas: 1.200

Venados: 24

Jabalíes: 27

Ciervas: 31

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Otro jabalí de navajas colosales en ‘Mirabueno’ (con vídeo del lance)

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navajas colosales
José Manuel Pineda, Jesús Cristino, Miguel Ángel Gómez, José Alberto Patino, Juan Romero y Alberto Mayordomo con el jabalí de navajas colosales que cazó Juan.

CRÓNICA

Otro jabalí de navajas colosales se cazó en ‘Mirabueno’, una de las manchas de la emblemática ‘Las Navas de San Eusebio’.

Después de un ajetreo continúo, iniciamos el periplo montero de diciembre convergiendo de nuevo los equipos Sol Montero Producción Audiovisual y Caracolas de Caza y Safaris en Las Navas de San Eusebio.

Desde Robledo del Mazo (Los Jaronales) los primeros, y desde Andújar (Navalasno Viejo) este cronista.

Daban lluvia todas las previsiones meteorológicas en Almadenejos. No se equivocaron.

Antes de acabar el sorteo ya comenzó a llover. Chaparrones normalmente fuertes, más o menos largos, escampaba y vuelta a llover. Así hasta que se formó el plantel.

‘Las Navas de San Eusebio’

Finca preciosa, Las Navas está además muy cuidada. Típico monte mediterráneo, umbrías y solanas, dehesas, rañas y siembras. Comida y agua para la caza.

Allí se han dado grandísimas monterías.

navajas colosales
Plano de la mancha ‘Mirabueno’, donde se cazó un jabalí de navajas colosales, arriba, en el 4 del ‘Pantano’ (en morado).

Mirabueno es una mancha muy bonita, con gran parte de los puestos en cortadero y todos de traviesa. Lo que no deja de ser otro hándicap para los resultados finales, por la dificultad no ya de abatir sino de tirar a los cochinos y reses que entren a la contra de cortadero.

Cochinera, también tiene muflones de mucha calidad. Esta temporada se había colado algún venado que también se podía tirar.

Los espectaculares resultados de la temporada pasada valieron a Mirabueno estar nominada para la Caracola a la mejor montería en finca cerrada.

navajas colosales
Jesús Cristino y Miguel Ángel Gómez atendiendo a las cámaras de Sol Montero.

Sorpresas

Es de agradecer lo cuidado que está el camino de acceso a la casa de la finca. Solo ese detalle ya habla muy bien del esmero que pone la propiedad.

Se agradecían las candelas que había encendidas, así como los soportales donde se había preparado todo para el desayuno y el sorteo.

Día gris, muy encapotado. Lluvia inminente. Lo único a favor es que casi no hacia aire.

La primera sorpresa fue que la montería no la daban solo Jesús Cristino y Alberto Mayordomo, Monterías y Recechos J.C. y A.M., compartirían la organización con Gómez Caza Servicios Cinegéticos.

Dos buenos equipos para una gran cacería.

Segunda sorpresa, me encontré con Chema Pérez Castell, no puede ser más agradable la charla con él, sabe muchísimo de caza y de los libros de esta: www.cazaylibros.es

Había hablado mil veces por teléfono con Jesús Cristino, mi amigo José Antonio Martínez, grandísimo cazador y una excelentísima persona, no tardó en presentármelo, ambos son poblanchos (naturales de Puebla de Don Rodrigo).

Jesús, a su vez, me presentó a Alberto y también conocí físicamente a Miguel Ángel Gómez, máximo responsable de Gómez Caza, y a José Alberto Patino, muy ligado a esta organización y que hace sus crónicas y fotografías.

No podía faltar a la cita Rafael Molina, que tan amablemente se acercó a Córdoba a la gala de las Caracolas 2019 a recoger el diploma de Monterías y Recechos J.C. y A.M. y a almorzar con nosotros.

navajas colosales
Sorteo.

Sorteo y salida de las traviesas

Estupendo desayuno en cantidad y calidad, quien así lo quisiera podía subir al monte ya comido. El almuerzo repitió calificativos.

Al alimón atendieron a las cámaras de Sol Montero Jesús y Miguel Ángel, y sin más dilación, sorteo de los 25 puestos.

Se insistió en la seguridad y en extremar las precauciones.

Se montearía sin cupo, y si salía algún venado o cierva también se podrían tirar.

Todos los sobres encima de la mesa, mientras 25 bolas de bingo marcaban a sorteo a que montero le tocaba extraer tarjeta.

Yo estaba totalmente despreocupado, ya tenía el plan hecho de antemano, acompañaría a José Antonio a su puesto, a ver si tenía suerte, porque se la merece y además para hacer un buen reportaje.

Recordando buenos tiempos en Valtriguero de Puebla de Don Rodrigo, donde tuvimos un día similar al que nos esperaba. Atraemos la lluvia, nos van a contratar.

Rubén del Sol, José Pablo Fabián y Juan Manuel Fernández irían con las cámaras a los puestos más aptos para grabar, si es que los monteros a los que les tocaran en suerte no les importaba.

Así, Rubén acompañaría a Juan Romero y a su amigo José Manuel Pineda al puesto nº 4 de la traviesa del Pantano.

A José Antonio le tocó en suerte el nº 1 de la traviesa de La Charca, allá que se fue con el cronista.

Nombro estos puestos especialmente porque serían dos de los protagonistas de la cacería…

Las nueve traviesas salieron con orden y rapidez.

El primer guarro que cumplió al 1 de ‘La Charca’, a la contra de cortadero.

Rayos y centellas

El chaparrón que cayó durante el sorteo, hizo que nos pertrecháramos aún más de ropa de agua, paraguas enorme incluido.

Muy bonito el 1 de La Charca, además, con una gran ventaja, se podía tirar hacia abajo sin peligro, aunque el cochino entrara a la contra de cortadero, ya que no había puesto alguno.

Le preguntamos a un propio del lugar: «Dicen que hay algún venado, ¿es posible?».

A lo que el hombre nos contestó: «Todos los venados que haya aquí me los como con patatas».

No había desenfundado José Antonio cuando le avisé, un gran cochino cruzó el cortadero relativamente tranquilo por la parte más baja a la contra de cortadero.

Es el mejor jabalí que cumplió.

Oportunidad para otro montero.

Fue lo único tranquilo que cruzó. A partir de entonces, rayos y centellas.

Para no liarles mucho, les contaré como carreras a favor de cortadero a las que entraban desde La Solana, y como en contra de cortadero las carreras desde La Chaparra (ver plano).

Estruendo a la contra de cortadero, ¡¡madre mía!! ¿Qué podía ser aquello? Parecía que venían todos los cochinos y muflones de la mancha juntos.

Asomó, como un rayo, un venado de buenas hechuras, yo creo que fue la sorpresa tremenda lo que hizo a José Antonio que se le fuera el tiro alto.

Yo me quedé tan atónito que no fui capaz ni de hacer una foto.

Comencé a preparar las patatas para el paisano.

navajas colosales
«Muchos tiros ya por todos los lados, montería muy divertida. Y eso que se acababa de soltar».

Montería muy divertida

Muchos tiros ya por todos los lados, montería muy divertida. Y eso que se acababa de soltar.

Segunda entrega también a la contra, pero con menos estruendo.

Un guarro de buena alzada, como un cohete, eso sí. Al tiro siguió, pero José Antonio estaba seguro que lo había enganchado.

No se equivocó, era un navajero muy bonito que cayó un centenar de metros más allá. El mejor que cobró.

El venado grande con la cierva. Se salieron de la mancha sin ser tirados. El cronista preparando un perolo de patatas.

Lejos, por la dehesa, también a la contra, corría un gran venado con una cierva detrás, José Antonio prefirió no tirar, aunque lo podía haberlo hecho perfectamente, por si le cumplía a otro montero en mejores condiciones.

Se vaciaron de la mancha si ser tirados, por algo era grande el venado.

Mientras, yo iba preparando un señor caldero de patatas.

Primera carrera a favor de cortadero. Un guarro terciadete. Fotografía y clarísimo impacto trasero. ¡Agarre!

Como no había peligro, avisé al montero del 2 y allí que me fui cuchillo en ristre dando mis buenos gritos de «¡Voy al agarre, voy al agarre…!».

navajas colosales
Este cochino es el que el cronista remató después a cuchillo.

El agarre estaba en un sitio difícil, pero los perros eran maravillosos, cuando me oyeron llegar, apretaron aún más y me sujetaron al guarro, al que pude rematar sin mayor problema. En cuanto lo hice, soltaron todos y siguieron a su buen quehacer.

Los perros estaban monteando de fábula muy adelantados a los rehaleros y guías.

Mientras remataba, José Antonio se quedó con otro cochino que entró a la contra.

Van tres.

Descanso y otra vez al ataque

Las carreras remitieron durante un tiempo, descanso. La lluvia se intensificaba por momentos.

Segundo tiempo: otra vez rayos y centellas, a partir de ahora siempre a favor de cortadero.

Buena puntería al único bicho que José Antonio tiró hacia arriba, era muy difícil, resultó ser una cochina grande.

Ya son cuatro.

Y por abajo espectacular, dos cochinos se quedaron al tiro, y otros dos rapidísimos y silentes, que yo creo que enganchó, pero fue imposible con tanto barro y agua poder seguir el rastro, además, como iban enteros, seguro que fueron lances aprovechados en La Chaparra.

Cobrando los cochinos en pleno aguacero. José Antonio con tres de los seis que se quedó y que entraron exactamente por la misma carrera, dos a favor de cortadero y otro a la contra.

Cobrando, arreció el aguacero, estábamos calados hasta los huesos pero felices.

Rayos y centellas en lo climatológico también, por mucho que ‘solo’ jarreara.

Si no me fallan las cuentas, fueron seis los guarros cobrados en unas condiciones dificilísimas.

Si yo hubiera tenido rifle en vez de cámara, no hubiera cobrado seis ni de broma, ítem más, estoy seguro que más de uno y más de dos se me hubieran pasado sin tirar. Grande José Antonio.

Otro jabalí de navajas colosales…

Llegó el momento de enlazar al puesto 4 del Pantano.

Y lo haremos con el venado que tiró José Antonio, que un arabesco en el monte inverosímil, fue a parar al 4 del Pantano, cumpliendo a bocajarro. Allí se quedó, en el turno de tiro de José Manuel.

De nuevo les invito a que vean el plano para comprobar la inconcebible carrera del venado, que era indudablemente el mismo.

Rubén lo grabó todo convenientemente.

Juan, por su parte, disparó un cochino muy grande que se quedó claramente al tiro. Estaban preparando ya las felicitaciones, cuando, de repente, se levantó y salió arreando a toda castaña ante la perplejidad de todos.

El cochino de navajas colosales.

Juan disparó rapidísimamente otra vez, sin suerte, pero solo unos metros más allá se produjo el inevitable agarre, de rápido final al estar muy malherido el jabalí del primer tiro.

Menos mal, porque con esos afilados colmillos, de auténtico killer, pudo hacer mucho daño a los perros.

Resultó tener unas navajas colosales, tremendas, que había desarrollado muchísimo al tener disminuidas las amoladeras.

Otro lance del 4 del ‘Pantano’.

Juan y José Manuel no podían ser más agradables y simpáticos, y cobraron un total de cuatros guarros, el de colmillos tremendos incluido, y el venado.

Repito, montería divertidísima, pero cuyo plantel final se vio en parte deslucido por un tiempo pésimo.

Hubo veces que aquello era el diluvio, y no todo el mundo es tan fino como José Antonio, Juan y José Manuel.

Alberto y Jesús, máximos responsables de Monterías y Recechos J.C. y A.M., con José Antonio y el plantel.

El plantel y despedida

La dificultad de cobro fue enorme, por las condiciones en las que quedaron los caminos y accesos.

El cronista además de años y kilómetros encima, estaba especialmente cansado por el trajín del fin de semana.

Cuando me fui, ya estaba prácticamente todo el plantel, solo faltaba algún cochino por llegar, José Antonio después me confirmó que se bajaron a la junta de carne hasta 74, con seguridad se cazaron más, pero que fue prácticamente imposible cobrar ese día.

Se pudo formar el plantel a pesar de las inclemencias.

Había 11 navajeros. El de las navajas colosales, lo eran tanto, que solo con ellas posiblemente le diera ya para el oro: ¡alucinante! Con las defensas fuera, seguro que algún navajero más llegará al metal.

Juanma con parte de los muflones cobrados.

De los 12 muflones había cinco para poner en primera fila, de los cuales cuatro eran muy buenos, y tres con seguridad medalla, incluso alguno más que bronce.

El venado bonito de montería.

También se cobraron algunas hembras.

El equipo de Sol Montero con los cazadores protagonistas de la crónica y el cochino de navajas colosales: José Pablo, Rubén, Juan, José Manuel, Juanma y José Antonio.

Otra vez gris marengo, gris marengo durante todo el día, la verdad.

Llovía, escampaba… empapados pero contentos, solo puedo dar las gracias a Jesús, a Alberto, a Miguel Ángel y a la propiedad de Las Navas por acogernos, a Juan -muy merecido su jabalí de navajas colosales- y José Manuel y el resto de monteros ‘con cámara’ por el trato que nos dispensaron…

Qué decir de mi amigo José Antonio, que cada dos por tres me intentaba pasar el rifle para que tirara yo, en su puesto, y que se enfadaba ante mi negativa, disfrutamos de otro gran día juntos.

Él, como los Sol Montero, Rubén, Jose y Juanma, son amigos de los que se puede presumir, y mucho.

Por eso, cuando recorría el buen carril de salida de Las Navas de San Eusebio, me encontraba bien, camino de nuevas aventuras monteras que aún me quedan por contar.

¡Ah, se me olvidaba, no se pierdan cuando se edite el vídeo de la montería, es espectacular!

Una crónica de Adolfo Sanz Rueda

Fotografías Adolfo Sanz y Sol Montero Producción Audiovisual

Parte del equipo de Gómez Caza, con Juan y José Manuel y el plantel.

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Monterías y Recechos J.C. y A.M. y Gómez Caza Servicios Cinegéticos

Fecha: 1 de diciembre de 2019

Finca: Las Navas de San Eusebio / Mancha: Mirabueno / Finca cerrada

Hectáreas monteadas: 600

Término: Almadenejos, Ciudad Real

Puestos: 25 / Sin cupo / Rehalas: 14

Venados: 1

Jabalíes: 74 (11 navajeros, homologaciones pendientes)

Muflones: 12 (homologaciones pendientes)

CRÓNICA GRÁFICA

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Aluvión de lances en la ‘Umbría’ de ‘El Valle’ con Encicaza

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Aluvión de lances
Los cochinos dieron mucho juego en la ‘Umbría’ de ‘El Valle’.

CRÓNICA

El equipo de Sol Montero Producción Audiovisual tenía todas las ilusiones depositadas en nuestro nuevo destino de grabación, no sabíamos que nos esperaban un aluvión de lances.

Ante la proposición de un gran amigo y montero, como es José Galán, para acompañar a una nueva organización para nosotros, Agrocinegética Encicaza, y filmar una jornada de montería, no lo dudamos y allí nos presentamos.

Aluvión de lances
Manuel Infante y Hugo Larrubia, máximos responsables de Agrocinegética Encicaza.

El día 7 de diciembre de 2019 llegamos a la finca El Valle, ubicada en la pequeña pedanía de Piconcillo perteneciente a Fuente Obejuna (Córdoba).

En plena Sierra Morena y enclavada dentro de la Mancomunidad de Municipios Valle del Guadiato.

Nos recibió, nada más llegar a la finca, la Salve montera en la entrada de lo que es un gran pabellón de caza donde Hugo Larrubia y Manuel Infante estaban ultimando todos los preparativos del sorteo.

Solo 23 puestos

Un total de 23 monteros se reunieron para a su suerte sacar el número que les llevará a su postura del día, con un cupo es de dos venados y jabalíes sin límite.

Aluvión de lances
José Galán en su puesto.

Un servidor y redactor de esta crónica, acompañaría a José Galán a su puesto, mientras que los otros tres cámaras del equipo irían a distintas posturas.

Aún no habíamos llegado al puesto y veíamos como algunos monteros ya habían hecho el cupo de venados.

Puestos en su mayoría de testero.

Finca adehesada aunque bastante quebrada que propiciaría lances inigualables a cada uno de los monteros.

Un lance intenso

Por suerte nada más ponernos cumplió primera collera de venados, de los cuales José se hizo con uno.

Los macarenos tardarían más en llegar, con la fuerza de las rehalas.

De repente, como una exhalación, se presentó un gran guarro. José consigue dominar la tremenda emoción y al tercer tiro se queda con él, en una lance intenso pero nada fácil.

Aluvión de lances
Muy merecido el gran cochino que cobró José Galán.

Una vez terminada la montería me confesó que «pocos guarros tengo yo como este».

A día de hoy sabemos que es plata alta.

Aluvión de lances

La comunicación entre secretarios no dejaba duda que la finca El Valle estaba cumpliendo sobradamente con las expectativas.

Prácticamente todo el mundo completó el cupo de venados y los cochinos dieron la cara en la mayoría de los puestos.

En todas las posturas se jugaron lances, destacando, entre otras, a la que nuestro compañero Juanma fue a grabar acompañando a los cazadores Rafael y Pepe, tuvieron más de 12 lances.

La montería concluyó con un plantel de 105 reses y cochinos, sobrepasando con creces las 80 piezas de las previsiones de la organización.

Se cobraron un 30% de navajeros en cuanto a los jabalíes, con siete medallas: un oro, dos platas y cuatro bronces.

En cuanto a los venados había una docena de muy buen porte.

En definitiva, finalizó la montería con un aluvión de lances, con caras de satisfacción entre los monteros y en la organización que cumplió de sobra con las expectativas, por lo que no podemos por menos que felicitar a Hugo, a Manuel y a todo su equipo.

Nos encantó la seriedad y la organización perfecta de Agrocinegética Encicaza.

Nos despedimos de esta organización agradeciendo su generosidad y amabilidad con nuestro equipo, culminando otro trabajo audiovisual más que pronto verá la luz.

Una crónica de Rubén del Sol Montero

Aluvión de lances

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Agrocinegética Encicaza

Fecha: 7 de diciembre de 2019

Finca: El Valle / Mancha: Umbría / Finca cerrada

Término: Fuente Obejuna, Córdoba

Puestos: 23 / Cupo: 2 venados. Jabalíes sin cupo

Venados: 38

Jabalíes: 67 (22 navajeros, con 1 oro, 2 platas y 4 bronces)

GALERÍA FOTOGRÁFICA

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‘Herdade dos Arrochais’, un sueño hecho realidad con Entre Amigos

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sueño hecho realidad

CRÓNICA

Un sueño hecho realidad, eso fue la increíble montería que ofrecieron Entre Amigos en ‘Herdade dos Arrochais’ con 194 cochinos y venados cobrados.

Tres años habían pasado desde que llegué a la linde, Tapadas (Ardila), y me enamore de tu interior.

Más de una vez vi mallear tus grandes macarenos.

En alguna ocasión pude escuchar berrear tus grandes venados e incluso verlos pelear malla al medio disputándose las ciervas del coto vecino.

Soñaba con montear algún día Arrochais, hasta que el día 12 de febrero llegó ese día en el que los monteros podían disfrutar de esos lances.

sueño hecho realidad

Gran ambiente desde la noche anterior

La noche anterior se palpaba en el ambiente que sería una gran montería.

Al día siguiente la propiedad nos abrió las puertas de la bodega de la finca para el desayuno y el sorteo. Citábamos a todos los monteros en este lugar emblemático de la finca temprano, porque había mucha tarea por delante. Un sueño hecho realidad

Tras las indicaciones del capitán de montería, el mayor de los ‘Entreamigos’, tanto a secretarios como a cazadores, comenzó un día inolvidable para muchos.

Comenzaba el sorteo cuyas papeletas estaban pisadas por un obsequio de recuerdo para todos los asistentes.

Muy pronto empezaron a salir dos armadas de cierre, para después las dos de traviesa.

sueño hecho realidad

Aquello parecía más una suelta de faisanes que una montería

Sin terminar de colocar las posturas, algún cazador ya abrió fuego… había que terminar de colocar los puestos lo antes posible. ¡Era una locura!

Al momento aquello más que una montería parecía una suelta de faisanes. ¡Qué tiroteo!

Las rehalas, que iban a ser dirigida por el menor de los ‘Entreamigos’, esperaban impacientes en el portón de entrada. Un sueño hecho realidad

No eran las diez y media de la mañana y se dispuso soltar las rehalas, que lo harían desde el medio hacia los cierres para cruzarse más tarde.

Todo era júbilo

Muy pronto se comenzaron a escucharse las voces de los secretarios por la emisora anunciando los lances que iban teniendo sus puestos: «¡Pedazo de guarraco!» o «¡Vaya venado hay aquí!».

Todo apuntaba que iba a ser un día épico.

En el monte no cesó el tiroteo hasta casi entrada las dos de la tarde. Ya era hora de recoger los bártulos y disfrutar de un buen almuerzo y un buen plantel de reses.

sueño hecho realidad

En la puerta de la bodega nos esperaba una muy buena recepción con un cortador de jamón y una cerveza Sagres muy fría.

Comenzaron a llegar los primeros monteros y sus caras de felicidad lo decían todo. Sus brazos se ceñían en nuestros cuerpos dándonos la enhorabuena.

La puerta de la bodega de Herdade dos Arrochais era todo júbilo.

sueño hecho realidad

Un sueño hecho realidad y agradecimiento

Pasaron a degustar el maravilloso almuerzo que allí estaba preparado, y como no podía ser de otra manera, regado con vino de la casa Herdade dos Arrochais, mientras atrás, en el plantel, había una gran tarea y el personal de la finca no cesaba de trabajar para acabar cuanto antes.

Al final, un gran plantel con 21 venados, de los que 19 eran de cuernas aparatosas con varios que habrá que medir, algunas ciervas de gestión, y lo más destacado… ¡173 jabalíes!, de los cuales había 37 navajeros de los que cualquier montero sueña cazar, con muchas bocas que hay que medir.

Un día para el recuerdo de propiedad, organización, secretarios, monteros y acompañantes.

Dar las gracias una vez más a la propiedad por darnos la oportunidad de compartir este día de MONTERÍA, y sobre todo al equipo de guardería por su colaboración.

Y, ¡cómo no!, al equipo de rehalas capitaneado por el joven de los ‘Entreamigos’, así como al equipo de campo y secretarios por la labor de recogida y confección de cuadro de caza.

Gracias y mil veces gracias. ¡GRACIAS, por hacer este sueño una realidad!

un sueño hecho realidad Una crónica de Juan Carlos González

DATOS DE LA MONTERÍA

un sueño hecho realidad

Organización: Monterías y Ganchos Entre Amigos

Fecha: 12 de febrero de 2020

Finca: Herdade dos Arrochais / Finca cerrada

Hectáreas monteadas: 400

Localidad: Amareleja, Moura, Alentejo, Portugal

Rehalas: 10

Venados: 21 (19 destacables, con 1 oro, 2 platas y 4 bronces)

Jabalíes: 173 (37 navajeros, con 2 platas y 6 bronces)

GALERÍA FOTOGRÁFICA

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¡ÚLTIMA HORA! Monterías Cíjara y Monterías des Amis se han quedado, tristemente, sin capitán de monterías

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Monterías Cíjara
Lucas Díaz Gutiérrez con la Caracola que ganó por Zamores. Estuvo al frente de Monterías Cíjara y Monterías des Amis.

El joven y conocido organizador Lucas Díaz Gutiérrez, a punto de cumplir los 33 años, falleció el día de hoy, a media tarde, en las inmediaciones de su localidad natal de Anchuras, Ciudad Real, donde se encontraba pasando el periodo de confinamiento. Monterías Cíjara

Aunque no se conocen las causas oficiales de su fallecimiento, todo apunta a un golpe de calor mientras estaba practicando deporte en las inmediaciones del municipio.

Un vecino del pueblo ha encontrado su cuerpo en medio del camino y ha dado la voz de alarma al resto de vecinos.

La conmoción es total tanto en la pequeña población, de apenas 300 habitantes, como en el panorama montero de nuestro país y entre los numerosos cazadores franceses que montearon bajo sus órdenes en gran parte de las fincas más emblemáticas de nuestra patria.

Monterías Cíjara se ha caracterizado por haber sido una de las organizaciones más activas en los últimos años, lo que llevó a la organización a ser nominada en numerosas ocasiones para los Premios Caracola e incluso llevarse la caracola a la mejor montería calidad/precio por Zamores.

El equipo de Caza y Safaris manda su más profundo pésame a sus familiares y amigos.

D.E.P. Lucas, sigue guiando desde ahí arriba, Vanessa Barba Fernández

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La montería española está de luto: carta a Lucas Díaz

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montería española
La montería española está de luto por Lucas Díaz.

Carta a Lucas Díaz: la montería española está de luto

Una vez más se silenció el monte, se calmaron las caracolas y se apagó la última candela en la sierra.

Día triste el que amanecería hoy, uno de los nuestros nos abandonaría para emprender un largo viaje, del que seguro estoy aún no estaría preparado para comenzar, ya que aun habiendo cumplido muchos de sus sueños, otros tantos le quedarían por empezar.

Cuentan que desde crío su ilusión sería la caza, su pasión las monterías y su sueño, por supuesto, organizar.

Palabras con las que muchos seguro hoy nos podemos identificar, ya que el que suscribe un día también pasó por esa puerta que muchos cruzaron, pero no todos mantuvieron abierta.

Lucas lo consiguió y se ganó un hueco en un mundo difícil tanto o más que los ruedos taurinos, en el que lo difícil no es abrir la puerta grande, sino el ganarse la afición todos los días. Por lo que es digno de elogio todas aquellas buenas tardes de gloria y grandes recuerdos que a sus monteros hizo pasar y no dudo siempre recordarán, ya que hasta fuera de nuestras fronteras a muchos monteros hizo soñar.

Seguro estoy que si nuestra querida patrona, la Virgen de la Cabeza, te hizo llamar, te tendrá en buen lugar, así como la MONTERÍA ESPAÑOLA, nunca te podrá olvidar.

Mis mejores deseos, que sigas triunfando allí donde vas, Manuel Cabezas Moral

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