El día amaneció con mucho viento como en toda España esa mañana, los monteros iban llegando poco a poco al punto de reunión donde lo que más apetecía era un café caliente y coger fuerzas con unas buenas migas, pues el día con el frío y el aire se iba a antojar algo duro.
CRÓNICA
La mancha al final se cerró con 42 puestos ya que tuvimos algunos fallos de última hora, por lo que tuvimos que rearmar alguna armada para cerrar lo mejor posible la mancha, saliéndose varios venados debido a la distancia entre los puestos, ¡pero esto es caza en abierto!
A las 12:15 horas se soltaron las 14 recovas, para batir este espeso monte, donde el 90 % de los puestos son cortaderos que hacen de traviesa a lo largo de la mancha y ahí amigo los cochinos no son fáciles de abatir.
A medida que se iba desarrollando la jornada los tiros las detonaciones se iban sucediendo, muchas ladras hacia los cortaderos que en muchos casos se pasaban sin tirar por la rapidez del lance, qué se lo pregunten a J.L Zamorano con esos 4 cochinos tirados y otros 4 que en sus palabras, «¡Es que corren mucho¡», no se le olvidarán.
Al final de la jornada había jugado lance el 85 % de todos los puestos, pero ya sabíamos de la dificultad de abatir los cochinos en esta mancha, aun así cobramos 19 jabalíes y 1 venado. Destacar otros puestos como el 10 de la Armada del Río con que abatió dos cochinos y se le pasaron otro y un venado o A.N. que abatió dos cochinos y se le pasaron otros dos.
felicitar a los perros y perreros por su labor moviendo la caza y agradecer enormemente a ana belén parra, que ha velado y mimado la mancha día a día.
En plena Sierra de San Pedro, gran cantidad y mejor calidad de trofeos en la montería celebrada con CazAitor en Rincón de Cotadilla.
CRÓNICA
Tras el éxito en El Ayuso, Aitor Sánchez (gerente de CazAitor) citaba en esta ocasión a los monteros, en la preciosa finca Rincón de Cotadilla, enclavada en plena Sierra de San Pedro.
Tras un reconfortante desayuno, en el salón del cortijo, se procedía al sorteo de los veinte puestos que cazaron con un amplio cupo de: cinco jabalíes y un venado.
Con todo el país en alerta meteorológica, la lluvia y el fuerte viento, no se lo pondrían nada fácil a los monteros, que demostraron gran pericia a la hora de jugar sus lances.
A las 10:30 de la mañana, Aitor daba la orden de ‘abrir portones’, dirigiendo las distintas sueltas, desde un punto elevado de la finca.
¡Y el monte empezó a cobrar vida! Especialmente los cochinos, ofrecieron un auténtico espectáculo, sin dar tregua a los monteros, que se les acumulaban los lances, sin apenas tiempo de reacción.
Incontables ladras y mucha, muchísima caza, hacía que los puestos intentaran seleccionar aquellos ejemplares de mayor calidad. Mientras, otros monteros, veían como tenían que dejar pasar grandes trofeos, por tener ya su cupo completo.
Finalmente, se conformó un extraordinario plantel de: 65 cochinos (55% con gran cantidad de ‘bocas’, aún pendientes de homologación), 20 venados (2 bronces) y 1 muflón (bronce).
Sin duda, otra gran montería ofrecida por CazAitor, con gran cantidad y calidad de trofeos.
Hablar de Santa Quiteria, es sin ninguna duda hablar de una de las mejores fincas de caza de la provincia de Cuenca, como así lo demuestra sus resultados año tras año. Un suma y sigue de medallas.
CRÓNICA
Finca nada fácil de cazar ya que cuenta con nada menos que 2.000 hectáreas bajo una misma linde, por lo que montear en Santa Quiteria es como cazar en una finca abierta.
Gran gestión, densidad y calidad de animales en la que todas las temporadas. Desde hace ya muchos años cazamos dos tradicionales monterías, una de cochinos y una de reses.
En esta ocasión les tocaría el turno a los cochinos, de los que esta finca cuenta con una buena cantidad y calidad. Se cerraba una de las manchas de la finca con un reducido número de puestos, ubicados en los pasos habituales. Montería de gran expectación como todas las realizadas en esta gran finca, en esta ocasión el cupo era de 4 jabalíes, por lo que los monteros intentaron seleccionaría solo trofeos de boca.
A las 10:30 partían los monteros a sus correspondientes puestos, avistando numerosos jabalíes y venados de camino a los mismos, y poniendo los nervios a flor de piel deseosos de llegar a sus posturas.
Sin apenas soltar las rehalas y debido a la densidad de animales, muchos de los puestos ya empezarían a seleccionar los jabalíes sobre los que tirar, tarea nada fácil ya que el poder seleccionarlos, y más a la carrera, es trabajo de chinos en muchos casos.
Gran mañana de cochinos
Durante toda la mañana las carreras fueron incesantes, y la montería larga, ya que los perros que realizaron un gran trabajo, no pararon de sacar cochinos durante toda la mañana.
En los puestos, muchos con el cupo completo a las 12:30 de la mañana, con más de 50 jabalíes avistados en sus posturas. Por el contrario otros apuraron hasta el máximo esperando esos grandes trofeos que alberga esta gran finca.
En resumidas cuentas y como se suele decir el plantel es el mejor reflejo del resultado de una montería. En este caso todo serían caras de satisfacción y un gran plantel de 80 jabalíes entre los que resaltaría la calidad de nada menos que 50 grandes machos, de entre los que brilla la calidad de muchos de ellos.
Una vez más otra gran montería en Santa Quiteria y otro gran día para el recuerdo. Y suma y sigue…
La emblemática finca de Quintos de Mora respondió, a pesar de que sus bravos venados y cochinos se aliaron con la climatología en contra de los monteros.
Comienza a recogerse la niebla, todos preparados en sus posturas, rehalas en sus sueltas, guías a la espera de la orden de suelta, y capitán de montería que tras consultar con los puestos de las cuerdas, ordena abrir las puertas a los ansiosos perros.
Comienza ilusionada está montería que, en los duros Montes de Toledo y en esta emblemática finca, había ilusionado a los integrantes de Hunters Hispania.
Testeros, pedrizas, carrascas, pinos y grandes jaras, llenas de trochas, senderos, que al tiempo permitían mimetizarse las reses y abrirse paso en su discurrir en la mancha.
Impresionante, lo de animales que se comprobabán, ilusionante la cara de los monteros, y unos canes guerreros que saltaban de los remolques ansiosos de dar con venados y jabalíes que conducir a las posturas.
Muchos meses de trabajo
Muchos meses de trabajo y preparación por parte de los técnicos, guardas y Luis Miguel Menguiano y Adrián Domínguez, muchas imágenes clavadas, muchas las esperanzas.
Soñado y trabajado para este día, dedicado el aliento, la fuerza, los medios, y cómo no, «Haciendo Caza».
Se torna el tiempo, la luz se oscurece, el sol se sustenta, cae la niebla y el necesario agua.
Y tras la suelta todo cambia, todo menos la fuerza, las ganas y echar el alma.
Los venados se hicieron fuertes, crecidos, sabiendo que está vez la naturaleza estaba de su lado, cientos que una y otra vez se volvían en las cuerdas , hacia las sueltas, embistiendo en las trochas incluso a los rehaleros que a voces les gritaban.
Sin contar que ante tanto perro que regresaba y empujaba una y otra vez a las reses, los adultos jabalíes en su gran parte se mimetizaban en sus camas. Evitando moverse, reses y jabalíes, hacia las zonas bajas, donde la niebla permitía visibilidades de más de 50 metros.
Reses bravas
Nunca vimos una lucha tan igualada, ni unas reses tan bravas.
«Hacer Caza» es sinónimo de conservarla, y está vez, Quintos de Mora ha conservado caza suficiente para poder regresar ella la temporada siguiente de la mano de Hunters Hispania.
Cada venado abatido en estas circunstancias, cada jabalí cortado en su carrera, supo a los monteros como el lance más perfecto en la caza más extrema, con lluvia y niebla, solo compensada por la seguridad de las posturas a la que Hunters Hispania acostumbra.
Sesenta y nueve venados, que en estas circunstancias supieron a cientos, y 15 jabalíes que se arrancaron a sus camas por el ahínco y constancia de unos canes que hoy también se sentían vencidos. Y así, más que medallas, medallones.
En la noble práctica de la caza, es necesario una buena gestión, una organización esmerada, valientes y astutos perros, respetuosos monteros, reses y jabalíes, y la naturaleza y clima.
Su resultado depende también de este último, que hace de juez que equilibra la balanza, está vez a favor de venados y jabalíes. Volveremos con la misma fuerza e ilusión, esperando que ésta naturaleza se ponga de nuestro lado la próxima temporada en los Montes de Toledo.
Haciendo Caza. Incluso con la naturaleza en contra. Aprendemos. Hunters Hispania
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Hunters Hispania
Fecha: 28 de noviembre de 2019
Finca:Quintos de Mora / Finca cercada perimetralmente de 6.864 ha
En la cuerda de la Sierra de Valdoro, cerca del cielo, hay que pelear a brazo partido con los cochinos y, lo más fácil, en su terreno, es que pierdas el envite. Aunque unos cuantos bajaron desde las cumbres al plantel de Navamartina.
CRÓNICA
En el 5 del Sopié, arrullado por las lentas aguas cristalinas del Montoro, camino de su embalse por Mestanza, latió un podenco a parao. ¡Era grande, seguro! Reclamaba, el valiente, la ayuda de sus hermanos, que aún andaban por la cuerda, para entrar a por lo que, de tarde en tarde, bufaba como un verraco…
El tiempo se detuvo, aunque pasó casi una hora. De pronto saltó, negro como la noche, y el perro se fue a por él, pasó como una exhalación cerca del 3, el nuestro y, sin tiempo para encararlo, se revolvió por sus pasos hasta que, otra vez en el cinco vendió cara su osadía. Dos valientes frente a frente…
Pero, sorpresa, ¡era una guarra, negra, tremenda, que vendió cara su vida! Dos valientes frente frente… también a brazo partido.
Mañanita de niebla…
Cruzando el Valle de Alcudia la niebla era espesa, de las de cortar con el de remate. Los remolinos, al paso lento del coche (daban ganas de sacar la mano por la ventana para ver por donde trazaba la carretera), creaban imágenes de fantasmas, como de mal agüero…
Pero al subir Valderrepiso la luz, ya clara, de la mañana, ahuyentaba los temores y cambiaba los agüeros por los mejores augurios, el día iba a ser digno de una buena montería. A pesar de la tremenda pelona que brillaba como la plata, por el largo Camino de Ventillas, que te mete en las entrañas de la hermosísima Sierra Madrona, a las doce de este diciembre medio loco, se monteaba en manga corta, las zamarras y chalecos colgaban de las retamas como perchas del armario, ¡qué hermosura de día!
En las migas y el sorteo encuentro con viejos amigos –Luismi, Oscar, Marcos, Antonio– al calor de la chimenea en la casa de Cerrocasillas, lindera con Navamartina.
Y la lágrima del recuerdo, tan doloroso y reciente, entre rezos de Pablo, a esa enorme persona y mejor amigo que se nos ha ido… nuestro querido Patxi que, seguro, llevaba los zahones puestos tras los perros… ¡Adiós, querido amigo!
¡Voluntarios p’a la cuerda!
Eso pedía Pablo a gritos. Entre tantos remolones salieron unos cuantos valientes que, los primeros, formaron la armada y arrearon cerca del cielo, que es la linde por arriba de las crestas de Valdoro.
Después cierres –Colmenar, Riscos, Pascualón, y El Río– y traviesas –Casilla, Postes, y la última, la nuestra, Sopié–, 35 posturas dispuestas a dar buena cuenta de unos cochinos que, visto lo visto, sabían más latín que en la antigua Roma.
Antes de la suelta, con el sol en el cenit al meridión, el silencio del monte era espectacular. Verde, como la esperanza en este nuevo año en puertas, mostraba todo su esplendor tintado por el color dorado de las coscojas, una hermosa sensación de calma, y tensa espera, con aromas a fresco tomillo y romero, capaz de templar los nervios del más pintao.
Y se armó el guirigay
Fue aparecer la primera rehala por la cuerda y empezar el jaleo. Ladras, carreras pólvora y balas en busca de su destino (más de 120 disparos), algunos agarres y esa música que llena el monte cantada por los perreros que animan a sus valientes a darlo todo por los riscos… porque hay que ser muy valiente para batir las citadas lindes del cielo.
Poco a poco se fueron chorreando los disparos, y fue volviendo la calma. En el 4, del sopié, claro, con la cámara de fotos junto a Miguel Ángel, un precioso lance con un erizado colorao que cruzó el testero a toda leche y que, tras tres zurriagazos nos sacó el dedo corazón desde el viso.
¡Qué cabrón, cómo corría!, claro, sabía que le iba la vida en ello y supo defenderla como lo que era, un valiente… a brazo partido, o por patas que es lo mismo. Por él brindamos con una agradecida cerveza y un cachejo pan y queso.
Igual lo hicieron otros muchos cruzando los cortaderos perseguidos por los perros, entrando a lo espeso y no saliendo al otro lado… por lo que pudiera pasar. ¡A más dos y más de tres se lo vimos hacer!
Lo importante no es cazar…
A las tres cantaban las perdices, antes que las caracolas… Recogimos archiperres y ¡a comernos los garbanzos, que nos los habíamos ganado!, sobre todo soportando un sol de justicia que nos tostó cara y calvas con en la playa a los guiris en pleno agosto.
Circularon las cervezas, fresquitas, entre los comentarios de lances logrados y fallidos, con ese regusto que deja haber disfrutado del monte y de un día espléndido sobre todo amistad porque… lo importante no es cazar, lo importante es estar cazando.
Poco a poco fueron llegando las piezas hasta completar un bonito plantel en el que destacaban 4 macarenos con una buenas defensas dignas de echarles el metro. También, entre algunos venados, uno de buen porte para alegría de su montero.
Y si algo hay que destacar no es otra cosa que el tremendo trabajo de Pablo para que todo estuviese en su sitio y en su momento, cómo no, a brazo partido… como los cochinos.
¡Gracias, Pablo –y también a Miguel Ángel–, por un maravilloso día disfrutando del monte!, y en el corazón de Sierra Madrona, una sierra casi manchega.
Despedía el año el grupo de Monteros El Bardalá con guarros y un venado grande cazando la finca ‘Los Barreros’, una habitual mancha extremeña dentro de su calendario montero.
CRÓNICA
Para ello daba cita a los asistentes en el restaurante de Orellana sobre los nueve de la mañana para, después de las típicas migas con torreznos, comenzar con el sorteo de las casi cuarenta posturas con que se iba a montear esta mancha de Navalvillar de Pela.
Cuando todo estuvo cerrado entraron las rehalas al cazadero y a los pocos minutos de soltar dieron con los encames de los jabalíes. Ladras por aquí, tiros por allá, en una jornada en la que la diversión se prolongó durante todo el transcurso del envite.
Guarros, muchos guarros, tenía esta mancha de ‘Los Barreros’ que no dejaba de ofrecer lances a los monteros, que permanecieron en tensión con largas ladras y lances intensos.
Pasadas las tres de la tarde se retiraba a los cazadores hacia el lugar donde se iba a ofrecer la comida a los monteros mientras se recogía la caza.
Desde la directiva quieren agradecer a Jorge Carballo, Esteban Sierra y Raúl Alonso, su desinteresada colaboración con la organización a la hora de recoger las reses para que lucieran en el plantel de ‘Los Barreros’.
Al final se juntaron un total de 23 jabalíes, destacando seis buenas bocas entre ellos y un solo ciervo, eso sí, pendiente de medición el cual seguramente pase el bronce.
Terminaba de esta manera el 2019 para el grupo de Monteros El Bardalá, por tierras extremeñas.
Muy grande otra temporada ‘El Puente’, la que fuera la pasada campaña la segunda mejor montería de jabalíes en abierto en los Premios Caracola.
Finca abierta, situada en el término municipal de Ceclavín (Cáceres), que la orgánica utiliza para invitar a sus clientes de acción completa.
Día desapacible con mucho viento, aun así se escucharon más de 150 detonaciones que dieron como resultado dos venados, 27 jabalíes (cinco bocas) y una cierva.
En El Revuelo CazAitor volvió a conseguir un gran resultado con muchos venados de una gran calidad que darán unas cuantas medallas.
CRÓNICA
El pasado sábado, 28 de Diciembre, CazAitor volvió a ofrecer otra magnífica montería. En esta ocasión, en la afamada finca sevillana, El Revuelo y con los venados como protagonistas.
A las 8:30 h. eran citados los monteros, en el majestuoso salón de caza de la finca, para, a continuación, proceder el sorteo de las veinte posturas que cazarían con un amplio cupo de: dos venados a elegir + dos venados selectivos.
Y ya con las armadas montadas, Aitor Sánchez daba la orden de soltar a las 16 rehalas, organizadas en diferentes sueltas, para así evitar que las reses se agrupasen en grandes pelotas.
Los monteros intentaban seleccionar, aquellas piezas de mayor calidad, pero no siempre era fácil, al ir escudados entre las ciervas y otros de menor porte. Mientras que otros puestos, completaban su cupo, en apenas una hora de montería.
Finalmente, se presentó un extraordinario plantel de: 45 venados (aún pendientes de homologación) y 4 jabalíes (cogidos por las rehalas).
Desde CazAitor, queremos agradecer el excelente trabajo realizado tanto de la propiedad como de la guardería de la finca y la confianza depositada en nuestra organización.
Sin duda, otra gran montería, con una gran calidad final de los trofeos presentados en el plantel.
Para celebrar la despedida del año Monteros del Hito citaba a sus monteros en Valdesauces para cazar la mancha de Los Morrones en la que las rehalas dieron muy buenos lances.
CRÓNICA
Despedía el 2019 cinegético Monteros del Hito, cazando la parte de Los Morrones de la finca de Valdesauce, cercana a la cacereña localidad de Aliseda.
Hasta allí, se desplazaban los monteros que iban a despedir el año disfrutando de una montería en la que nunca faltan las reses por encima de los guarros.
Con la diligencia que les caracteriza a este grupo se realizaron todos los preliminares. Tras unas buenas migas y el sorteo, fueron saliendo los cazadores en las distintas armadas hacia sus puestos. Y una vez cerrada la mancha se prepararon los canes para la contienda.
La montería tuvo su fragor en los comienzos ofreciendo buenos lances a medidas que las rehalas fueron registrando los encames y fueron levantando las reses hacia las distintas posturas de la mancha.
Sobre las tres de la tarde se daba por terminada y se retiraba a los cazadores al cortijo donde les esperaba la comida mientras se formaba un plantel con un buen manojo de venados y un par de guarros de adorno.
Dieciséis venados y dos jabalíes como despedida del año 2019 junto a Monteros del Hito y a esperar qué nos espera en este nuevo año que ya está en marcha.
Con esta crónica de ‘Santana’: aire, aire y más aire, y también reses, regresa Jaime Dorao a esta que siempre ha sido su casa, todo un lujo.
El pasado 23 de noviembre se monteó Santana, finca situada en el término de Santa Olalla del Cala, Huelva, a cargo de la organización de Paco Lucas – SM La Patrona.
Mucha variedad, ya que se podrían tirar venados, cochinos, gamos y muflones sin cupo, algo de agradecer cuando se montea en abierto.
Después del desayuno en el restaurante Aurelio de la localidad, se dispuso al sorteo de las nueve armadas de la mancha: Puerto los Machos, El Pantano, Pilar Perdido, Los Eucaliptos, Cerca de Piedra, La Casa Las Latas, Traviesa la Casa, Las Cañas y Linde Mancha Llana.
Un puesto bien aprovechado.
Aire, aire y más aire
El día fue muy desagradable debido al aire que no paró en toda la jornada.
Sol alternándose con nubes, pero sobre todo mucho aire, repito, que no dejaba oír en el monte las carreras de las reses.
El cronista con el muflón que cobró, a su vera se puede ver el gamo de capa negra.
Se escucharon cerca 200 disparos (pregunté a los demás por los tiros, pues yo estaba en una esquina de la mancha y con el aire poco pude oír).
En la junta de de carnes se contabilizaron un total de 14 venados, ocho cochinos (cuatro navajeros), tres gamos (uno de ellos precioso, de capa negra), 12 muflones y varias hembras.
Crónica y fotografías: Jaime Dorao Martínez-Romillo
Espléndido plantel de ‘El Picao’ ante la casa principal de ‘La Ribera Alta’.
CRÓNICA
Es un lujo montear la mítica ‘La Ribera Alta’; parte de su prestigio se lo debe, sin duda, a la mancha de ‘El Picao‘. Son muchas las Caracolas a sus espaldas.
Se conjugan para este éxito dos factores importantísimos, la propiedad y la organización que administra las monterías.
La propiedad, con Jesús Fernández-Hijicos al frente, es la «excelencia en la gestión cinegética», avalada por unos resultados increíbles.
Gescaza organiza monterías por administración desde 1988, la familia Vargas y resto del equipo conforman un conjunto perfectamente engranado que funciona a las mil maravillas.
Además hay que añadir todo el personal de La Ribera Alta que se vuelca el día de la montería.
Propiedad y organización: gente preparada y de buen hacer.
La parte baja de ‘El Picao’, una temporada en que la climatología sí acompañó. Fotografía: Antonio Mata.
Un día maravilloso para montear
La mañana del 16 de noviembre en Almadén se presentó fría, como -1 ºC, sin embargo, una vez levantada una ligera niebla, dio paso a un día espléndido, maravilloso para montear.
Incluso había algo de escarcha, pero el sol otoñal con aroma de primavera no tardó en disipar el leve manto blanco.
En el sorteo, tras un desayuno de lujo, Antonio Vargas además las consabidas normas de seguridad, fue sincero al decir que la calidad sobre todo de los venados, siendo buena, no era la de otra ocasiones por no haber aportado el campo ese extra imprescindible para el floreado de las cuernas.
Mucho tiempo de climatología adversa continua para el campo.
A los gamos parecía afectarles menos este efecto negativo, había algún gran muflón localizado y de cochinos se esperaba, como siempre, una primera línea espectacular.
Nueve fueron los monteros que tuvieron el privilegio de sortear.
Venado de ‘El Picao’ ‘cazado’ por el objetivo de Antonio Mata también en otra campaña que el tiempo acompañó.
Una hora de ensueño y… fatalidad para el cronista
En un santiamén se colocaron los nueve puestos, muy lejos unos de otros, tiraderos normalmente de 360º, teniendo que extremar las precauciones en los visos.
No se habían soltado aún las tres magníficas rehalas –no hacían falta más para una mancha que en gran parte es una dehesa– y la traca ya era escandalosa.
¡La que se lió al soltar!
¡Qué trajín de carreras, ladras y disparos! ¡Inimaginable!
Llevo muchas monterías a mis espaldas, muchas, y nunca había vivido algo así. Sobre todo la primera hora de montería fue increíble.
La última foto con mi querida cámara compacta. Un venado joven que estaba lejísimos, estaba probando el zoom.
Pero entonces ocurrió algo que en gran parte me chafó la ilusión en lo personal, se me cayó la cámara de tal manera que quedó inservible.
Apenas había hecho en lontananza una foto a un venado joven probando el zoom.
Otro inconveniente, no me había llevado la cámara réflex en previsión de solventar el ajetreo que preveía con la compacta, que es la que utilizo en montería.
Perdí la oportunidad de hacer el reportaje de mi vida, así de claro.
Es por ello que he tenido que recurrir a algunas de las estupendas fotos de mi amigo Antonio Mata que en su momento hizo en El Picao.
Continuaba la sinfonía montera, con altibajos lógicos, pero con subidas que llegaban incluso a la intensidad de la primera hora.
Ajetreo en el puesto
Tuve la suerte de ver cómo el joven Martín M. abatía de certero disparo el venado de la montería, un oro muy pasado que seguramente pase de los 200 puntos CIC por el increíble grosor de sus cuernas. Un venado viejo.
Vi un lance espectacular a otro venado, e innumerables cochinos, con los que hubo relativa mala suerte.
Aunque el cupo jabalinero era amplio, cinco, era muy complicado completarlo con cinco navajeros, lógico, por otro lado.
Ojo, que la foto de este venado engaña, tenía un grosor terrible de cuernas.
Antes de dar la orden a los secretarios de que se podía disparar, una pelota de ocho gamos careaba a no más de 100 metros de puesto, todos ellos eran grandes, cuando se pudo disparar ya no estaban a tiro.
Un gran gamo, posiblemente oro, logró escapar de la contienda, sólo ofreció la posibilidad de un disparo y no era nada fácil. No corría, volaba cada vez que saltaba. Otro, algo menor, cumplió cerca y tranquilo cuando ya se dio la orden de no disparar.
Sólo un joven muflón macho se dejó ver. Otro que volaba, esta vez sin saltar.
Fue una locura de carreras y ladras, y no me pareció nada sencillo, la caza era en general arisca, mejor así.
Fin, recuento final.
Se cobraron varios venados de este tipo, de excelentes hechuras y de más de 160 puntos CIC, rondando el bronce o incluso bronce, y a los que faltaba ese plus que da el campo para llegar claramente a medalla.
Un espléndido plantel
Mientras los monteros disfrutaban del suculento almuerzo, llegaron todas las reses abatidas, y todas es todas.
El plantel lucía espléndido en el precioso patio habilitado a tal efecto en el frontal de la casa principal.
Esta vez se presentaron 16 venados (con el oro ya reseñado y cuatro bronces); 54 cochinos (16 navajeros, con un oro, dos platas y cuatro bronces); seis gamos (un plata y tres bronces); y dos muflones (los dos bronce).
Un total de 78 piezas con dos oros, tres platas y 13 bronces.
He de destacar que, por ejemplo, con los jabalíes, sólo se colocan en primera línea los navajeros con vocación de medalla y los que lo son, los ‘medianejos’ –pero aún buenos– se ponen detrás con las jabalinas y los machos más pequeños.
Despedida
Aún con el sol alto, los monteros pudieron fotografiarse con el plantel.
Mi móvil es teléfono más que cámara, para hacer fotos llevo una máquina especifica, la que me cargué.
Lástima, repito, hubiera sido el reportaje gráfico de mi vida.
Ya no hay solución, o sí, volver…
Y es que Jesús, la eficaz y encantadora Ana y, cómo no, el equipo Gescaza representado en esta ocasión, entre otros, por Antonio, Juan Antonio y Antonio Vargas hijo, me han tratado siempre maravillosamente, y no escondo que tengo mucha afinidad con ellos.
Además de todas las vivencias paternas y propias desde la época de La Ribera de Gargantiel, es mucho apego el que tengo a estos montes.
Por todo ello, si se presenta la posibilidad, volveré con las cámaras fotográficas y de vídeo que haga falta para hacer justicia gráfica a este El Picao, la emblemática mancha de la mítica La Ribera Alta.
Sin ninguna duda y, como se suele decir una imagen vale más que mil palabras. Hablar de El Cotano es hablar de una de las mejores fincas de España de jabalíes. Sobre todo mirando este impresionante plantel de medallas.
CRÓNICA
Para mí la mejor. Modestias aparte, a mi entender, en muchas ocasiones no somos conscientes de lo que es el lograr resultados como el de este día, ya que un día puede ser suerte, dos casualidades, tres que esto es fácil…
Pero desde mi humilde ventana tengo que decir que estos resultados, y más, en esta gran finca se han convertido en habituales. Y son fruto del esfuerzo, trabajo, y sacrificio de muchos años, hasta el poder llegar a conseguir que cada vez que se montée esta finca obtengamos estos brillantes resultados…
Que sin ninguna duda son el sueño de muchos amantes de las grandes monterías de jabalíes.
Montería que se ha ido puliendo por la propiedad y la organización año tras año, hasta el poder llegar a tener este bonito diamante cinegético, que caza vez que cazamos brilla por sí solo. En esa ocasión como en otras tantas, fuimos recibidos en el magnífico pabellón de trofeos con que cuenta la finca. Y en el que, una vez más, un reducido número de monteros entró con la ilusión de poder disfrutar de este día.
A las 11:00 horas, estaban todos los monteros ubicados en sus correspondientes torretas, desde las que poder disfrutas de los inolvidables lances a esos tremendos macarenos de los que goza esta gran finca.
Sin apenas soltar se escucharon esas primeras detonaciones sobre los madrugadores macarenos que ya abandonaban sus encames, intentando buscar la huida.
Montería larga y bregosa ya que los grandes jabalíes, libraron innumerables batallas con los valientes podencos que, sin ninguna duda, realizaron un trabajo memorable y digno de mención. Durante toda la mañana la montería se sucedieron carreras e inolvidables lances que muchos tendremos siempre en nuestra retina.
Lances emocionantes, muchos de ellos casi envueltos con los perros, sensaciones a flor de piel de esas que crean afición montera, ya que tan sólo aquellos que amamos la caza, sabemos lo que es el sentimiento de escuchar romper el monte con una ladra de podencos detrás, haciendo aparecer en nuestro tiradero ese inmenso macareno con el que tantas noches hemos soñado, y con el que tan sólo en unos breves segundos tendremos la oportunidad de tirar.
El mejor resumen de la montería… el plantel conseguido. Una vez más El Cotano brilló con luz propia y estamos ante un difícil muy plantel de conseguir, pero no para El Cotano. Todos grandes machos, con grandes defensas y con un gran porcentaje de medallas. Pero sobre todo con un gran porcentaje de monteros felices que es el verdadero resultado que a cualquier organizador enorgullece.
¡Enhorabuena a todos los afortunados, a la propiedad de la finca y, cómo no, a todo el brillante equipo de profesionales con que cuenta Cacerías Cabezas!
‘Navalasno Viejo’, la guinda del pastel de Sierracaza.
CRÓNICA
‘Navalasno Viejo’ ha sido el punto culminante de una espectacular temporada de Sierracaza.
Pero no de una temporada cualquiera, la 2019-2020 está siendo sobresaliente para la organización iliturgitana en todos los sentidos, más que sobresaliente.
Además había ciertas ganas de revancha por el día terrible, malísimo, que hizo la pasada campaña, y que al fin y al cabo deslució una montería que aun así resultó enorme.
La climatología no iba a ser inconveniente en esta ocasión, soleado y espléndido día otoñal, con la temperatura adecuada para montear.
Referencias sobre ‘Navalasno Viejo’
Me auto cito, por lo que pido disculpas, para ponernos en antecedentes sobre la finca, ya que es repetir lo que ya escribí en la crónica de la 2018-2019:
«[…] Una propiedad que mima el medio, algo que demuestra teniendo un gestor tan competente como Jesús del Cerro.
«Una organización del recorrido, tan laureada y reconocida como los es Sierracaza, no en vano, ¡ya son 42 temporadas ininterrumpidas al pie del cañón!
«Navalasno Viejo es una especie de oasis dentro de un oasis.
«Situada en una zona natural privilegiada, no sólo para las especies cinegéticas: ciervo, jabalí, gamo, muflón, perdiz… también lo es para las especies protegidas, cuyo máximo exponente es el lince.
«Y sí de montería hablamos, sólo les digo las lindes de Navalasno Viejo: Lugar Nuevo, Montealegre-Rosalejo, Castorano, Mingorramos y La Virgen, ¡historia de nuestra montería!
«El caso es que en Navalasno Viejo se gestiona el medio con mimo, y de eso se beneficia sin duda a la caza.
«Fundamental, entre otras cosas, es un tratamiento selvícola adecuado, como se hace en esta finca, eso unido a que es un terreno afable, que diría el maestro Covarsí, ondulado con bastante zona adehesada, hacen que el campo aporte mucha comida, y eso es importantísimo, por mucho que luego se de también un aporte suplementario.
«El coto, por tanto, no puede estar mejor cuidado y gestionado, y cuenta además con una guardería muy competente.»
Sólo ha cambiado una cosa del año pasado a este: ¡que Sierracaza lleva 43 temporadas ininterrumpidas ofreciendo monterías!
Última referencia, en la campaña 2017-2018 Navalasno Viejo fue Caracola de bronce en finca cercada, la pasada estuvo nominada, pero como ya he comentado el día fue terrible…
Calentando motores
Me encuentro muy a gusto Antonio Gómez Cuenca y todo el equipo de Sierracaza, su mujer Teresa Ramírez, sus hijos Antonio y Alberto, Sebastián Heredia, Félix Cachinero, Salvador Marcos…
Además de la amistad que me une a Jesús del Cerro, me encontré con la agradable sorpresa de ver allí a José Marcos… Tertulia más que agradable.
Variado, abundante y rico el desayuno del catering de Monterías Cencerra.
Cuando me quise dar cuenta, mucha charla, dos cafés y varias rosquillas después, Gómez Cuenca estaba sorteando los 23 puestos.
Fue rápido, como rápida fue la salida de las armadas.
Esta salvedad también la hice en la crónica de la temporada pasada, por lo que me vuelvo a retrotraer a ella.
Decía entonces que, a mi entender, la calidad de los venados en de la 2018-2019 no fue mejor que la de 2017-2018 (que no fue muy allá), y añadía: «…con las carencias de no haber tenido una otoñada como sí que la ha habido en 2018, de tal manera de que como llueva en la próxima primavera, ya verán qué cuernas habrá en la 2019-2020».
Lo malo es que «la próxima primavera» –la de 2019– casi no llovió, y reses y cochinos sólo han tenido otoñada.
Resumen, a mi modo de ver, han sido en general tres temporadas seguidas arrastrando una climatología adversa para las cuernas. Y es algo que afecta especialmente a los venados.
Aunque la moderna y buena gestión –como la que se hace en Navalasno Viejo– pueda igualar o mejorar las carencias del campo, da para grandes venados pero sin ese plus que hace que el representativo pase a bronce o el oro a descomunal.
Monteando
Enseguida, nada más acabar el sorteo, Antonio, atento como es, se preocupó por mí.
Sólo con mirarme a la cara, ya sabía mis pretensiones, ir al mismo sitio de la temporada pasada, a la casa antigua de Navalasno.
Desde ese promontorio, cerca de una de las sueltas y sin molestar a ningún puesto, podría seguir a la perfección el devenir de la montería.
Se montearía Colorín y Navalasno, mancha de 900 hectáreas, la más grande de la finca.
Antonio Gómez Cuenca esta vez también hizo de guía.
Acompañé a Antonio a la suelta y este a mí a la casa vieja, desde allí haría las veces de guía de las rehalas, hombre orquesta, al igual que sus hijos o Félix.
A todo esto, ya se estaban escuchando tiros desde hacia mucho tiempo.
Carrera va, tropel viene
Se perdió Antonio camino del guirigay montero, así como las rehalas que soltaron en esta zona.
Lo primero que metieron los perros en la mancha fueron tres venados juntos, uno de los cuales era medalla y que, curiosamente, iba el primero.
Luego el trajín fue incesante, ya que en esta zona, al no haber puestos, y como las reses parece que lo saben, se reorganizan, descansando o tomándose un respiro, chorreados, en pequeños grupos o formando grandes pelotas, que de nuevo se romper al entrar en la mancha.
Incalculable las reses que pude ver, sobre todo cervuno y gamos.
Curiosamente la pasada temporada no vi en lugar tan querencioso ni un gamo macho, sin embargo esta… pufff.
Entre tanto movimiento era gratificante mirar hacia levante y ver el imponente santuario de la Virgen de la Cabeza.
Ensaladera de tiros, que remitía a medida que se completaban los cupos.
Destacar, como, lejísimos, a última hora, gamos de magníficas palas al trantán se volvían a meter en la mancha. Curioso, parece que sabían que esos puestos ya habían hecho el cupo. ¿Dónde se habían metido durante toda la montería?
También al final, Sebastián, que remató su quehacer en la casa antigua, me avisó: «¡Mira qué venados, Adolfo!». Creí que era una gran pelota de ciervas, gabatos y venados jóvenes que tenía localizada desde la suelta, pero… Como aparecidos de la nada, se le habían añadido unos venados tremendos, sólo pude fotografiar a uno muy largo de cuernas.
Tampoco tiraron los puestos que estaban al otro lado de la loma por donde volcaron, también debían tener el cupo ya hecho, joroba.
Un detalle que habla muy bien de cómo se cuida la finca y de su calidad: vi muchos varetos, todos muy buenos. Hay madre.
Volvió a aparecer en la lejanía la figura de Antonio Gómez Cuenca. ¿Qué traía a la espalda?
Además de hacer de guía, había aprovechado para practicar una de sus aficiones favoritas, recoger desmogues, ¡y llevaba unos cuantos kilos! ¡Es incansable!
Dos detalles antes de llegar a la junta.
Un agarre a un buen venado, al que no podía acceder, y que enseguida tras mi aviso finiquitaron con presteza los postores.
Y un venado espectacular, sobre todo por el grosor de sus cuernas, que pude fotografiar antes de llegar a la junta de carnes y que, evidentemente, no se cazó.
Magnífico trabajo de las 16 rehalas, como magnífico lo fue también el de los podenqueros, guías, postores, prácticos de sierra, cargueros… todo un equipazo.
Espléndido plantel
Apetecía la bebida fría y la rica y reconstituyente comida, pero son tan buenos y abundantes los aperitivos de Monterías Cencerra que el apetito ya está satisfecho cuando llegan los platos principales, igualmente deliciosos.
Con diligencia se presentaron en la junta de carnes las más de cien piezas cobradas.
De los 34 venados había un mínimo de 14 medallables, quizá ningún oro, quizá… pero con muchos en la raya del bronce, de esos de más de 160 puntos CIC, que, con bonanza climatológica, hubieran sido todos medalla.
Los hermanos Gómez Ramírez, Antonio y Alberto, con Félix Cachinero y algunos de los gamos cobrados.
No es fácil valorar el trofeo del gamo y más en verde, de los 21 cobrados, las mediciones de taxidermia han dado dos oros, cinco platas y siete bronces.
Muy posiblemente los seis muflones abatidos sean medalla.
Más de 55% de trofeos medallables, que no es mala media con la que ‘no’ está cayendo.
Aún con sol, el plantel estaba expuesto y fotografiable.
Sólo queda felicitar a la propiedad de Navalasno Viejo, a los gestores, la guardería, al resto de personal de la finca… y, cómo no, a todo el equipo fijo y eventual de Sierracaza, con Antonio Gómez Cuenca al frente, por esta montería en particular y por la soberbia temporada que están firmando.
Muchas monterías como Navalasno Viejo, dónde hay que firmar.
Crónica y fotografías: Adolfo Sanz Rueda
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Sierracaza
Fecha: 30 de noviembre de 2019
Finca:Navalasno Viejo/ Mancha:Colorín y Navalasno
Finca cerrada / Hectáreas monteadas: 900
Término: Andújar, Jaén
Puestos: 23 / Rehalas: 16
Cupo: 3 machos a elegir entre venado, gamo o muflón, pero como máximo 2 venados y 1 muflón. 2 hembras, ciervas o gamas. Jabalíes sin cupo
Venados: 34 (un mínimo de 14 medallables, 4 platas y 10 bronces)
Jabalíes: 11
Gamos: 21 (un mínimo de 14 medallables, 2 oros, 5 platas, 7 bronces)
A las ocho de la mañana citaba a sus monteros Isaac Álvarez en el Hotel las Dehesas de Navalvillar de Pela para vivir una buena jornada de tensión montera en LosPastillos.
CRÓNICA
Tras tomar las características migas repartir los puestos de los que no pudieron asistir al sorteo la noche anterior y repartir las numerosas armadas en las que se dividía la finca Los Pastillos, que era el punto destino de este día de caza.
Tras las oportunas indicaciones fueron saliendo las armadas de manera diligente y ordenada a esta finca lindera al Ministro y muy cercana a la afamada Ropera en una de las mejores zonas de caza mayor de Extremadura.
Los cazadores partían ilusionados a una jornada que prometía lances a escurridizos guarros en estas indómitas sierras. La mancha cuenta con un monte apretado de jara, madroña, coscoja y chaparros, con tiraderos muy muy cortitos, lo que garantizaba una máxima tensión.
Sobre las once y cuarto se daba la noticia de que se encontraban todos los puestos colocados y tan solo se habían producido un par de disparos antes de que se abrieran los portones de los canes.
La suelta se producía sobre las doce del mediodía y desde este mismo momento y hasta las tres de la tarde fue todo una sucesión de carreras, ladras, monte atropellado y disparos por doquier.
Los gamos se escapan
Los Peñones fueron los que cerrando la mancha disfrutaron de la mayoría de los lances, con resultados dispares, así Isaías veía como cuatro gamos abandonaban el cazadero sin poder jugar lance con ellos. No fue así una collera de venados de la que se quedó con uno en un lance complicado, como suelen ser todas las posturas de esta finca.
La Linde de los veneros estuvo un poco más viuda de caza aunque fue casualmente allí donde se cobró el mejor venado de la montería.
Los monteros permanecieron en tensión montera durante todo el transcurso de la montería y no se dieron cuenta de que el reloj marcaba las dos y media cuando los perreros ya en los remolques no paraban de llamar a sus guerreros que seguían enfrascados en ladras tras los jabalíes que se resistían a salir de la espesura.
La comida se realizó en el propio cortijo de la finca a donde se sacarían las reses con la inestimable labor de las acémilas, que se emplearon a fondo subiendo y bajando de los peñones para sacar venados y jabalíes que fueron llegando a cuenta gotas a la junta de carnes.
El ser domingo y la final de la supercopa hizo que los monteros menos afortunados abandonasen la finca muy pronto, pero aun así, la mayoría aguantaron para recoger sus trofeos y contemplar el plantel final que se conformó ya entrada la noche.
Quince venados y veintiocho jabalíes con cuatro bocas entre ellos se cobraron finalmente en este magnífico día de Monteros de Siempre por las indómitas sierras extremeñas.
Un plantel de categoría con Cabezas Servicios de Caza en ‘El Barrero’.
CRÓNICA
El equipo deSol Montero Producciones Audiovisual(Juanma, Jose y Rubén) nos dimos cita en Zarza la Mayor, Cáceres, para filmar un nuevo documental.
En esta ocasión con una organización de monterías con la que nunca antes habíamos grabado, Cabezas Servicios de Caza.
Además, teníamos que hacer la crónica y fotografías de El Barrero para nuestros amigos de Caza y Safaris – Caza Wonke.
Rubén, Juanma y Jose, el ilusionado equipo de Sol Montero Producción Audiovisual.
Una enorme ilusión
La noche de antes los tres operadores de cámara casi apenas pegamos ojo: ¡teníamos una enorme ilusión!…
Tan solo el pensar que podríamos grabar al día siguiente con una organización de ese renombre, de la cual nos habían comentado solo cosas elogiables en cuando a su seriedad, resultados y buena organización.
A las 8 de la mañana quedamos en el bar Peñafiel de Zarza la Mayor para planear nuestra estrategia de grabación.
Habíamos quedado con Manuel Cabezas a las 9:00 en la portera de la finca. Pero tal eran las ganas de comenzar a rodar que llegamos los primeros. Aún no había nadie.
A las 9:00 en punto llegó Manuel con toda la comparsa de los vehículos de los monteros tras de sí.
Saludos entre los monteros que para nosotros eran todos desconocidos. Con amabilidad y respeto fuimos saludándolos poco a poco y entablando conversación. Básicamente presentándonos a este gran grupo.
Manuel Cabezas y Alberto Ruiz durante el sorteo.
Tras unas deliciosas migas, Manuel comenzó el sorteo de las 15 posturas. El cupo era de cuatro piezas.
Aunque el plato fuerte de esta mancha de El Barrero, que llevaba tres años sin montearse, son los cochinos, los monteros podían completar los cupos con gamos, venados o muflones, estos dos últimos mucho menos abundantes.
Todos los puestos estaban colocados a la perfección en torretas, con la máxima seguridad; entre los cuales, de acuerdo con Manuel y los monteros que les correspondieron en suerte, escogimos tres para grabar los mejores lances de caza.
Sobre ‘El Barrero’
Lo mejor, para describir esta mancha son las propias palabras de Manuel Cabezas, que, por cierto, el día anterior había dado una montería gloriosa en El Cotano, muy cercana a El Barrero.
«Preciosa finca de morritas y testeros de los que poder sacar unos puestos de fábula.
«Densidad y una gran calidad de jabalíes, gamos y algún que otro buen muflón o venado, serán los protagonistas de la jornada.
«Los puestos, todos ubicados en altas y cómodas torretas, gozarán de gran seguridad, así como de unos impresionantes tiraderos.»
Recital
Seis sueltas divididas en los extremos de la mancha, hicieron de esto un recital.
Soltar las rehalas y comenzar a moverse las reses, fue todo uno, sobre todo los gamos, que dejaron asombrados a los monteros con su alta densidad.
A pesar de los grandes cochinos que había en la finca, muchos monteros decidieron completar sus cupos con los buenos gamos que les entraban.
Los guarros, los protagonistas de la montería, en esta ocasión conocían el terreno, esperaban la llegada de los canes defendiendo su territorio a base de su corpulencia y bravura arremetiendo contra estos.
Un plantel de categoría con Cabezas
Gran trabajo el de los rehaleros y los perros que, poco a poco y con insistencia y tesón, consiguieron que los grandes macaremos, paso a paso, fueran cumpliendo a las posturas de los monteros para cumplimentar sus cupos.
A las 15:00 prácticamente la totalidad de los puestos tenían el cupo hecho. Montería finalizada.
Sorprendidos y perplejos quedamos a la hora de la realización del plantel por parte del equipo de Cabezas Servicios de Caza, con Alberto Ruiz, la mano derecha de Manuel, al frente.
Un equipo que en menos de dos horas había conseguido conformar un plantel de categoría con Cabezas, con mucho gusto y respeto por las 62 piezas cobradas.
Aunque Manuel es el máximo responsable de la organización, siempre presume y ensalza la labor del equipo, porque además puede hacerlo.
Muy buenos los 30 cochinos, 19 de los cuales sin duda medallables, con cuatro que por el grosor de sus navajas serán oro.
Destacar un ejemplar formidable, que no era el de mejores defensas, pero sí muy grande de cuerpo y prácticamente blanco, canoso.
También calidad en los 28 gamos, con 10 medallas. Completaron el magnífico resultado tres venados y un muflón.
En El Barrero, otro plantel de categoría con Cabezas Servicios de Caza.
Por lo que vimos, no es de extrañar que Manuel haya colocado el cartel de «no hay billetes» en las monterías que le quedan para cerrar la temporada.
Crónica y fotografías Rubén del Sol Montero
Fotografías: Sol Montero Producción Audiovisual y Cabezas Servicios de Caza
Lo más destacado de la montería de ‘Los Baldíos’ fue el gran cochino cobrado, muy posiblemente medalla.
CRÓNICA
El pasado día 22 de diciembre del 2019 se monteó ‘Los Baldíos’, finca situada en el término de Guadalmez, a cargo del Club Deportivo Cazadores de Guadalmez.
El día se presentó algo frío, con sol a primera hora pero cambiante a media mañana.
Se sortearon 35 posturas y se batió el monte de unas 500 hectáreas con 20 rehalas.
Se escucharon unos 70 tiros, algo flojo para lo esperado.
En la junta de carnes aparecieron cuatro guarros, de los cuales un posible medalla con grandes colmillos y amoladeras, un guarro de los que apetece que te entren en una finca abierta, y siete ciervas de gestión.
El Canuto, en el Cruce de las Herrerías, era el punto de encuentro que Monteros de Sopetrán y Monteros El Bardalá, cazar la finca Los Morrones con niebla, agua y adrenalina.
CRÓNICA
El Canuto, en el Cruce de las Herrerías, era el punto de encuentro que Monteros de Sopetrán y Monteros El Bardalá, cazar la finca Los Morrones con niebla, agua y adrenalina.
No había prisas, las nueve de la mañana era la hora a la que los primeros monteros acudían al punto de encuentro en el que ya esperaban Antonio Pavón y José Antonio Gil, quienes acababan de dar las últimas indicaciones al equipo de postores, cargueros y arrieros, cosa imprescindible para que todo transcurra como las manecillas del reloj, con puntualidad inglesa.
Los asistentes fueron disfrutando de un buen desayuno mientras veían con temor que el agua hacía acto de presencia tal y como estaba previsto en las estadísticas climatológicas, por lo que se demoraba en el comienzo del sorteo a expensas de ver qué pasaba.
Densa niebla en la cuerda
Las armadas, fueron saliendo a medida que se fueron sorteando, así los monteros del cierre de Las Paredes fueron los primeros que partieron hacia el cazadero, seguido del de los Frontones y de la Umbría. Todo lo demás eran traviesas, que partían con la mirada puesta a las cumbres donde una densa niebla transcurría por momentos e impedía la total visión mientras se colocaban las posturas.
La polvareda blanca dio paso a la lluvia y esta acompañaría a los cazadores sumada a un fuerte viento durante todo el transcurso de la montería.
Las posturas que albergaba el Eucaliptal observaban impotentes como los lances les cogían de improviso, así, hubo puestos épicos, disparando sobre tres venados y cinco jabalíes sin conseguir acertar a ninguno, otro puesto de jugar cinco lances a jabalí quedándose únicamente con el primero.
Ladras por doquier, disparos incesantes y mucha mucha adrenalina disipada con mucha mucha agua y mucho mucho viento fue la tónica general durante toda la montería.
La estrella fueron los jabalíes que a pesar de servirse de las circunstancias para escurrirse con su genial habilidad dieron sus frutos en el plantel.
Las traviesas de las Morras y de La Solana, fueron las primeras en jugar lance con los escurridizos guarros, quienes ratoneándose y perdiendo a los perros en el espeso montarral con el que cuenta la finca, intentaban zafarse de los cazadores.
Las traviesas de la Sierra y de los Frontones también tuvieron sus oportunidades, al igual que la del camino, quienes veían como pasaban fugaces los jabalíes por el estrecho tiradero.
No dio el día para cazar
Esta es una finca de las de estar en tensión, y el día no pudo estar pero para cazarla.
Así, no podía uno relajarse, porque se movieron los jabalíes tanto con los perros cazando de ida como de vuelta.
Pasadas las tres se retiraba a los cazadores de sus puestos y comenzaba el duro trabajo de sacar las reses.
Impecable el equipo formado por los chavales de Pavón y Bardalá, sacando caza que participaron incansables para que antes de hacerse de noche luciera el plantel final.
En general, caras de satisfacción de los monteros que habían disfrutado de un empacho montero con más de trescientas detonaciones contadas, en un día en el que de haber tenido un buen tiempo el resultado podría haber sido aún mejor.
Finalmente, el plantel lucio un total de 66 jabalíes, con 10 buenas bocas entre ellos y 16 venados de los de montería.
La jornada se extendió con un buen ambiente hasta bien entrada la tarde, con unos monteros que se resistían a abandonar el lugar, celebrando los fallos de unos y los aciertos de otros.
El 28 de diciembre, en montería reservada, en La Reserva, las monteras de siempre tomaron el monte para ellas solas demostrando que en la montería también hay paridad.
CRÓNICA
En el día de los Santos Inocentes reservaba Isaac Álvarez la jornada para su característica montería organizada en exclusiva por y para mujeres.
En esta ocasión Silvia Lucas, era la encargada de representar a Monteros de Siempre, con el respaldo del Capitán de Montería.
Oliva de Mérida era el destino que el habitual grupo de cazadoras que una vez al año se reúnen junto a esta organización para disfrutar de una jornada ‘en femenino’ ponían en la mañana del pasado 28 de diciembre.
Con ilusión fueron llegando las asistentes y con una gran alegría se saludaban efusivamente mientras comentaban el transcurso de la temporada corriente y disfrutaban del desayuno mientras aguardaban la llegada del sorteo.
Y con gran ilusión fueron recogiendo las papeletas a medida que fueron siendo nombradas y tal y como se terminó el sorteo se organizó la salida de armadas.
Además, con un orden exhaustivo se fue cerrando la mancha de La Reserva que era la escogida en esta ocasión para este exclusivo evento.
Con la entrada de los remolques de las rehalas al cazadero, comenzaron a moverse las reses inquietas y se sucedieron los primeros lances.
Sobre el medio día se soltaban las rehalas y comenzaba la montería más esperada del año por las féminas.
Ladras por aquí, tiros por allá y un sinfín de carreras de perros de rehala mantuvieron entretenidas a las monteras que fueron jugando sus lances particulares con menor o mayor acierto.
Sobre las dos y media se daba por finalizada la montería y se retiraba a las cazadoras de sus puestos para que disfrutasen de una buena comida mientras las muleras se las veían con las reses.
Lo importante era disfrutar
El resultado era lo de menos, lo más importante era disfrutar de esta jornada entre amigas que ya es clásica y habitual entre monteras venidas desde todos los puntos de nuestra geografía española.
Cuatro jabalíes y un venado se mostraban en el plantel, junto un buen ramillete de ciervas que consiguieron abatir en un día entrañable en el que reinó el buen ambiente y la ilusión de volver a encontrarse un buen grupo de monteras.
La sobremesa se extendió hasta bien entrada la tarde, disfrutando de un ambiente inmejorable, resistiendo a despedirse hasta la próxima edición de esta entretenida montería femenina de monteras de siempre con Monteros de Siempre.
Una crónica de Carlos Casilda Sánchez. Imágenes Sangre Montera
Día de perros, de los que hacen afición, Volvía Jóvenes Orgánicos, con Manuel González, a Badajoz, junto a sus jóvenes cazadores para disfrutar de una montería por tierras extremeñas.
CRÓNICA
En Puebla de la Reina quedaba el contingente de Jóvenes Orgánicos para tras tomar un buen desayuno entablar un rápido sorteo para cazar tempranito en un día en el que la lluvia parecía querer enturbiar el ambiente.
Con estas premisas partían los monteros hacia el cazadero intentando cerrar lo más rápido posible y sobre las once y media soltaban los perros en una mancha muy apretada con tiraderos cortitos, lo que en un día como éste hacía emplearse al máximo a las posturas si no querían ver como se les colaban los escurridizos guarros.
Poco tardaron los perros en dar con los encames de esta pequeñita mancha y poco también tardaron en vaciar de caza la finca, con lances que se sucedían casi al unísono repartidos por todo el mapa de la montería.
Así, a poco más de las dos se retiraba a los cazadores empapados que a excepción de uno de ellos todos habían jugado lance.
Satisfechos disfrutaron de la comida mientras se sacaban al plantel los quince cochinos y catorce ciervas que finalmente se cobraron, destacando dos navajeros entre ellos.